3: Mirada

14 3 0
                                    

Cuando JiMin me dijo que no me cayera de rodillas ante su "mansión", pensé que bromeaba.

Pero estando delante de ella ahora mismo –si no fuera por la situación—, yo realmente hubiera caído en redondo.

Unos pilares en forma de columna se ciernen hacia arriba, blancos como la nieve; a su lado, unas mini cascadas de agua dándole el toque moderno y elegante. Sin mencionar que su jardín tiene plantas podadas de diferentes tamaños y formas. Ni en toda mi vida podría pagarme una mansión así.

Bueno, eso me hace tranquilizar por la parte de que TaeHyung está en un buen lugar.

Oh, Tae. A medida que nos acercamos más a la entrada, mi estómago es un revoltijo de emociones. No lo veo hace dos meses, ¿por qué me atemoriza tanto pensar que me odia aún más?

–¿Quieres tomar algo? –ofrece JiMin cuando estoy admirando los ventanales con cortinas gigantes.

–¿Ah? No, no... Estoy bien así, gracias, hyung –murmuro juntando mis manos en mi regazo como niño bueno–. Solo necesito hablar con Tae.

–Quítate los zapatos y desinfecta tus manos –lanza YoonGi después de hacer lo mismo y perderse por un largo pasillo.

JiMin, por su parte, me mira avergonzado y niega. –Lo siento, es un obsesivo de la limpieza, cuando lo conocí era peor, créeme.

Le doy una sonrisa tranquilizadora. –Está bien, entiendo.

Cuando ambos estamos en la sala de estar, JiMin me mira seriamente.

–JungKook, de verdad no sé qué sea ese problema entre ustedes pero... ¿Quieres un consejo? –Asiento–. TaeHyung está muy sensible, así que intenta ser lo más suave que puedas si quieres llegar a algo.

Asiento más despacio, prestándole atención. –Jamás haría algo para perjudicarlo.

El rubio sonríe. –Eso se nota. Bueno, ahora ve, despertó y le dijimos que esperara el desayuno mientras íbamos a la tienda, dijo que se daría una ducha mientras tanto así que debe estar libre ahora mismo. Sube las escaleras y es la primera puerta a la izquierda.

Muerdo mis labios y fricciono mis manos entre sí, producto de los nervios.

–De verdad, gracias por todo, JiMin. No sé qué hacer para compensarte esto...

–Trata bien a Tae, solo eso –sugiere sonriente.



Es lo único que quiero.



———————



–Okey, JungKook, solo debes golpear suavemente. –Asiento para mí mismo entre susurros–. Si él no quiere verte, al menos lo verás a él, debes darle un solo mensaje, solucionar las cosas y lo dejas en paz. Okey, okey.

Resoplo y alzo la mano para tocar con mis nudillos. Antes de que mi piel toque con la puerta, ésta se abre.

Y malditamente nada en el mundo me hubiera preparado para ver a un TaeHyung -ahora- teñido de pelirrojo tan sorprendido como yo. Su cabello húmedo, goteando, tan rojo como los ojos de un dragón enfurecido.

Lo admiro en menos de un segundo, y también me doy cuenta de que sus expresiones cambian progresivamente; sorpresa, confusión y enojo.

Ahí está. Uno de mis mayores miedos, esa mirada. La mirada de odio hacia mí. Es tan doloroso. Nunca creí que TaeHyung me miraría de esa forma, nada me preparó para este momento tan desagradable. Sus ojos oscuros bajo esas pestañas largas, sus dientes apretados haciendo resaltar su mandíbula, y joder, ese cabello rojo que -aunque la situación no lo amerite- resalta tan bien con su tono de piel dándole un toque dorado.

Making Love | KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora