IV

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— ¿No es usted la detective que investiga el caso del asesino de Miami? La he visto en televisión —  Que tonta que era, olvidaba que desde que el caso se volvió muy resonado yo era algo famosa por decirlo así, y no era algo que me agradara, pues la mitad de Miami tenían las expectativas sobre mi — Me llamo Michelle

Extendió su mano y yo la estreche, era suave pero fria, ni siquiera hacia tanto frío aquella noche. Estoy segura de que ella pudo notar mi confusión y mi desconfianza así que me regaló una sonrisa, encantadora a Decir verdad.

—¿Que hacías aquí a esta hora? — pregunté — Es un poco tarde, puede ser peligroso, ya sabes...

— Para mi no — respondio con tanta seguridad — Buscaba algo que comer, por suerte encontré algo por aquí cerca, aunque no muy bueno

—Comprendo — Michelle, había dicho que se llamaba, me parecía tan inquietante y tenía la sensación de haberla visto antes, su belleza era algo que cautivaba, era distinta — Bueno, tengo que irme, que pase buena noche.

Me despedi dándome la vuelta y empezando a caminar, no me quedaba mucho para ir hacia la parada.

—Que sea policía no quiere decir que no sea peligroso para usted — me detuve y gire para mirarla, empezó a caminar hasta hacerse a mi lado — Dejame acompañarte, podria estar el asesino cerca

— ¿Cómo se que no eres tu? — me burle un poco mirándola — Eres una desconocida para mí — empezamos a caminar, acompañadas de la luces de la ciudad, la luna y el sonido de los grillos y nuestro caminar, algo muy tranquilo a decir verdad pero mantenia la guardia arriba.

— Entonces conozcamonos — sonrió y giro su vista hacia mi — Michelle estrabao, veintisiete años, vivo hacia al norte, me gustan los animales, nací en cuba y por ende se reconocer una cubana linda cuando la veo

Inevitablemente me sonroje cuando dijo aquello último, pues lo había dicho en un tono coqueto y sin dejar de mirarme con ese verde esmeralda.

—¿Intentas coquetear con una policía?

—¿Me arrestaras?

— Podria hacerlo, así que ten cuidado — dije en un tono burlesco mientras negaba lentamente con la cabeza — Camila Cabello, veintiséis años, soy de cuba también, no te diré donde vivo pero si que me gusta mucho las ojiverdes con aire gótico en su vestir — ahora era yo quien la miraba directamente, había quedado algo anonadada con lo que habia dicho y luego sonrió, tenia una sonrisa perfecta y un leve rubor la acompaño

— Muy bien, me ganaste, has hecho que me avergüence — rio un poco mientras miro hacia otro lado para que no notara lo roja que se había puesto. Sin darnos cuenta habíamos llegado a la parada del auto bus, y el bus que me llevaba a mi casa ya venia hacia aquí.

— ¿Volveremos a vernos? — mire a la más alta, realmente tenía ganas de conocerla más y sacarme de la cabeza el caso almenos por un rato.

— Probablemente, te daría mi número, pero me han robado el teléfono — me habia decepcionado un poco y justamente el autobús paro enfrente de nosotras — Pero te aseguro camila, que nos volveremos a ver muy pronto

La mire con cara de extrañeza, pero no le di muchas vueltas al asunto, me despedí de ella y subí al autobús, pude ver desde la ventanilla como se quedó parada unos segundos y luego empezaba a caminar. Me habia robado el aliento, eso lo aseguro, era una mujer segura y muy bella, intrigante, realmente esperaba volvermela a encontrar otra vez.

Había llegado rendida a mi casa, me senté a escribir unos informes mientras mi hija veía caricaturas en la televisión a mi lado.

— Mami — inmediatamente levanté mi mirada del portátil para ver a emily — ¿Por qué no tengo papá? Todos mis compañeros tienen uno...

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⏰ Última actualización: May 13, 2024 ⏰

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Chains Blood || CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora