Eres como una sombra, como una aterradora viuda negra esperando en un rincón.
Tus ojos negros me observan y tus ancestrales institntos arraigados te dictan que hacer.
Yo sé que estás ahí, susurrandome al oído palabras podridas, envenenando mí razón. Te acercas a mí fingiendo inocencia, sonriendo dulcemente con ojos tan brillantes. Tu voz es la muerte para mí, la muerte de mi integridad y mi orgullo. La sentencia inevitable de mi amor propio, pues una palabra ruya es sufiente para cuestionar hasta mi propio apellido.
Solía ser tan fuerte, era absoluta antes de conocerte y luego de padecerte me quebré en pedazos.
Tardé meses en poder juntar las piezas y mucho tiempo mas en poder unirlas, pero todo es tan diferente. Tengo tu imagen atormentando mi mente, tengo tu retrato favorecedor colgado en el pasillo de mi casa.
¿Eres y no eres?
Cuanto mas lo veo menos te pareces, por que hay líneas que inventé, que te favorecen. Sé quien eres por que posees la escencia de quien fuiste para mí pero ¿Eres? Tal vez no seas.
Una pincelada de color, una sombra nueva. Corrijo líneas, trazo detalles que complementen tu figura ¿Pero eres? Tal vez fuiste una quinta parte de mi magnífica obra, tal vez una vez, por un momento, fuiste de verdad.
Un gran manipulador es como puedo llamarte, lograste romperme y construir arte del cual alilentarte ¿Pero eres?
No, no lo creo. Hiciste un buen trabajo, tengo que admitir. Pero desde el primer día te dije que yo era una gran artista ¿Que podías esperar de mí? Rellené cada hueco que dejaste y mi genialidad superó tu mero encanto. ¿Como puede ser que mí versión de tu ser sea superior a tu realidad? ¿Eres?
Definitivamente no eres, creí que fuiste, pero nunca pudiste. Si tan solo fueras la mitad del hombre que cree pensando en tí. Si tan solo pudieras ser tan malvado, inteligente, talentoso y encantador, entonces valdría la pena llorar por tí.
Lloré todo un río por lo que creí que eras, te busqué, te encontré y me decepcioné. Perseguí desesperadamente esa araña que pudrió mi alma, pero no encontré nada digno de mí atención.
¿Donde está la persona que llamé tantas noches entre sueños?
¿Donde está aquel que un día me hizo sentir inferior?
¿Donde? ¿En que lugar ví a ese ser etéreo que creí no merecer?
No hay nada, nada que valga la pena admirar.
Lloré un río por tí y me dijiste que podíamos ser lo que yo quisiera. Pero no es verdad si lo único que quiero es que seas mío. Dijiste que podíamos ser lo que yo quisiera, pero tú solo querías una cosa de mí... Y esa pequeña parte que estabas dispuesto a darme, no me era suficiente para mí.
Lloré un río por tí, lloré todo lo que quise.
Lloraste diciendo que te sentías solo.
Lloraste un río, lloraste tanto que me compadecí.
Lloraste y me abrazaste para obtener una única cosa de mí y casi cedí. Yo también lo deseaba, no voy a mentir. Pero cuando sonreiste petulante, supe la verdad.
Nisiquiera me puedes engañar.
«Que patéticas habilidades actorales»
Ahora puedo decir, soy una artista, es lo que sé. Y no alcanza, nada me alcanza, nada de lo que puedas darme me alcanza.
Ahora podés llorar, llorá todo lo que quieras, llorá todo un río, yo no lloraré nunca mas por tí.