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Miami, una hermosa ciudad donde muchos quisieran vacacionar. Durante el día, era generalmente tranquila; sus playas, el clima cálido y sus bellos paisajes la convertían en un lugar acogedor para cualquier turista. Aquellos que no viven aquí consideran que Miami es dueña de los atardeceres más hermosos jamás vistos. Sin embargo, para sus residentes, el atardecer no es más que un aviso de que la noche y el terror estaban por comenzar.

Las noches en Miami se habían vuelto el mismo infierno. Volver del trabajo, caminar solo o simplemente salir a pasar el rato era algo que debías pensar dos veces si querías seguir viviendo. Algunos dirán que es un simple problema de seguridad en las calles, donde los vándalos hacen de las suyas, pero lo cierto es que ese era el menor de los problemas para la detective Camila Cabello.

Los robos y el vandalismo eran problemas que el departamento de policía de Miami fácilmente podía controlar. El verdadero temor de los ciudadanos estaba en en perder su vida o la de sus seres queridos de la manera más extraña y violenta imaginable. Cuerpos sin una gota de sangre era el escenario mas aterrador, y lo peor de todo sin tener una pizca de esperanza para identificar al responsable. Sin huellas, testigos o grabaciones de cámaras que pudieran dar alguna mínima pista, la situación era algo que no quisieras vivir. 

A pesar de llevar tres años como detective, Camila había tenido éxito en el 93% de sus casos, generalmente encontraba culpables o sospechosos en pocos meses. Su talento era innato y su dedicación y pasión por la justicia la llevaron hasta donde estaba, y rara vez dejaba casos inconclusos. Sin embargo, esta vez todo se había complicado. Llevaba meses buscando al asesino en serie de la ciudad, pero no se acercaba ni siquiera a tener un sospechoso. Lo único que sabía era que todos los cuerpos presentaban las mismas marcas en el cuello. ¿Qué buscaba? ¿Qué quería o qué pretendía? Eso era lo que Camila se preguntaba una y otra vez, mientras daba vueltas a su tablero de corcho, en el cual había trazado meticulosamente toda la trayectoria del caso con hilos rojos que conectaban fotos de personas que posiblemente eran sospechosas, lugares relevantes y las imágenes de las víctimas.

—Oh, sigues aquí— Aquella voz resonó mientras la puerta se abría, dejando pasar a su compañera Normani. Camila ni siquiera se inmutó en saludar ni en voltearla a ver; su mirada permanecía fija en el tablero, con los pensamientos perdidos. — ¿Sigues con el caso de Drácula?— Con una burla, la morena se subió al escritorio de la oficina de la latina para sentarse. En Miami, las personas habían apodado al asesino de varias maneras, como "Drácula" o "el vampiro"; incluso algunos se atrevían a llamarle "el señor de la noche".

—No es gracioso, Mani— Dijo Camila Camila mientras se acercaba al tablero para retirar una foto y un hilo. Aquel hombre de la fotografía ya no era lo que Camila creía como su primer sospechoso. —No tiene un maldito patrón, ni personas con rasgos específicos, ni una secuencia de edad. Además, resulta que ninguna maldita cámara sirve en el momento en que sucede el asesinato... ¿Trafican sangre?

—Nah, si traficaran sangre, créeme que habríamos cerrado este caso hace mucho— comentó la morena al levantarse del escritorio, buscando algo en su bolso para luego acercarse a Camila. —Mila, relájate. No ha habido otro caso en más de dos semanas. Dale calma a tu mente para que pueda expandirse a otras posibilidades— Normani sacó un libro y se lo entregó a Camila. Los ojos de la latina rodaron cuando leyó el título: "Drácula", aquella novela escrita hace dos siglos que le fastidiaba un montón. A ella no le gustaba ese tipo de fantasías. Había presenciado una gran cantidad de cosas traumáticas a lo largo de su carrera, que la mantenía con los pies bien plantados en el mundo real, donde le temía a los vivos y a las atrocidades humanas. Eso era a lo que temía, no a un simple cuento de fantasía.

—Normani, sabes que eso es ridículo e imposible— protestó Camila mientras intentaba devolverle el libro, pero solo recibió un quejido de su amiga.

Chains Blood || CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora