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Cualquiera pensaría que tener pareja es algo hermoso, algo que cualquiera desearía tener y haría hasta lo imposible para conseguir lo que sus corazones tanto desean.

Pero en la vida de naegi makoto tener pareja fue la peor cosa posible que la haya sucedido.

Cada vez que despierta solo anhela poder salir de aquella habitación. Esas cuatro paredes que lo mantienen confinado del resto de la sociedad, las rejas que no le permiten escapar del mounstro en el que se convirtió su pareja. O así pensaba que ella era, para él las personalidades de lo que ella era antes y de lo que es ahora son totalmente diferentes.

Tanto que ni parecen pertenecer a la misma persona. Ni el se lo termina de creer al cien por ciento.

El primer inconveniente fue tratar con su baja autoestima, y eso hasta el día de hoy sigue tratando de hacer.
Frecuentemente cuando Naegi suele ir a ver a Mikan a la clase 77 se dan los problemas. Los celos hacen acto de presencia de buenas y malas maneras.

No es simple tratar con ellos, pues solo basta con que este jugando cartas con Ibuki o interactue con cualquier estudiante femenino su cerebro la carcome, pensando que si no interviene en la interacción su relación terminará y probablemente ellos se terminen volviendo pareja, luego los ve casándose y para cereza del pastel los ve con un hijo en brazos. Pensando así que la dejara abandonada, aunque claro está que desde temprana edad lo estuvo.

Sola contra el mundo. Las personas.

Nada nuevo.

Ya paso por eso.

Ella entra en pánico, suele tomar de la camisa a Naegi y pedirle que la acompañe a hacer algo. "A-amado...¿te importaría acom-mpañarme?" Su voz tiembla ante esos malos pensamientos que solo provocan llanto en sus ojos. Tiene miedo de ser abandonada por él. No por nadie más que él.

"Mikan, ¿qué ocurre?". A pesar de todo, Naegi siempre trata de mostrarse tranquilo. Como si no supiera que recibirá un dolor de cabeza con los ataques bipolares de su pareja. Como si no supiera lo que se avecina creyendo que quizás, ella cambie algún día para mejor.

Pobre crédulo.

Era una posibilidad muy poco probable,pero sin así creyó en aquello.

Actualmente se encontraban en la habitación de la chica mayor, quien se mostraba tensa. Por petición reciente de esta estaban ahí para conversar.
Ojalá no sea otra escena de celos porque incluso el tenia su límite.

Primero lo chantajea emocionalmente y luego ... explota. Literalmente.

"M-makoto, por favor se sincero conmigo.¿Me vas a dejar?¿me estas engañando?¿tanta pena me tienes?¿soy un completo asco, no es verdad?¿es por mi culpa, no?.¿Es porque solo soy una basura?¿qué fue lo que hice mal?¿me dirás que me engañas y me dejarás sola?.¡Dimelo a la cara!". Esas y otras preguntas eran dadas a Naegi quie trataba de no hacer corto circuito y estabilizarla.

Incluso empezaba a sentir una leve presión en la cabeza al ser atacado con 2.000 preguntas. Los ojos de la chica se movían por doquier mientras unos pequeños remolinos estaban presentes en sus pupilas.
No parecía ser la misma chica enfermera torpe y tímida de la clase 77 que se caía en cada posición sexual que cualquier enfermo de internet hubiera deseado ver.

Esa chica era un dolor de cabeza. Y más cuando llega al límite.
Ahí es como 10 veces peor.

"Mikan, yo no se de que estás hablando.Creo que-".Y antes de confrontarla sucede lo mismo una y otra y otra vez. El recibe una bofetada por parte de su pareja mientras está llora y suelta gruñidos leves.
Es algo increíble la fuerza repentina que está usa para dejarlo tirado en el suelo. Procedió a reclamarle por todo.

"¿Crees que mis sentimientos no importan?.¿Creiste que era tan estupida que no lo notaría?.¿Por cuanto tiempo más tengo que soportar esto?.¿Con cual de todas esas me engañas?.¿Con la modelo, con la niña bonita, con la apostadora barata, con la detective, con Sonia, con Nanami, con quién?.¿Porque me haces esto si yo te amo tanto?.

