THE LOVER GAMES¬¬A Haymitch fanfiction

Capítulo 4

Me despierto cuando el sol está saliendo, como un día normal. Pero ya nada era normal, estaba en un tren, de camino al Capitolio para participar en los Juegos del hambre, junto a mi hermano.

Con esto en mente me meto en el baño y me preparo para salir de mi habitación y dirigirme al comedor/sala de estar en la que ayer hablé con Haymitch. El olor de la comida inundaba poco a poco mis fosas nasales y mi estómago no tardó en rugir.

Me dirijo hacia la comida, hacia el chocolate caliente y el pan concretamente, cuando escucho a alguien entrar. Me tenso, aunque rápidamente me relajo cuando la persona que se me acerca es mi mentor.

Por su cara puedo decir que no ha dormido una mierda y por el olor que ya ha destapado una nueva botella de alcohol.

-¿Mala noche?

-Mmhh...-pienso que no me va a contestar, pero cuando ya me estoy llevando el pan mojado en el dulce me contesta- Como siempre.

-¿Puedo preguntar el por qué?

-Si logras volver lo sabrás.

Y ahí es cuando me doy cuenta, tiene pesadillas, bueno probablemente no sean pesadillas sino los horribles recuerdos de su participación. No digo nada, no se que decir pero eso parece no importarle.

Cuando tengo el estómago lleno doy mi desayuno por terminado y me le quedo mirando esperando a que me diga algún consejo o la estrategia que vamos a tener.

-¿Qué miras?

-¿Cuál es la estrategia?

-Sobrevivir.

-No me digas...- suspiro, esto va a ser difícil- ¿Y qué coño debo hacer para eso?

-Ese vocabulario niña- y cuando le veo sacar la petaca, listo para beber y no decirme nada más, es cuando me enfurezco. Cojo lo primero que pillo, un cuchillo, y lo clavo en la mesa cerca de su mano- ¿Qué coño?- susurra sorprendido pero al momento sonríe, mirándome.- ¿Sabes hacer algo más?

Cojo el mismo cuchillo y lo lanzo a la pared detrás de él, y cuando se clava entre las maderas que decoran la pared mi hermano entra a la sala. Él me mira, enfadado; Haymitch, sorprendido, me mira sin fijarse en Dorian y se me acerca, tanto que su es capaz de susurrarme al oído.

-Esta noche, arriba en el balcón y sin que nadie te siga. Tu querido hermanito ya me ha contado por encima sus planes y ninguno te beneficia.

Al separarse de mi me mira a los ojos y después los mueve hacia la puerta que lleva a las habitaciones, quiere que me vaya, que no esté con Dorian por ahora. Y eso hago, por lo menos para mantenerme tranquila.