Todo empezó con cinco palabras. Esas cinco malditas palabras que jamás hubiera esperado, en el momento menos soñado, de los labios menos esperados.
–Que me hagas el amor.
Uno podría asimilar varias cosas cuando le vienen a hacer tremenda demanda, empezando desde un simple capricho y desembocando en una peligrosa obsesión.
Pero los ojos de TaeHyung aquel día solo me suplicaban por un favor. Él lo llamó "favor de amigos", ¿yo? Una locura.
Cuando descarté que no era ni un encaprichamiento o una broma de muy mal gusto, me enfoqué en estar tranquilo y comprender la situación.
O eso intenté.
–TaeHyung, por todos los cielos, ¿acaso estás escuchándote?
–Sé que no tiene sentido –se apresuró en decir y quiso acercarse a mí pero de lo consternado, yo retrocedí–, y comprendo que estés estupefacto, yo también lo estaría, es decir, seguramente nadie en su sano juicio viene un día normal a pedirte que lo folles pero...
Negué varias veces con la cabeza al borde de la locura. –Basta, deja de hablar, lo estás haciendo más raro de lo que es.
Observé a mi mejor amigo mirarme y morderse el labio inferior. Sus ojos cristalizados, el semblante de derrota y un atisbo de asimilación.
–Ya veo –dijo en voz apagada apartando la mirada para jugar con sus dedos–, yo... estoy siendo egoísta, ¿verdad?
Oh, no.
Me aparté unos mechones de la frente y suspiré. –Mira, Tae, no sé qué pasa por tu cabeza, no sé qué te llevó a pensar en esa... proposición pero podemos hablarlo, ¿sí? Quizás necesites desahogarte y...
–¡Que solo necesito que me hagas el amor!
A él no le importó que estuviéramos en un supermercado rodeado de personas, ni que algunas señoras se giraran a vernos con cara sorprendida, o algunos hombres se rieran por lo bajo entre murmullos. A él malditamente no le importó.
Con la mandíbula tensa, abandoné el carro de compras para apresarlo por la muñeca y arrastrarlo hasta la salida. No opuso resistencia, así que una vez que estuvimos fuera, detrás del supermercado donde nadie podía oírnos o vernos, lo solté contra una de las paredes.
Su rostro estaba decaído pero no lloraba, simplemente estaba cabizbajo sin mirarme.
–TaeHyung, creo que hay algo que no entiendes y debo hacértelo presente. –Suspiré–. Tengo novia, tú acabas de salir de una relación, somos mejores amigos –recalqué–, ¿sabes las consecuencias de un acto así?
–Sí –murmuró–, y no tiene por qué significar nada si no quieres.
–No, Tae, no se trata de eso... ¿Tú crees que yo podría follarte y fingir que...? Dios, esto es una maldita locura –dije cuando me dí cuenta de que la palabra follar y TaeHyung sonaban muy irreales juntas–. Yo no puedo hacerle eso a JiEun ni a ti, Tae.
Él solo se limitó a asentir todavía sin mirarme. –Yo solo... pensé que como eras heterosexual esto solo iba a quedar como... un favor de amigos.
–Ese es el problema, nunca he estado con un hombre, no soy gay, Tae, ni siquiera sé cómo se lleva a cabo el... el...
–Yo tampoco sé de eso –me cortó y esta vez me miró con ojos gélidos –, soy jodidamente virgen aún, JungKook.
Sus palabras salieron con un toque de dureza y repulsión, como si fuera algo malo, algo de lo que avergonzarse. Intenté hablar, pero él continuó.
