Eran las 3 de la tarde cuando Sam se había despertado, bueno, la habían despertado sus amigas yendo a su casa. Sam salió a la puerta en camiseta y pantalón corto que fue lo primero que pilló y con unos pelos de loca del coño. Abrió la puerta y Sara se tiró a ella literalmente se tiró encima de Sam.
-¡ESTÁS VIVA!-Gritó Sara encima de Sam.
-¿Pero a que viene esto? Pues claro que estoy viva...¿Qué pasa?-Dijo Sam extrañada y aun somnolienta.
-Pensábamos que habías muerto, no apareciste por ningún sitio.-Dijo Irene apoyándose en el marco de la puerta.
-Estoy viva solo tengo sueño porque me pasé toda la noche curando y hablando con el loco de todas las noches.-Dijo Sam quitándose a Sara de encima.
Las chicas cerraron la puerta de la calle y se sentaron alrededor de Sam en corro.
-¿Nombre?-Preguntó Sara.
-Ramsés.-Respondió Sam.
-¿Edad?-Preguntó Irene.
-24.-Respondió Sam.
-¿Es guapo, delgado y cachas?-Preguntó Ana.
-No está mal, no esta muy delgado y no esta cachas.
-¿Es hetero?- Preguntaron las 3 a la vez.
-No lo sé.-Respondió Sam.
-Ya podrías presentarnoslo.-Dijo Ana.
-Me encantaría, pero es de Granada y como no queráis haceros 176km...-Dijo Sam con una sonrisa burlona.
-No, nos quedaremos aquí haciendo una fiesta de pijamas.-Dijo Irene con maldad.
-Bueno por mi vale, pero vamos a comer algo que me muero de hambre.-Dijo Sam poniendo una mano en el estómago.
-Vamos a ver a mi Dani.-Dijo Ana levantándose de golpe.
-Vale vale tranquila mujer vamos a ver a tu Dani.-Dijo Sara levantándose.
Sam se dió una ducha para despejarse, se puso una camiseta que ponía "Speed Is" y una llave de oro dibujada debajo del mensaje, unos shorts y unas vans que hacían juego con la camiseta.
Fueron todas a la Pizzería a comer como siempre y después dejaron a Dani y a Ana a solas mientras Sam, Sara e Irene fueron al salón recreativo.
-Te vas a comer mis fichas.-Le dijo Sara a Sam señalando la mesa de hockey con placas.
-No quiero que me lances fichas te las lanzaré y marcaré.-Dijo Sam sonriente.
-Eso de lanzar fichas ha sonado muy lesbico.-Dijo Irene malvadamente.
-Yo no lanzo fichas yo lanzo cañas de pescar a ver si pica algún pez.-Dijo Sam en su defensa.
Y mira por donde en aquel salón apareció Ramsés con dos chicos más. Sam se quedó mirándole incrédula, era él, con su venda en el brazo y su camiseta de Totoro.
-¿Es él?-Dijo Sara mirando al chico.
-Es el de la camiseta de Totoro y la venda en el brazo.-Dijo Sam y aprovechando que Sara estaba despistada metió la ficha de hockey.
-¡Eh eso no vale tramposa estaba despistada!-Dijo Sara indignada.
-Eso te pasa por despistarte Sara.-Dijo Irene entre carcajadas.
-Te dije que te iba a lanzar fichas y marcaría.-Dijo Sam riéndose.
Ramsés se acercó a las chicas para saludarlas y Ana como una loca fue corriendo hacia las chicas y se chocó con él.
-Oye tú ten más cuidado, ¿quieres?-Dijo Ana cabreada.
-Ramsés, ¿estás bien?-Dijo Sam mirando al brazo de Ramsés que tenía las vendas rojas.
-Sí estoy bien, creo.-Dijo Ramsés mirando a Sam.
Sara e Irene levantaron a Ana y Sam estaba en el suelo con Ramsés.
-¿Le conoces?-Dijo Ana.
-Sí, bueno...-Dijo Sam aún mirando a Ramsés.
Sara, Irene y Ana miraron con más detenimiento a Ramsés que se había incorporado. Se quedaron boquiabiertas.
-Pero si es...-Empezó a decir Sara.
-Mangel...-Siguió Irene.
-¡ROGEL!-Dijo Ana con énfasis y entusiasmo.
-No, es Ramsés.-Dijo Sam.
-¿Pero qué dices? Es Mangelrogel está claro, de Granada y con esa cara. . . Llevas lentillas azules para que no te reconozcan, ¿verdad?-Dijo Ana ilusilnada como una cría el día anterior de navidad.
-Si, soy de Granada pero no soy Mangelrogel ni llevo lentillas azules, son mis ojos.-Dijo Ramsés notando algo de sangre en su brazo.
Sam de dió cuenta de que el brazo de Ramsés estaba goteando sangre.
-Deberías ir al hospital o algo, estás sangrando bastante...-Dijo Sam observando el brazo sangrante de Ramsés.
-Quizá sea mejor que vaya al...-Empezó a decir Ramsés cuando se desmayó de golpe.
-¡RAMSÉS!-Gritó Sam sujetándo su cuerpo.-¡RÁPIDO LLAMAD A UNA AMBULANCIA O ALGO! Joder Ramsés despierta...-Dijo Sam mirando al Ramsés inconsciente.
La ambulancia llegó y Sam se subió en ella para ir al hospital con él.
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Un violinista en mi patio || #Wattys2015
Novela JuvenilSamanta, Sam para los amigos, una chica de 20 años que vive en Écija, Sevilla, oye cada noche el sonido de un violín procedente de su patio, lo deja pasar hasta que le pica la curiosidad y decide investigar un poco más.