Me paso la mañana junto a Mary, la sustituta de Effie, aprendiendo modales y como caminar en tacones para que, según ella, no me miren como un bicho raro en el Capitolio.
A la hora de la comida llaman a mi puerta librándome de esta tortura, al abrir la puerta me encuentro con uno de los guardias que nos escoltan.
-Vuestro mentor quiere veros, a las dos.
Volvemos al comedor, donde nos encontramos a los dos hombres sentados en un sofá.
-Tomar asiento- dice el rubio- vamos a hablar de vuestra estrategia.
Le hacemos caso, yo me siento a su izquierda y a Mary no le queda más remedio que sentarse con el pelinegro, quien está en un sillón frente a mi.
-Tenéis que ser los hermanos más amorosos que podáis delante de todos- siento como mi mandíbula va cayendo conforme va hablando- no os he visto interactuar en todo el viaje pero espero que vuestras dotes de actuación no dejen a los demás ver eso. Esa es nuestra baza, vuestro amor fraternal, es la primera vez que dos familiares se enfrentan, y creerme cuando os digo que eso les encantará a los patrocinadores.
-¿Tan retorcidos son?- pregunto.
-Cariño, el morbo mueve a los ricachones.
Tras eso se levanta, y sacando la petaca nos deja solos, llevándose a Mary con él.
Cuando la puerta se cierra tras ellos giro la cabeza y me quedo mirando a Dorian, aunque sorprendentemente él ya me estaba mirando a mi.
-Ambos sabemos que no podemos llevarnos bien, somos incapaces, así que te propongo una tregua ante las cámaras y todo el tiempo que no estemos a solas. ¿Trato?- propone ofreciéndome la mano.
Y sintiendo que estoy haciendo un pacto con el diablo le estrecho la mano y doy una sacudida fuerte.
-Trato hecho.
-Ya pensaba que me ibas a dejar plantado.- Es lo primero que me dice Haymitch cuando me siente de pie a su lado en la parte de arriba del tren.
-Lo siento, no he podido salir antes, seguía habiendo gente por el pasillo.- Y esa era la verdad, estuve casi dos horas dando vueltas sigilosamente por mi habitación, esperando a que todos estuviesen dormidos.
-No pasa nada- se gira para mirarme directamente- Planea utilizarte como compinche el tiempo que seas de utilidad para después apuñalarte por la espalda lo mas dolorosamente posible.
-Lo suponía, nadie en casa es amable si no hay nada a cambio. ¿Pero por qué me dices esto, no sería más fácil dejar que lo hiciese y que ganase?
-Puedo pasar la mayor parte del día borracho niña- levanto las cejas, cuestionando lo que dice- bueno, todo el día, pero eso no me quita la capacidad de reconocer cuando alguien no es bien tratado.- abro mucho los ojos, ¿cuándo se ha dado cuenta?- ¿Te tengo que recordar que tu familia y yo somos los únicos que vivimos en la aldea de los vencedores? Además, a veces oigo tus gritos, y el pijama que llevas hoy deja ver tu espalda.
Esas últimas palabras hacen que me abrace a mi misma, tratando de protegerme, mientras las lagrimas comienzan a escapar de mis ojos.
Creo que nunca me he sentido tan indefensa.
Viendo mi estado Haymitch se quita la chaqueta marrón y me la coloca por encima de los hombros, para después abrazarme.
Y sin quererlo me empiezo a llorar como no lo había hecho en años.
Le oigo levemente como trata de intentar calmarme y como me acaricia la espalda, cabeza y brazos, y no me suelta hasta que se asegura de que ya lo he soltado todo. Se separa unos centímetros y me coge la cara, haciendo que le mire directamente a sus ojos azules.
-¿Estás mejor?- asiento levemente- Si alguna vez necesitas desahogarte puedes venir a mi ¿vale?
-Sí- digo, pero apenas es un susurro que temo que no haya podido escuchar por el viento.
-Bien, recuérdalo siempre. Y ahora vamos a la cama, necesitas descansar, mañana dejamos el tren.
-¿Tu vas a descansar?
-Lo intentaré.
Me acompaña hasta mi habitación y cuando estamos frente a la puerta le digo:
-Gracias, por todo- y sin saber la razón le doy un beso en la mejilla, cerca de sus labios.
Cuando me doy cuenta de lo que estoy haciendo tardo un segundo en separarme y meterme en la habitación roja de vergüenza. ¿Por qué he hecho eso?
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THE LOVER GAMES¬¬A Haymitch fanfiction
FanficAzalea sale a cazar sin que su familia se entere. Pero cuando eso ocurre, el castigo marcará su vida para siempre. Pero igual puede sacar algo bueno de los Juegos del hambre.