¿Por qué tú?

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Ferran se removió, ligeramente incómodo debido a que el omega se había quedado dormido mientras veían una película.

No iba a negar que se le hacía algo extraño que Pedro no sufriera tanto por el "lazo roto" con su destinado. Supuso que lo sabía manejar bien o lo sabía ocultar bien. De todos modos, Ferran estaría para apoyarlo.

El sillón era algo grande, ambos cabían acostados sin ningún problema pero seguramente ambos presentarían dolor de espalda al día siguiente. Por ello, con todo el cuidado del mundo, se levantó sin despertar a Pedro que parecía en su milésimo viaje astral. Con cuidado, lo cargo al estilo princesa y lo llevo a la habitación de invitados, que normalmente siempre era ocupada por Pedro.

La pequeña criatura le siguió todo el camino, saltando a la cama para acurrucarse junto a Pedri.

—Tú lo que quieres es robarme a mi mejor amigo, feo. —Le reclamó al gato mediante susurros, este no hizo nada y se acurrucó con Pedro mientras posaba una pata en la mano del canario. Le dio un beso en su cabeza gatuna, a lo que ronroneó, y procedió a hacer lo mismo con Pedro. Salió con cuidado de la habitación, sin hacer más ruido de lo necesario. Dejo la puerta abierta por si el gato necesitaba salir por una u otra razón.

Se dirigió a la cocina, cogiendo su móvil desde que Pedro había llegado. Por servirle el vaso de jugo había olvidado su móvil. Cuando lo abrió, grata fue su sorpresa al ver que tenía un mensaje de Gavira.

-"¿Pedro está contigo?"

No era por ser cruel con Gavi, pero no tenía ningún derecho a saberlo. Sigue sin entender que le pasaba, es decir, asumir una responsabilidad no era tan difícil, no es como que fueran a tener un bebé, que eso sería más complicado. Y si fuera así, Pablo no toma la responsabilidad, él lo mataba. ¿Cómo va a dejar a un omega embarazado sin hacerse cargo? Va en contra de su moral.

No le quiso decir a Pedro "te lo dije" porque lo haría sentirse peor, pero él se lo dijo. Suspiró mientras dejaba el móvil a un lado y se dirigía a su habitación. Ahí, se tiro a la cama boca abajo y cayó en sueño profundo.

Tras las horas, el sol lo terminó por despertar. Había olvidado cerrar las cortinas y la incomodidad de la luz pegándole a la cara fue lo que lo termino por despertar. Cuando quiso removerse, no pudo. ¿Qué sucedió? Abrió los ojos, intentando acostumbrarse a la luz pegándole a la cara.

Grata fue su sorpresa cuando vio que Pedro y su gato estaban en la misma cama que él. Pedro lo estaba abrazando, tenía la pierna encima de las de él junto a su brazo encima de su pecho. El gato, que se llamaba Luigi, como el hermano de Mario, estaba encima de él también.

Habían veces que se consideró adoptar a otro gato para ponerle Mario y así tener a los hermanos del videojuego. No le sonaba mala idea.

Vio a su amigo removerse encima suyo, restregando su rostro en su pecho para poder despertar. Cuando lo hizo, vio como su rostro se tornaba rojo debido al contacto visual que realizaron.

—Buenos días.

—Buenos días...perdón por esto. En la noche tuve una pesadilla y no pude dormir. Entonces fui a la cocina y regrese a intentar dormir luego de tomar un vaso de agua. Tampoco pude entonces vine contigo. Tu olor me tranquiliza.

Ferran ignoró que su corazón palpitó más de lo que debería.

—Tranquilo, no tengo problema con eso. Está bien, sabes que puedes hacerlo siempre que lo necesites.—Ferran sonrió, transmitiéndole una sensación de comodidad al contrario.

—¿Qué hora es? —Ferran buscó el reloj que se encontraba en su mesita, notando que eran las 8 de la mañana.

—Todavía tenemos tiempo para arreglarnos y salir al entrenamiento.

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