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A Luka le gustaban las plantas, tal vez esa era la razón principal por la que trabaja en una floristería durante las tardes.

Es complicado y cansado trabajar en dos lugares diferentes, pero era algo que necesitaba si quería sobrevivir en aquella ciudad. Le gustaba su vida hasta cierto punto, tomaba su segundo trabajo como una manera de despejarse de todo, cuidar de las plantas era un trabajo relajante y aprendió rápidamente a darles sus necesidades que no podían comunicar, también, los clientes eran más tranquilos a diferencia del restaurante al que iba en la mañana, usualmente eran señoras totalmente amigables que tenían el mismo interés por lo vegetal que él, a veces se quedaban por un largo tiempo hablándole y haciéndolo sentir menos solo y eso era lo más agradable.

Riega las hortensias cuando aún quedan un par de horas para cerrar y suena la campana de la puerta anunciando la llegada de alguien nuevo, pone su mejor sonrisa arrugando sus ojos cansados y coloca las cosas en su lugar en orden antes de darse la vuelta para saludar.

- "Bienveni...do"- arrastra la última sílaba al ver quién lo saludaba en la puerta, la sonrisa se mantiene pero su corazón dio un brinco en su pecho que le hizo comenzar a sudar ante la imagen.

Su vecino parado en la puerta entre las macetas llena de flores, es algo extraño que se encuentren habiendo tanto espacio en la ciudad cuando solo solían coincidir en el pasillo de los departamentos, aún así no se deja atormentar por las ideas y con sus ojos brillando de una manera que sólo lo hacen cuando ven al dueño del 512, decidió mantenerse profesional y no ir más allá que atenderle con lo que necesite. Sin embargo, se queda petrificado en su lugar viéndolo acercarse, ni siquiera sabe porqué le gusta este chico y ahí lo ven como un tonto cada vez que lo ve.

- "Hola, eh..."- era la primera vez que escucha su voz, el acento español endulzando su tono perfectamente equilibrado, en la opinión del croata privilegiados eran sus oídos o tal vez solo estaba demasiado embobado para ver algo mal en el hombre que lucia concentrado en algo en él. -"Luka"-.

Un latido y su corazón bombea más rápido subiendo la sangre a su cabeza, es curioso como todo cambio en un segundo a otro y ahora su cuerpo estaba emocionado por cosas tan simples. Así es como funciona la felicidad, cosas pequeñas que no parecen demasiado, pero en realidad son el mundo entero, tal vez era exagerado, pero realmente se sentía atontado en medio del olor de flores y hojas mojadas esparcido por toda la tienda.

- "Es una sorpresa verte acá, pero me viene como anillo al dedo"- vuelve a hablarle al hombre que parece encantador, siendo amable cuando habla y luciendo realmente feliz de verlo aunque lo hagan casi todos los días. Luka también está feliz porque tiene la oportunidad de darle algo más que una sonrisa sonrojada y un saludo tembloroso, era una paso porque ahora sabe lo dulce en su voz que nunca se hubiese imaginado escuchar.

- "Sí... también creo eso"- se aclara la garganta en medio de la oración y ambos se quedan en silencio mientras se ven a los ojos, Luka pensando en que decir para actuar profesional y no como un idiota. -"¿En qué puedo ayudarle?"- por mucho que le guste, Luka no lo conoce más que sonrisas rápidas y saludos pasajeros a la distancia, es respetuoso cuando le habla porque aunque el chico le haga fantasear en la soledad de su habitación, no eran amigos ni nada por el estilo, él ni siquiera sabía cuál era su nombre y seguía llamándolo «el chico del 512».

- "Bueno, estoy buscando flores para una persona especial, pero en realidad no sé mucho de flores"-.

Y Luka no sabía cómo sentirse al respecto, en realidad no quiere hacerse ideas que lo atormentaran y le harán sentirse avergonzado por pasar sus noches escribiéndole a alguien que probablemente ya tenía alguien especial, quiere pensar que esa persona era alguien de su familia aunque no importaba si lo era, él nunca tendría una oportunidad con el chico cuyo nombre ni siquiera conoce. En su lugar, le da una sonrisa sincera que apaga ligeramente el brillo en sus ojos, pero transmite amabilidad; no importa si su sueño se convierte en frustración, iba a ayudarlo a encontrar lo que necesitaba, era su trabajo.

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⏰ Última actualización: May 11, 2023 ⏰

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El Chico Del Apartamento 512 || lukamos [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora