En donde la única hija del Rey Charles III y la Princesa Diana se enamora del cantante británico, Harry Styles.
#1 Harry Styles
#1 Harry
#1 Styles
#1 Royal
#1 One Direction
#1 1D
#1 Wales
#1 Windsor
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—¿Almorzará en su habitación, alteza? —me pregunta Susan en cuanto coloco un pie en Windsor. Le entrego mi abrigo y asiento.
—Por favor, Susan. Tomaré una ducha.
Después de despedirme de mi chofer, me dirijo a mi habitación, donde me encierro en el baño para disfrutar de un relajante baño de burbujas.
Una vez que salgo con la bata puesta, busco mi teléfono móvil al escuchar el tono de llamada. Tras unos segundos, lo localizo en mi bolso.
—¿Sí?
—¡Hola, tía Vic! —sonrío al escuchar la voz del pequeño Louis.
—Hola, Lou. ¿Cómo te encuentras?
—¡Tía Vic! ¡George me está molestando! —escucho gritos y, a continuación, pisadas apresuradas.
—Basta, ustedes tres. Louis, ¿por qué tienes mi teléfono? —reconozco la voz de mi hermano mayor. Me dejo caer en el sofá, riendo—. ¿Vic?
—Hola, Will. ¿Has tenido un día difícil?
—No te imaginas. ¿Y tú? —pregunta.
—Acabo de llegar de Centrepoint; hemos descuidado un poco esa área. Por cierto, el tío Charles te envía saludos —me enderezo, acomodando mi bata al ver a Susan ingresar con un carrito de comida—. Gracias.
—Su alteza, hay un regalo en la oficina postal para usted.
—¿Ya lo han revisado? —asiente—. Hazlo pasar, por favor.
—¿Un regalo? —escucho la voz de mi hermano en mi oído.
—Probablemente se trate de alguna carta —le resto importancia—. Como te mencionaba, con Harry en América, ha estado un poco olvidada.
—¿Puedes manejarlo? Puedo ayudarte, lo sabes —suspiro.
—Ya tienes suficientes responsabilidades. Iré el resto de la semana —antes de que pueda continuar, Susan regresa a la habitación, cargando un ramo de "nomeolvides"—. Vaya.
—Le traeré un jarrón.
No puedo expresarle mi gratitud, ya que sale corriendo.
Permanezco en silencio mientras leo la nota.
"Sé que eran las flores favoritas de tu madre. Lo lamento mucho. Harry Styles."
—¿Vic?
—Lo siento, me distraje un momento —acercando las flores a mi nariz.
—¿Qué es tu regalo? —insiste.
—No seas curioso, William. Debo irme; el almuerzo ya está aquí. Saludos a Kate —cuelgo la llamada antes de que inicie su interrogatorio.
