¡AÚN ME DEBES! |＃ Duxino

〈4〉;¿Amor o deuda?❞

⎯⎯⎯⎯·Casi después de una semana de lo sucedido, Duxo no volvió a hablar con Aquino, la razón era porque Aquino dejo de contestarle las llamadas y los mensajes, tal vez haciendo esto con la finalidad de evitar que el azabache lo este fastidiando con el suceso de hace algunos días, en fin. También porque ahora el castaño había entrado en un trabajo de turno nocturno.
Ahora el problema era que al no fastidiar al castaño, eran otras personas a las cuales Duxo fastidiaba contando su 'anécdota' una y otra vez como disco rayado. Dios, no había nadie en su trabajo que no sepa dicha historia.

―Y así fue como después de un estratégico plan, logré vengarme de Aquino, aunque además yo-― Fue interrumpido por uno de sus amigos.

―Ya basta loco, cada maldito día contigo es escuchar como tú solamente hablas de ese tal "Aquino", ¿No tienes otro tema aparte? Dios, parece que te hipnotizaron― Hablo uno de sus amigos con el apodo de "Locochon".

―¿Eh? Eso no es verdad, estás exagerado.

―En ese caso, menciona un tema del cual hemos hablado que no incluya a ese Aquino.

―Emm, pues mira la otra vez estábamos hablando de... este... ¿Cómo se dice? Carajo, te juro que lo tengo en la punta de la lengua, es que no sé cómo se dice...― Trataba de ganar tiempo en lo que recordaba de la semana, ¿En serio solamente había hablado de Aquino en toda la semana? Todo indicaba que sí.

―Ya, mejor no digas nada. Entre nosotros y todos los que trabajamos aquí somos testigos de lo embobado que te quedaste con el Aquino ese, amigo no es por joderte pero quedar endeudado con tu interés amoroso no es de lo más romántico― Dio un sorbo a su jugo mientras miraba como el contrario solamente desviaba la mirada.

―Él no me gusta, deja de confundir las cosas, es mi amigo y lo estoy ayudando a ser más responsable.

―Ajá, ya loco, no tengo necesidad de juzgarte igualmente.

―Ya, mejor cállate, además ahí viene Soarinng― Dijo a la vez que señalaba a su compañero, quien aceleraba el paso para llegar más rápido a la mesa.

―Hola queridos amigos, ¿Cómo les va?― Dijo cómico mientras le daba un mordisco a su tostada y se ponía cómodo, aún estaban en su horario de almuerzo antes de regresar al trabajo.

―Pues hablando del dichoso Aquino, ya sabes, del que siempre nos habla Duxo.

―Verdad, hasta el supervisor de mi área sabe de la existencia de Aquino, en fin. ¿Cuándo nos lo presentas querido Duxo? Me da curiosidad si es lindo o no.

―¿Hola? ¿Por qué necesitas saber eso?

―No pues, si está lindo yo mismo te pago la deuda que tienes con él― Dijo con una sonrisa al ver cómo Duxo fruncía el seño en muestra de enojó, claramente ese era su objetivo.

―Asu' parece que te van a quitar el ganado Duxo― Comento el azabache, soltando leves risas.

―Bueno Soarinng, si fueras tú quien me pagará Aquino no aprendería nada sobre la responsabilidad.

―Pues en ese caso me pagaría con 'otras cosas'― Dijo esto con la intención de darle un sentido 'subido de tono', que rápidamente captó Duxo.

―Cállate, igual no aceptaría ese dinero.

―Entonces, querido Duxo― Interrumpió está vez Locochon― Todo indica que no lo estás haciendo por el dinero, Porque igual plata es plata, no importa si es Soarinng o Aquino el que te paga, igualmente recuperarás aquel dinero, que no te interese si Aquino es responsable o no, además todos sabemos que es una excusa para hablar con él.

⎯⎯⎯⎯·Eso fue suficiente para dejar a Duxo callado, estaba pensando en todo lo que le dijo, Locochon tenia razón, quiera o no tenía que aceptarlo, aquella deuda tarde o temprano será pagada e incluso puede que su amistad se desmorone por culpa de esta, tal vez el castaño no vuelva a confiar en cualquier regalo que le ofrezca por temor a endeudarse otra vez, tal vez ya no salgan tan seguido o tal vez nunca, tal vez ya no hablen tan seguido al no haber algún motivo como lo es dichosa deuda, mientras Locochon y Soarinng ya se han retirado de la mesa el sigue cuestionando todo lo ocurrido.
Por fin acepta, acepta el que aquella deuda es una excusa, su mente a usado eso como un escudo para disimular aquel sentimiento que por tanto tiempo había reprimido, cómo una excusa para que no sea raro pensar en el castaño de forma continua, una simple excusa para olvidar que se había enamorado de su amigo.
Pero en un caso como este no se puede enamorar, no de él, no por el momento.
Tiene que recordar que está en una deuda y por ende debe dejar sus sentimientos de lado hasta que la misma sea pagada.

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❛La deuda de Aquino se mantiene en 53 soles❜.
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