La adrenalina corría por su cuerpo.

"¿Mis sentimientos no significan nada para ti?¿Nuestros momentos juntos significaron tan poco para ti?¿Mi vida debe ser tan miserable?". Tomaba bocanadas de aire y estaba exaltada.
Rascaba la parte trasera de su cabeza y el sudor era muy notorio. Recorría su caba,bajando desde su frente hasta su quijada para estrellarse contra su gran pecho.

"¡Perdón amado!¡Yo enserio no quería-...soy una basura!.¡Castigame por tratarte así, perdóname!¡Es por esto que no te merezco!"

Pero entonces, si Naegi sabe perfectamente lo que causa que interactúe con ellos ¿porque lo sigue haciendo?. Porque Mikan se lo pidió, mantener las apariencias ante el resto de sus compañeros pero no especifico que no soportaría ver a naegi menos de un metro de distancia cerca de sus ... ¿ amigas ?.

Naegi se disculpaba con ella. Se tiró al suelo y empezó a a ponerse en cunclillas delante de ella. ¿No había justificativo de poner así a su pareja, verdad?. Esta no era la primera vez que sucedía esto pero todo era culpa de él.
Si él no fuera tan cercano a ellas, Mikan no hubiera reaccionado así y por ende todo esto no hubiera sucedido.

El la tomó del mentón al ver su momentáneo trance luego de haber suplicado su perdón, le robó no uno, si no varios besos a su pareja.
Ella se emocionó, con sus piernas en un ritmo lento empezó a colocarlas en las caderas del chico mientras entrelazaba sus piernas en el este la colocaba en la cama.
Naegi no era empalagoso, al menos eso creía pero en esta situación solo debía adaptarse, como lo haría cualquier hombre.

Por más miedo que le tenga, estaba vulnerable. No podrás hacerle daño.

¿No?

Mínimo esa era una enseñanza útil que le dio su padre en todos los diecisiete años de vida. Pero volvió a concentrarse en Mikan. Su loca Mikan.

La tomo de las caderas y era agradable sentir como la tenía a su merced,le gustaba que ella se postre ante el de mil y un maneras. Fue gracias a ella que descubrió un lado perverso en el.

Lentamente empezó a bajar de objetivo y en ves de usar su boca para meter su lengua y succionar la saliva de su amada decidió morder su cuello dejando así una marca, y con el pasar del tiempo varias marcas.

Después de unos 10 minutos de toqueteos, palabras cariñosas, lamidas y jadeos que se transformaban en gemidos dulces y escandalosos si no fuera porque las habitaciones eran insonoras.

Este la sometió, la puso en cuatro patas y empezó a quitarle cada parte de su ropa, sentía su erección crecer cada vez. Y el recuerdo de aquella "primera vez" de ambos termino prontamente.
Actualmente se odiaba por haber pensado como suya a aquel monstruo,  como que todo fue su culpa en primer lugar  o cuando cayo en la estupidez de pensar que lo que ella hacía o decía era correcto y lo mejor para él hasta el punto en el que termino por alejarse de sus amistades solo pro ella.

El amor ciega, pero en el peor de los casos quema.

Pero desafortunadamente ambas le sucedieron al mayor de los hijos de apellidos Naegi.

Recordó como luego de su sección de amor ella lo chantajeaba.

"Solo no seas tan cercano a ellas, ¿vale?. Deberías mantener tu distancia. A menos de que quieras que te deje."

Recordó sus palabras, palabras venenosas.

El mismo recordaba aquello con culpa pues sentía como su cuerpo reaccionaba ante la memoria de sus recuerdos, osea sus hormonas le hicieron efecto.
Hormonas que fueron proporcionadas por cierta enfermera al darle su almuerzo que contenían ciertas sustancias...
No recomendable por un doctor responsable eso es seguro.

Se sentía cada vez más inquieto...

No Es Amor, Es Obsesión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora