Capítulo 1

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Wednesday

Una confusión inimaginable atormenta mis pensamientos día y noche sin excepción, y aunque lo extremo y dramático sea algo que por lo general disfruto, no entenderla y no tener el control es algo que escapa de los límites de mi paciencia.

Si bien, las emociones y los sentimientos eran algo totalmente ajeno a mi interés y filosofía personal, ahora ocupaban la mayor parte de mis pensamientos, inevitablemente me encontraba admirando cualquier pequeño movimiento de licantropa, por más absurdo que fuera, cada vez que movía sutilmente su cabeza de lado para acomodar su cabello alborotado por el viento, o como mordía su lápiz de forma brusca ante la mínima señal de frustración. Me hacia volver al inicio de todo, cuando por fin llegaba a pensar que me había curado de aquella horripilante y terminal enfermedad que ataca a los adolescentes carentes de intelecto y seguridad, pero bueno, algunos prefieren llamarlo amor, aunque no estaba segura de que llegara a serlo.

No encontraba ninguna otra explicación, lógicamente lo que sea que fuera esto, se encontraba dentro de ese terreno inexplorado de sentimientos románticos, y quiera o no tenía que aprender a transitarlo.

Mis ojos miraron nuevamente, mi maquina de escribir apunto de oxidarse, no he podido escribir nada estas semanas, mi mente estaba bloqueada en la tormentosa figura de Enid.

Me moví y ladeé mi cabeza de forma brusca tratando de concentrarme, y eliminar esos pensamientos y dirigir mi atención nuevamente en mi escritura.

- ¿Sigues con tu bloqueo literario? Si sigues obligandote no vas a llegar a nada Wednesday. - pregunta una desinteresada Enid rompiendo el silencio en la habitación

- ¿ Y tú qué sabes de bloqueos literarios? Solo estoy teniendo un mal día - respondí girando en mi silla hacia donde se encontraba acostada, con ese aparato rectangular en la mano.

- Probablemente no más que tú, pero.. forzar las cosas nunca ayudan Weds-se sienta para poder mirarme- escucho todos los días tu frustración en los toques insesantes y violentos en el teclado que me dan dolor de cabeza, por eso mírame, yo solo escribo en mi blog, cuando la inspiración quiere encontrarme...

- o cuando el chusmerio barato quiere encontrarte -corregí- no existe punto de comparación, mi novela exige otro nivel de compromiso y atención , que esos típicos dramas juveniles innecesarios para cualquier lector promedio. -volviendo a mi posición inicial.

-¡Wednesday! - exclamó llevándose una mano en el pecho fingiendo estar ofendida - Aush, me molestaría si fuera personal, pero como tu amiga, elijo ayudarte.

No era cierto, admiraba cada detalle que la permitía ser, la extraña habilidad que posee en enterarse siempre de todo tan fácilmente, hasta su intensa insistencia en acercarse y  autodefinirnos mejores amigas, pero no lo diría jamás en voz alta.

- No entiendo como podrías ayudarme - rodé los ojos

- Distrayendote de tu bloqueo, que obviamente es temporal– levantándose– pasando tiempo de calidad de mejores amigas - termina diciendo emocionada dando pequeños saltos desde su lugar.

- No, gracias, no lo necesito - negué rápidamente.

La miro de reojo, y la veo acercarse hacia mi lado de la habitación, parándose detrás.

– Podemos ver tiktoks o películas.. – murmuró aganchandose para estar a mi altura.

– Ese entretenimiento mundano, resulta un intento muy débil incluso para ti Enid, sabes que no me gustan esas cosas, mucho menos podría ayudarme a dispersarme. –fruncí el ceño aprovechando para ordenar unas páginas y no tener que girarme frente a ella, pero resulta inútil porque me las arrebata de las manos, obligándome a mirarla.

–  Bueno, si te resulta un intento débil, no pierdes nada igualmente, ¿no? – agregó con un tono de súplica ante el cuál bufé derrotada.

Enid me atraía, claramente, había llegado a esa conclusión mientras luchaba constantemente contra el  impulso de observarla en todo momento, de no sucumbir ante el delirio de demostrar una pizca de emoción con cada interacción o cercanía que compartíamos, me estaba volviendo loca en el intento, pero debía mantenerme serena para no delatarme, era algo que no podía permitirme aún.

– Bien, pero ni siquiera te ilusiones acepto la ayuda solo para que me des  la razón después– respondí sin más

–¡Yeii! Sí sí lo que digas– asintió eufórica con una sonrisa

Suspiré pesado, dándome por vencida, y la seguí hasta su cama sentandome a su lado.

– Ese video, no fue un total desperdicio de tiempo debo aceptarlo.

– Sabía que te iba a gustar, la recopilación de personas extinguiendose solas, pensé en ti cuando lo vi– respondió orgullosa.

– La estupidez de la gente, es algo que me agrada presenciar– giré la cabeza para afrontarla – pero no cantes victoria aún, sigo creyendo que esto es un intento inútil.

Seguimos viendo unos cuantos videos cortos, más de gente lastimandose, hasta que pareció estar cansada de estar sentada y decidió recostarse posando su cabeza en mi hombro, tan despacio como si tuviera miedo a mi reacción. Puedo sentir su respiración en mi piel descubierta y me es imposible mantener la concentración, siento todo pasar en cámara lenta, como se mueven sus músculos en el leve movimiento de sus dedos deslizándo la pantalla hacia arriba.

La escucho suspirar– ¿Wednesday, qué perfume usas? – preguntó rompiendo el silencio.

Movió su cabeza buscando mi mirada, nuestros ojos se encontraron y tragué saliva, rogando en mi adentros que no me temblara la voz.

– Nno.. No uso perfume– respondí lo más rápido que pude. –¿ Qué es ese sonido irritante?– pregunté rápidamente, salvada por la campana, pensé.

– Ah, es una notificación, suena cuando alguien me manda un mensaje. – explicó

– ¿Y quién te mandó el mensaje?

– Mm déjame ver.. No sé, no lo conozco, es un número desconocido..

Desconocida | Wenclair Donde viven las historias. Descúbrelo ahora