1

787 48 9
                                    

¿Quisieras tener una cita contigo?.

Tsumiki Mikan y Naegi Makoto.

Son 2 estudiantes definitivos, los cuales tienen grandiosos talentos, y-!.

No espera, ¿que mierda esta pasando?.

Oye, ¿que coño?.

Tsumiki está chupando la sangre de la herida que tenía la piel de Naegi, manchandose los labios en el proceso.
Ella acariciaba alrededor de la herida, la piel era tan suave que sentía como si fuera de algún peluche esponjoso.
Era un corte limpio hecho por el bisturí que tenía la enfermera en la mano aún con gotas de sangre empapandolo.

La cara de naegi estaba horrorizada.

Todo sucedió demasiado rápido.

Esto no...

Esto no ...

No se supone que todo debería de ser así

Digo, Mikan y Sayonji chocaban entre personalidades pero,¡¿Quién hubiera creído que fue a tal extremo?!.

El cuerpo de Sayonji estaba en el suelo, pálido y con varias jeringas clavadas en varias partes de su cuerpo. Incluso un líquido verde se derramaba de estas y manchaba la ropa de la chica.
El líquido verde corría por sus venas.
Sus ojos estaban completamente blancos, un rostro desfigurado con una mueca de dolor y espuma saliendo de su boca.

Era un espectáculo perturbador y traumático.

Naegi empezó a hiperventilarse, estaba abrumado, ¿y quién podría culparlo?. Se supone que venía a visitar a su novia porque esta estuvo una semana entera sin ir a clases, no le contestaba ni mensajes ni llamadas y el claramente se preocupó y fue a buscarla solo para encontrarla en su habitación mirando la ventana teniendo a su lado el cuerpo de Sayonji. Y eso, le había traído un trauma a naegi a tal punto que tenía la necesidad de vomitar debido a que sentía su estómago retorciéndose, lamentablemente Mikan  noto el estado de naegi de inmediato.

A él le importaba el estado de esa perra. Eso no lo podía concebir.

Aparto sus labios de la herida, solo para darle unas cuantas lámidas y mirarlo fijamente. Su voz haría retorcer a cualquier niño que de le acerque.

"¿Mi amado, porque estás tan preocupado?" Cuestiono la enfermera moviendo la cabeza hacia un lado haciendo un puchero.
Miraba con simpatía al cadáver después de todo, ella era solo una peste, era una pequeña distracción que no le permitía concentrarse en su amor. Y eso no será posible por nas tiempo.

Escupió al piso y tomo de la corbata de su camisa blanca, procedió a jalarla hasta que sus rostros se encuentren a 10 centímetros de distancia. Pregunto nuevamente con una mirada gélida y desafiante."¿Por que te interesa esa distracción?". Apretó el puño con rabia, sus celos eran notorios.

Todo parecía de ir a terrible a perturbadoranente peor.

Y empeoró aún más cuando la enfermera 'timida' tomó el vate que su kohai Kuwata que había 'prestado' en un estúpido intento de coqueteo.
Odio con todas sus fuerzas a Kuwata en ese momento pero no tuvo tiempo en que pensar pues su pareja empezó a levantarlo con sus manos por encima de su cabeza.

Y sin previo aviso el objeto estampo contra la cara de Naegi antes de que este caiga al suelo. Ella hizo otra cuestión con el bate en su mano."¿Quisieras tener una cita conmigo, mi amado?". Logro escuchar a duras penas antes de que el objeto de madera impactará nuevamente en su cabeza y lo deje inconsciente.

En aquella habitación que pertenecía a la muchacha de largos cabellos color ciruela y de mente enfermiza solo se escuchaba como una risa maniática se escuchaba y el líquido hacía su trabajo en el cuerpo de la chica más baja.

Tik Tak.

Las gotas de lluvia se estampan contra la ventana de su habitación y empiezan a empañarla en el proceso. El agua empieza a hacer su trabajo mojando todo lo que toca, mientras que en la habitación sólo se escuchan goteos pequeños.

La psicópata solo miraba con nostalgia la lluvia. Le traía tantos recuerdos...

Cuando una chica de cabello corto anaranjado le dio un puñetazo en la cara solo porque ella no tenía dinero que darle. Y luego de esa agresión recibió una sesión de parados por la misma chica gritándole que era una perra barata, una perra inútil.

O cuando unos jóvenes delincuentes rubios la usaban como cenicero y dejaban quemaduras en su espalda. Después de ello empezaron a tirar sus cuadernos de trabajo a un pequeño lago cerca del Colegio.

O cuando su padre le escupió en la frente y luego de eso le dijo que tenía dolor de cabeza y que su presencia le repugna solo para proceder a ordenarle que se largue de la casa por una 1 hora. Ella obedeció con lágrimas en los ojos.

En todas esas ocasiones después de recibir palabras crueles llovía.
Pero basta de recuerdos espantosos, debía enfocarse en su presente.

Estaba polvoriento, no recordaba cuánto fue el tiempo en el que no regresó a ese lugar al cual nunca pudo llamar 'hogar'. Habían telarañas en las esquinas, la pintura se desgastó con el pasar del tiempo, su habitación estaba desarreglada y todo parecía estar de cabeza.

No había sangre, al menos no por ahora. Así que solo debuta limpiar le liquidó verde que manchó parte del suelo.

La chica paró su momento de locura, sonrió de oreja a oreja y miró a su afortunado favorito en el suelo. Sus fantasías se estaban volviendo realidad. Tuvo que obligarse a peñizcarse en su brazo repetidas veces para asegurarse que este no era otro sueño con el cual despertaría húmeda y mojada.

No, ¡está era la realidad y eso lo hacía aún mejor!.

La adrenalina que sentía recorriendo por todo su cuerpo era indescriptible, y como cierta zona de la anatomía femenina palpitaba también.
Sus cabellos se erizaron.

"Ahora"Hablo."¿Que te parece si iniciamos con el round 1, amado?". Sus ojos se posaron en su inocente víctima, la  cual trató de, inútilmente advertirle sobre lo peligrosa que podía ser su novia pero si tiempo se agotó antes de que pudiera hacerlo.

La chica tenía pensado iniciar ahora, pero no podría hacerlo con la peste que estaba interrumpiendo su momento a solas. Debía deshacerse del cadáver. No quería que en pleno acto de amor puro moscas e insectos empiezen a hacer su trabajo con el cuerpo a lado de ellos.

"Pero primero sacaré a la basura,¿puedes esperar un poco?". Preguto literalmente a la nada mientras empezaba su trabajo.

Una sesión de torturan se aproximaban con cada minuto que pasaba.

No Es Amor, Es Obsesión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora