Me estaba recogiendo mi pelo rubio en un moño cuando mi móvil sonó, llevándose toda mi atención. Lo tomé entre mis manos y reconocí el nombre de mi mejor amigo: George Russell.
-¿Qué hay Georgie? -le pregunté una vez que acepté la videollamada y dejaba el móvil apoyado en unos libros.
-Quería saber cuando iba a salir mi querida amiga de su habítación. -habló a través de la pantalla- Porque llevo media hora esperándote fuera.
Abrí los ojos cuando recordé que habíamos quedado en ir juntos al paddock hoy a las 10 am para la carrera de Silverstone. Miré el reloj de mi muñeca para ver la hora.
10:30
Ups.
-Lo siento George, no sabía qué ponerme. Y creo que se me ha pasado el tiempo.
-¿Crees? -preguntó sarcasticamente- Es igual, ahora me debes un helado. -soltó una risita maliciosa.- Estoy abajo, bajas ya o me largo. -me lanzó un beso a la pantalla y colgó.
Agradecí estar ya preparada, porque siendo sincera, veo capaz a George de irse sin mí y dejarme plantada. Cuando me aseguré de que tuviese todo y todo estaría en orden, suspiré y salí de casa buscando el Mercedes de George.
Estaba muy nerviosa, era mi primera vez acudiendo al paddock en mi vida. Ser hija del mismísimo Toto Wolff no era algo sencillo. Y menos para mí, que soy un desastre total. Y creo que precisamente por eso mi padre nunca me había llevado frente las cámaras antes.
Os preguntaréis cómo conocí a George, pues muy fácil: cuando mi padre lo fichó para que corriese en Mercedes, digamos que se sentía algo solo, como es lógico. Y a mí me dió algo de compasión, ya que yo tampoco sabía que hacía exactamente allí. A si que nos fuimos acercando el uno al otro poco a poco, nos fuimos haciendo más cercanos hasta llegar a ser mejores amigos.
George se había convertido en mi hermano mayor, él a pesar de tener veinticinco y yo veintidós nos comportábamos como niños de cuatro cuando estábamos juntos.
-Por fin llegó la damisela. -me dió un abrazo cuando me senté en el asiento de copiloto.
-¿Damisela? Dios mío, George. No me seas ridículo. -solté una carcajada.
-¿Qué? Tú me llamas Georgie, no sé que es más humillante. -contraatacó- No tengo ni idea de dónde quedaría mi dignidad si la prensa se entera de ese apodo.
-Pues probablemente me agradecerían por haberlo creado. -le guiñé el ojo.
Cuando llegamos al famoso circuito de Silverstone, que por cierto, era la homerace de nuestros dos pilotos; George Russell y Lewis Hamilton, aparcamos en un parking más privado y alejado de los fans.
Bajamos del coche juntos, y tratando de ser evitados por los paparazzis (misión imposible ya que estaban por todas partes), llegamos al motorhome de Mercedes. Al llegar todos nos saludaron y me dieron una cálida bienvenida a mi primera carrera.
Un hombre alto y fuerte apareció en la sala, lo reconocí como mi padre. Toto se acercó a mi y me dió un abrazo.
-Hola chicos. -nos saludó a ambos, luego se dirigió a mí.- No habrás montado mucho revuelo por ahí al llegar, ¿no?
Ya estaba modo "papá sobreprotector".
-Que sí, papá... -rodé los ojos.
Mi padre suspiró frente a mí y nos llevó a una sala mas apartada del resto, para tener algo más de privacidad.
-Atenea... -comenzó una vez estando solos.- Yo sé como eres hija, porque te conozco. Y por eso te pido que no te metas en muchos líos. La temporada no está siendo sencilla para el equipo, y no podemos meternos en problemas. -ya sabía por donde iría esta conversación.- A lo que quiero llegar, es que, -suspiró- te quiero alejada de los pilotos. -sentenció.
-¡¿Qué?! -grité- ¡¿Acaso te has vuelto loco?!
-Atenea...
-¡No, papá! -le interrumpí- ¿No voy a poder acercarme ni a George ni Lewis?
-Ellos son la excepción. Pero al resto a más de diez metros.
-Estás de coña.
-No.
-Pero papá...
-Atenea, basta.
-No voy a hacer nada. Lo prometo.
-No pienso discutir esto más. Ya sabes las normas, -habló- si las ignoras habrá consecuencias. -y dicho esto, salió del despacho. Dejándome sola en él.
Unos segundos después, Susie Wolff, la mujer de mi padre, llegó a la sala conmigo a darme un abrazo. Supongo que habrá escuchado todo.
Susie siempre había sido muy comprensiva conmigo, y cada vez que mi padre me castigaba, ella era la primera en convencerle de que no lo hiciese.
La quería mucho.
-Ya está cielo... Seguro que se le pasa rápido. -me acarició la mejilla- Ya sabes como es tu padre. -yo asentí, y ella sonrió.- Y ahora, vayamos a prepararlo todo. Tenemos una carrera que ganar.
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Aaaah !!! Por fin el primer capítulo de McLaren's Girl está aquí. Me lo habíais pedido demasiado, a si que aquí está.
Disfrutar !!
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𝑀𝑐𝐿𝑎𝑟𝑒𝑛'𝑠 𝐺𝑖𝑟𝑙 ➪ ʟᴀɴᴅᴏ ɴᴏʀʀɪs ғᴀɴғɪᴄ
Fanfiction¿Qué pasaría si la hija del director ejecutivo de Mercedes; Toto Wolff, se enamora de un piloto? Atenea Wolff es el claro ejemplo de ello. El ejemplo de que, el amor puede ir mucho más allá de cualquier norma, escudería o padre.