–¿Y sabes por qué sigo jodidamente virgen? Porque ninguno de los estúpidos que salieron conmigo fueron siquiera capaces de complacerme, solo eran unos toqueteos para su satisfacción, ellos me usaban y yo no recibía nada a cambio, ¿sabes cómo me sentía? Como una puta, JungKook. Una puta a la que ni siquiera le daban dinero. –Su tono de voz cambió a uno más melancólico–. Empecé a pensar que había algo mal conmigo, que quizás era horrible y que... Jamás iba a encontrar a alguien tan pendiente de mi necesidad también, alguien que se preocupara lo suficiente como para querer cuidarme y satisfacerme. No te digo que nunca estuve a punto de follar pero, la única vez que alguien quiso bajarme los pantalones a forcejeos, terminé en la comisaría y él en el hospital por dolor de huevos. –TaeHyung me miró con ojos cristalizados–. Entendí que no era solo follar, yo quería que me hagan el amor, y cuando comprendí que la mayoría de personas en este mundo no hace todo por amor, me resigné.
–¿Y qué te hizo acudir a mí? –solo me digné a decir, porque las cosas que empezó a decir TaeHyung, no las sabía hasta ese momento.
No me imagino lo que habrá que tenido que pasar, y todo eso sin nadie a su lado. Solo unos estúpidos que lo usaban y luego lo descartaban, como un juguete inservible. Algo en mí se encendió pero mantuve la compostura para no perder los estribos.
TaeHyung me miró sonriendo tristemente. –Tú eres diferente a los chicos con los que he salido, JungKookie... –Que dijera ese apodo en estos momentos, solo hizo que mi corazón se llenara de calidez–. Tú siempre me cuidas, siempre me cuidaste. Cuando éramos tan solo niños de secundaria, me acompañabas a casa y no te ibas hasta que me veías entrar –Sonrío vagamente ante aquellos recuerdos–, me defendiste cuando aquellos niños se burlaron de mi gusto musical y me compraste ese álbum de jazz que tanto quería. –Su mirada se perdió en algún punto de mi rostro–. Supe que no habría nadie más perfecto que tú para entregarle mi virginidad, para hacer el amor sin amor de por medio, no amor de parejas, claramente, pero sí ese amor de amigos, sé que serías... lo más cuidadoso posible y que te esmerarías tanto en... complacerme.
Tragué duro. Esas palabras no tendrían por qué darme piel de gallina y un cosquilleo en el estómago. No tendrían que venir a mi mente imágenes de TaeHyung siendo follado duramente por mí, tan profundo y tan ruidoso que lo único que querría sería acallar esos gemidos con mis labios para... Diablos. No podía estar tan mal de la cabeza. Incluso pude avistar el semblante de deseo de TaeHyung frente a mí.
–No te voy a negar que me sube el autoestima que pienses eso de mí y que me tomes en cuenta pero como bien dijiste, solo somos amigos, TaeHyung –me obligué a decir–. Y aunque te quiera mucho, la sola idea de estar con un hombre... no está en mis planes.
Sé que me dirán que soy un hijo de puta por haber dicho esas frías palabras que desencadenaron las lágrimas de Tae, decepcionándolo, hiriéndolo, todo lo contrario a lo que yo querría. Pero se estaba tornando confuso, mi mente estaba confusa, además mi sentido común lo tomaría como una traición a mi novia que amo con el corazón.
Ese día, aún así, detrás del supermercado, TaeHyung asintió sin decirme nada y se fue corriendo.
Y yo, yo solamente me quedé mirando como un bobo su silueta perderse entre los coches.
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Jelou! Esta es mi primera historia así que seguramente habrán errores de principiante, pero les aseguro que les voy a dar lo mejor de mí para su disfrute.
La historia no va a tener miles de capítulos, eso lo tengo claro. Planeo que sea corta aunque con capítulos extensos, así que si hay alguna persona a la que le guste la intensidad, déjeme decirle que encontró a alguien con mucha intensidad, juju.
Y aunque la publicación de esta historia no llegue a muchas personas, voy a estar muy feliz de que al menos una persona pueda leerla y salir un poco de su realidad.
¡Espero que les guste tanto como a mí! Pueden encontrar esta misma historia en mi perfil de Inkspired (tengo el mismo user), por si acaso la llegaran a bajar de acá.
Nos leemos ♥
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Making Love | KookTae
FanfictionTaeHyung le pide un favor a su mejor amigo JungKook, pero las cosas parecen ser más complicadas de lo planeado. Para ambos.