intercambio [Vegetty]

III

Quackity miraba con decepción a la persona frente a él.

La traición fue algo que saboreó ese día, de parte de sus progenitores, y de parte de él...la persona en la que más confiaba en ese mundo.

Sus sentimientos y sueños habían sido pisoteados por sus contrarios.

(. . .)

>Quackity:

La miraba de Quackity estaba perdida, se había ido otra vez a sus pensamientos, pensamientos que al parecer estaban apareciendo con demasiada frecuencia desde que dejó Las Nevadas atrás.

Una mano se posó en su hombro, lo que hizo que saliera de su trance y mirara a la persona dueña de ducha mano.

— Por un momento pensé que ya no estabas en este mundo.— río un poco el alfa.

El más bajo disipó sus pensamientos y sonrió también.

— Siempre me pierdo en mis pensamientos. Creo que es un don o algo así.— contestó posando sus manos en su cintura.

Vegetta solo miraba con atención cada movimiento de su contrario.

— Supongo que sí. Vamos con mis amigos, y de ahí te llevo al salón que te toca.— propuso Vegetta quitando su mano del hombro del contrario, no quería pasarse y invadir el espacio personal del más bajo.

— ¡Pues claro! Ah, cierto, ¿Tú qué estudias compa?

— Arquitectura, ya sabes, lo que un alfa como yo debe estudiar.

— ¿Un alfa como tú?— indagó el más bajo.

— Si, mis padres esperan mucho de mí, y querían que estudiara arquitectura o medicina.— pasó una de sus manos por su cabeza, rascando con nervios.

El más bajo se quedó pensando. Sí que había muchos prejuicios incluso en un país avanzado como lo era Karmaland. Un recuerdo de sus padres diciéndole que debía casarse y tener hijos llegó a su mente. Sus padres no querían que él se fuera a la universidad de Karma, solo lo querían entrar como una esposa trofeo.

Y vamos, no se quejaría de que un día alguien lo mantuviera, pero primero quería cumplir su sueño de ser Abogado. Ya después vería eso de tener pareja, hijos o casarse.

— Ya me imagino. A mí me querían entregar como ganado a un wey.— dijo metiendo sus manos en los bolsillos de su pantalón.

El más alto abrió los ojos sorprendido. Vaya, si que era verdad lo del trato poco digno que se les daba a los omegas mayormente. Una pequeña alarma se prendió en su cabeza en ese momento.

— ¿Eres omega?— preguntó de repente, tomando al más bajo por sorpresa.

— Si, si lo soy.

Un silencio se hizo presente en ese momento. Un suspiro salió de los labios de Quackity. Quizás el más alto ya no lo querría ver más porque tenía pareja y él era un omega que le podría causar problemas.

— Ya decía yo que un beta o un alfa no podía ser tan lindo.— halago el de ojos morados, haciendo que otra vez en ese rato Quackity tuviera un leve sonrojo.

— Bájale de huevos, ya se te anda haciendo maña eso de chivearme, aparte; tienes pareja.

— Tener pareja no nos quita el derecho de halagar a nuestros amigos.

Quackity volvió a suspirar. Ese hombre sí que le sacaba de su cordura.

— Oh, mira, ahí están mis amigos.— mencionó Vegetta tomándolo del brazo y jalandolo a dónde había una bolita de chicos.

El más bajo no dijo nada, pero en su mente estaba llorando porque era tan bajo que podía ser fácilmente arrastrado.

(. . .)

>Vegetta:

Vegetta no sabía cómo sentirse en ese momento. ¿Había tomado ya mucha confianza con el nuevo? Definitivamente si, le seguía sus juegos, le ofreció almorzar con él y sus amigos y también se ofreció para mostrarle las instalaciones. Aunque ahora que lo pensaba ni siquiera sabía que estudiaba el más bajo.

Una leve risa salió de su boca al percatarse de su propia tontez. El sonido captó la atención del más bajo.

— ¿Pasa algo?— él negó levemente con la cabeza, sin apartar su morada mirada.

— Nada nada, solo pensaba en que no pregunté qué es lo que estudiabas.— un leve "oh" se escuchó de parte del omega.

— Estudio para ser abogado.— respondió con una sonrisa llena de ilusión que hacía que Vegetta sintiera una rara sensación.

Después de esa corta plática llegaron con el grupo de personas. Solo que Quackity miro como a su contrario se le borraba la sonrisa.

El pelinegro más alto solo miró a su pareja ahí, el sudor frío empezó a recorrer su cuerpo, sentía como si le hubieran echado un balde de agua fría en pleno invierno.

— ¡Vegettita!— llamó con entusiasmo el de cabellos blancos. No tardó en abrazar a su pareja de forma empalagosa, pasando sus brazos por el cuello del contrario.

— Oh, no sabía que ibas a estar aquí...— dijo correspondiendo el abrazo, pasando sus manos por la cintura de su pareja.

El abrazo no duró más de unos segundos, pues Vegetta apartó a Rubius alegando que tenía que saludar a sus amigos. Queriendo y no el omega acepto.

Vegetta saludo a todos sus amigos como de costumbre. Aunque había alguien que había pasado desapercibido...hasta que cierto chico de cabello blanco se percató de su existencia.

— Oh, ¿Tú otra vez?— indagó sin interés mayor Rubén.

Todos miraron a la dirección donde estaba Quackity.

El pelinegro más alto sonrió con nervios y se acercó a Quackity.

— Chicos él es Quackity, el nuevo estudiante...y mi nuevo amigo.— dijo lo último casi en un susurro buscando que su pareja no se alterará como de costumbre.

— Un gusto Quackity, soy Borja, aunque solo me puedes decir Luzu.— se presentó primero Luzu, uno de los mejores amigos de Vegetta.

Seguido de él todos se presentaron, quedando solo Rubius. Fargan quién estaba más cerca de él le dio un leve empujón, ganándose una mirada asesina del contrario.

— Soy Rubén, solo dime Rubius.— se presentó de mala gana, aunque tratando de enmascarar ese desagrado con su ya característico tono aburrido.

— Un gusto Rube-...— Quackity callo al ver la mirada de disgusto del de cabello blanco.— Rubius. Espero que nos llevemos bien.

Después de ello todo se volvió un silencio incómodo. Vegetta aún estaba parado junto a Quackity, lo que molestaba aún más a Rubius.

Pero al cabo de unos segundos Rubén se despidió diciendo que iba con Auron y Mangel - jalando al último, ya que Mangel estaba en el grupo con ellos.-

No fue sorpresa escuchar como todos suspiraron.

— No sé cómo sigues con el.— Vegetta escuchó decir a Willy.

A veces también cuestionaba el porqué seguía con él...quizás por los buenos recuerdos.