El incidente de la boda.

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—¿Y Jotaro, armaste la lista de los invitados? —consultó la prometida del anteriormente mencionado, quién se encontraba leyendo un diario en ese momento.

—Sí, van a venir mis padres y mis abuelos. —Contestó él, sin despegar la mirada del texto que estaba analizando con total concentración.

La mujer rodeó sus ojos y con la cuchara que estaba usando para batir su café, procedió a insertarla en medio del diario para que su prontamente esposo le prestara atención.

—Jotaro, no alquilamos un lugar enorme para que vayan solamente seis personas de tu familia —le dijo con seriedad, pues de por sí convencerlo de hacer una fiesta fue una tarea difícil, a la cuál ni siquiera se esforzaba de invitar personas—. ¿Por qué no invitaste a tus amigos? Ya sé que no los ves tan seguido, pero por lo menos deberías tener el gesto de llamarlos.

—Deben estar ocupados —respondió regresando a su diario, pero nuevamente la cuchara de su prometida se interpuso en su objetivo—. Marina, estoy leyendo el diario.

—Y lo podrás leer tranquilamente después, ¡Ya mismo invitá a tus amigos que dentro de mes y medio tenemos la fiesta! —. Exclamó por última vez aquella mujer, que cuando quería podía ser tan (a palabras de Jotaro) escandalosa y molesta si así lo requería.

Jotaro sopló, bufó y al final terminó resignandose a invitar (uno por uno) a sus viejos amigos que veía muy pocas veces. Aquellos hombres qué, en días de su juventud, fueron por mucho tiempo la pequeña "banda" que Jotaro se había armado.

Hoy en día se veían poco y nada. Algunos hasta ya habían realizado sus respectivas vidas.

Las llamadas empezaron entonces. Primero llamó a Muhammad Avdol, nuestro adivino proveniente de Egipto por excelencia. Tras una "pequeña" charla de 30 minutos confirmó su asistencia.

Luego llamó a Jeanpierre Polnareff, nuestro francés favorito, quién obviamente confirmó su asistencia.

Posteriormente llamó a Noriaki Kakyoin, con quién más podía verse en comparación a los demás dado a que literalmente vivían en el mismo país. Este último tuvo la osadía de preguntar si sería posible el invitar a sus familiares, a lo que Jotaro titubeó un poco, pero finalmente aceptó. Mientras más mejor, ¿Verdad?

"Mientras más mejor"... Esta frase provocó que se le encendiera la bombilla a Marina, y provocase indirectamente uno de los eventos más tragicómicos en la familia.

—¿Y si invitás a tu tío? —preguntó con descaro, posando su dedo indice en alto, como si hubiese tenido la mejor idea de la existencia.

—¿Estás loca, mujer? —le respondio Jotaro—. Lo invito a Josuke, va a tener que venir la madre; ella se encuentra con mi abuela y se arma la podrida.

—¡No va a pasar!

—¿Y cómo sabes que no? ¿Qué te garantiza que no va a pasar nada?

Los dos se miraron fijo unos momentos. Esos pequeños segundos de silencio hicieron que los ojos de Jotaro le dedicasen una mirada atónita y los cables se le cruzacen.

—¿¡Qué hiciste, mujer!? —exclamó levantándose de su lugar—. ¿¡Acaso ya los invitaste sin consultarme!?

—No, Jotaro, sabés muy bien que yo no haría eso... —respondió ella rodando sus ojos—. Tu abuelo llamó y dijo que lo invitaras. Más que nada porque tu abuela quería conocerlo y pensó que esta fiesta sería una excelente oportunidad para aquello.

En ese momento, Jotaro respiró profundamente. Bueno, debió suponer que su prometida no haría algo tan drástrico. Después de todo, su inteligencia fue una de las razones por las que la eligió en primer lugar.

Libro con Contenido JosuRyo (Josuke x Ryoko) (JoJo's Bizarre Adventure)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora