Hay algo que creo que noté de mí, es algo que me hace querer llorar. Siempre para mí fue extraña la expresión “Hay que saber elegir entre lo quiere el cerebro y el corazón, solo uno tiene razón”... Era extraño por que en mi caso ambos siempre decían lo mismo. Siempre iban en armonía, sintiendo, siendo felicies y aveces sangrando. Ambos se equivocaron mucho pero siempre juntos.
Ahora que soy grande supongo que lo entiendo. No es que mi cerebro quiera cosas distintas, es que él crece y aprende, entiende y también le duele. Al contrario, mi corazón no aprende, siempre es igual. Mi mente sabe lo que mi corazón ignora e intenta que no nos lastimen, él sabe a lo que nos enfrentamos y cuales serán las consecuencias. El corazón lo ignora y se deja llevar, es estúpidamente valiente y aguerrido, algo que debo concederle, lo admiro por eso, pero siempre corre riesgos que son facilmente evitables. ¿Debo darle la razón a uno o a otro?
Uno siempre está triste y tiene razón, mientras que el otro se sorbe las lágrimas y destrozado lo vuelve a intentar. Creo que en mi son más fuertes las pasiones.
“Si he de morir que sea por amar.”
Tengo un corazón ardiente que sabe lo que quiere pero una mente perezosa y temerosa, demasiado cansada para intentar.
No la culpo, ella ha sido golpeada tantas veces que tiene miedo de volver a sentir dolor. El miedo me detiene, me paraliza y me deja con más preguntas que respuestas. Estoy sola con mi corazón y mente, eternamente peleados.
Creo que necesito ayuda, una mano amiga que pueda liberar mi mente de las cadenas de la depresión. Basta de temer, basta de detener lo que sea, por favor. Vivimos tantos años en armonia, juntos podiamos hacerlo todo, realmente lo creímos. Yo aún creo en nosotros, en nuestro poder y en que siempre tuvimos razón.
Mi cerebro, siempre siempre tuviste razón, aveces podías equivocarte pero siempre tuviste razón. Lo sabes y yo lo sé, es algo que está en tu ADN. Yo puedo hacerlo, sé que puedo, pero te nesesito. Si no crees en nadie está bien, pero cree en mi. Cree en lo que podemos hacer juntas, justo como antes, cuando soñabamos juntas y por un momento todo era tan real como el cielo azul o la tierra pegada en la planta de nuestros pies. Nacimos para esto, nacimos juntas para lograrlo, es nuestro destino y lo sabes, siempre lo supiste. Estabas tan segura, cree en mi y cree en tí. Los demás pueden decir lo que quieran pero esta es nuestra propia verdad. Puedo hacerlo, sé que puedo pero no sola, no sin tí.