Cap 5

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Las cosas han escalado rápidamente en poco tiempo, pero en retrospectiva, él no había hecho nada para detenerlo, al contrario, era el primero en dar el paso adelante y el primero en dar la vuelta a la situación.

Últimamente 0037 ha tomado demasiada confianza, ahora le pide abrazos de vez en cuando y pide más por su compañía, a veces por amabilidad le ofrecía su ayuda en sus actividades o construcciones, las veces que no podía estar presente lo observaba de lejos y el castaño era consciente de esto, sintiéndose de alguna forma seguro.

Pero hoy...

Hoy se dio cuenta que no estaba teniendo el suficiente cuidado.

Hoy la federación le había llamado, el albino creía que por fin se habían dado cuenta de lo que sucedía, pero para su alivio, solo le actualizaron futuros proyectos que lo involucraban.

Prácticamente le habían dado un susto completamente innecesario.

Por lo cual, iba más tarde de lo habitual a su recorrido, lo que significaba más tarde para ver al castaño.

Al llegar entro por el balcón como comenzaba a ser su costumbre, pero algo estaba raro, su radar mostraba al castaño en casa, pero no estaba en ninguna planta, por lo que supuso que estaba en el sótano, así que lo espero en las escaleras. No paso ni un minuto cuando la araña salió de aquella puerta mientras se tomaba el brazo y fue cuando lo vio que entendió que definitivamente había algo mal.

0037 lo miraba con completa confusión, mirando repetidas veces a la puerta y luego a él.

''Pero... ¿Tu no estabas abajo? ''

Ok.

¿Cómo que abajo?

El acababa de llegar ¿Acaso había alguien más en la casa y su radar no lo había detectado?

Pronto el castaño le restó importancia y comenzó a divagar sin esperar poca o ninguna respuesta de el como de costumbre, pero algo no cuadraba, así que golpeó su hombro para llamar su atención.

El castaño se quejó por el golpe y algo irritado nuevamente bajo al sótano, hasta que 5 minutos después subió y detrás de él, alguien de blanco lo seguía y salió antes de que la puerta se cerrará y sin darse cuenta, el castaño siguió en lo suyo en su mesa mientras que el de blanco se paraba a su lado.

Cucurucho miro a su compañero, con el ceño fruncido y a nada de soltar un gruñido ¿Qué demonios hacia aquí? Se supone que él había pedido el monitoreo de 0037 exclusivamente para él.

''Ay... hay dos de ustedes''

Eso hizo que ambos pusieran su atención en el híbrido, quién miraba completamente confundido, acercándose con cautela a ambos, analizándolos lentamente por alguna diferencia, hasta que lo evidente se hizo obvio.

El albino una vez más traía un peinado donde lo sencillo se quedaba corto mientras que el otro tenia el cabello recogido en un peinado mas elaborado, una vez mas destacando para el castaño.

''¿Osito Bimbo?''

Se acerco con mas seguridad a el dejando de lado por el momento a su compañero, y le sonrió, con esa sonrisa tan bonita que comenzaba a dedicarle.

''Si''

¡Si! ¡Ese era el!

Tal vez todos llevaban el mismo nombre por regla, pero siempre habría una diferencia notable con los demás, y ese era el híbrido de araña.

Pero cucurucho no comprendía la situación y aún no conseguía las respuestas que necesitaba, así que le propinó un golpe en el brazo al castaño, acción que presencio y enojo al albino, ¿Quién demonios se creía que es para golpearlo?

''¡Au! ¡Ya estuvo bueno de golpes, no quiero ver a ninguno de los dos! ¡Ya no somos amigos!''

Osito Bimbo sabía que estaba siendo dramático, pero parte de él se sentía mal de que lo encasillaran con su compañero, una vez más el castaño se retiró al sótano y ambos albinos se quedaron solos.

Voltearon a verse en silencio, cucurucho sabía que tenía preguntas que no contestaría y el contrario no estaba de ánimos para nada ahora que su araña se había ido.

Pronto cucurucho dijo adiós, retirándose de la vivienda, por otro lado, el albino no quería que su amistad terminará de esta forma y mucho menos su oportunidad, así que comenzó a dejar macetas con flores en la casa y una pequeña mesita con una carta, dónde expresaba lo más sutilmente como apreciaba su amistad, pero también el hecho de que por un tiempo no volvería.

El hecho de que su compañero hubiese estado aquí lo había puesto en alerta, y no quería arriesgar al castaño por algo de lo que no era completamente consciente.

Una vez acomodado todo, al amparo de la oscuridad, él se fue, mirando por última vez aquella casa a la que no podría ir por un tiempo indefinido.

Déjame intentarlo, aún, si pierdo en el intentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora