El oráculo se encontraba en un estado de trance profundo, en contacto directo con los dioses. De repente, una fuerza oscura irrumpió en su consciencia, interrumpiendo la conexión divina y arrebatándole la vida en un instante.En su último aliento, el oráculo experimentó un torbellino de emociones: miedo, dolor, confusión, desesperación. No podía entender cómo una entidad tan poderosa había logrado superar sus defensas y acabar con su vida de manera tan cruel. Al mismo tiempo, una sensación de resignación comenzó a invadirlo, sabiendo que su espíritu estaba a punto de abandonar su cuerpo mortal para unirse a los dioses en la otra vida.
-¿Quién eres tú, oscuridad impía que desafía a los dioses? - susurró el oráculo en su último aliento.
A medida que su vida se desvanecía, el oráculo tuvo una última visión, un destello de la presencia del dios desconocido que había acabado con su vida. No pudo identificar su rostro ni su forma, pero sintió su presencia como una fuerza amenazante que había irrumpido en su mundo divino y había acabado con él sin piedad.
-Tu sombra se cierne sobre mí, pero no verás mi derrota - pronunció el oráculo con voz entrecortada.
Con sus últimas fuerzas, el oráculo emitió un suspiro y su cuerpo quedó inerte, abandonando el plano astral en el que se encontraba.
La muerte del oráculo fue un hecho trágico y lleno de misterios que conmocionó a la comunidad del templo. Los rumores sobre lo que había sucedido eran muchos, y aunque las autoridades habían intentado esclarecer los hechos, la verdad seguía siendo un enigma.
-¿Cómo pudo suceder esto? El oráculo era nuestra guía, nuestra conexión con los dioses - lamentó un habitante del templo.
Se decía que el oráculo había sido asesinado por un grupo de bandidos que intentaban robar en el templo. La idea de que alguien hubiera osado irrumpir en un lugar sagrado para cometer un delito parecía absurda, pero los vecinos del templo aseguraban haber escuchado ruidos extraños y gritos esa noche.
-¡Fueron bandidos! ¡Escuché sus voces y susurros siniestros! Han profanado nuestro sagrado recinto - exclamó un vecino del templo.
Sin embargo, también había quien afirmaba que el oráculo había sido víctima de una conspiración política por parte de sus enemigos. La idea de que hubiera una trama oculta detrás de su muerte parecía más plausible, dado que el oráculo era una figura influyente además de respetada en la región.
-¡Esta no fue obra de bandidos! Los enemigos del oráculo conspiraron en las sombras para silenciar su voz. ¡La verdad se oculta tras oscuros velos! - proclamó un creyente del oráculo.
Otros afirmaban que era el destino de los dioses este acontecimiento, pero nadie sabía con certeza lo ocurrido.
Las investigaciones sobre lo sucedido se habían prolongado durante semanas, pero los avances eran escasos. El templo tendría que buscar un nuevo oráculo para poder guiar a Grecia en sus avances y protegerla en situaciones peligrosas.
-La llama de la sabiduría no debe extinguirse. Debemos encontrar al sucesor del oráculo y mantener viva nuestra fe - dijo el Sumo Sacerdote con determinación.
Por eso, los sacerdotes iniciaron un ritual sagrado lo más rápido posible para encontrar a su sucesor. En el interior del templo, un grupo de sacerdotes rodeaba el cuerpo sin vida del oráculo, mientras entonaban cánticos y oraciones. Uno de los sacerdotes sostenía en su mano un cáliz dorado lleno de la sangre del difunto oráculo, la cual tenía el poder de revelar el nombre del próximo oráculo.
-Con esta sangre sagrada, buscaremos al elegido de los dioses, aquel destinado a guiar nuestras almas - pronunció el sacerdote con solemnidad.
Después de unos momentos de meditación, el sacerdote vertió la sangre en un recipiente de plata y, mediante un ritual ancestral, comenzó a observar las imágenes que se formaban en el interior del recipiente. Las imágenes eran difusas al principio, pero poco a poco se fue vislumbrando el rostro del próximo oráculo.
-Los dioses nos revelan su semblante, un niño de sabiduría divina - susurró el sacerdote emocionado.
Finalmente, se mostró la imagen de un niño de unos diez años, con una expresión serena. Era evidente que ese niño estaba destinado a ser el próximo oráculo. Sin embargo, la noticia se difundió rápidamente fuera del templo y llegó a oídos de los romanos, quienes estaban realizando labores de espionaje en el lugar.
-Un niño oráculo... Un tesoro que debemos reclamar para Roma - declaró un oficial romano con avaricia en sus ojos.
Los romanos comprendieron la importancia de tener al próximo oráculo bajo su control y decidieron emprender la búsqueda del niño. Pero los griegos también estaban interesados en encontrar al joven, ya que ellos también necesitaban su sabiduría para enfrentar los desafíos que se les presentaban.
-¡El destino de Grecia pende de un hilo! Encontraremos al niño y salvaguardaremos su don - afirmó un general griego con determinación.
Así, mientras los romanos se movilizaban para buscar al niño en las aldeas cercanas, los griegos comenzaron a enviar a sus mejores hombres para encontrarlo antes que los romanos. La carrera estaba en marcha y nadie sabía cómo terminaría, pero todos entendían que el niño tenía el destino de ser un ser muy especial, con el poder de cambiar el rumbo de la historia.
El viento susurraba el nombre del oráculo por venir, mientras los imperios rivalizaban por controlar su sabiduría y el futuro de una nación se desvanecía en el horizonte.
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El Legado de la Sangre
Ficción histórica-No necesito tu ayuda- -Nunca suelen pedírmela pero todos la necesitan- Tras la muerte del oráculo, un nuevo sucesor se deberá de levantar para combatir el mal. No sólo deberá de encontrar la fuerza para continuar y encontrar su destino, sino que de...