Su obsesión por mí se había vuelto enfermiza, las fotografías ya no eran suficientes para satisfacer su hambre y para ese punto ya había comenzado a seguirme, empecé a escuchar sus pasos, lo sentía acercarse a oler mi perfume.
Pero sus manos no habían tocado mi cuerpo; su delito no era más que una fantasía, una que se encontraba a milímetros de mi piel.
Espero ahora me encuentren, ya que sus manos hicieron más que solo acariciar mi tez.

ESTÁS LEYENDO
Cadáveres
Short Story"Estas son mis pesadillas y sin darme cuenta había escrito pequeños cuentos de como fue volver a existir". -Mariana Valerio, Carta.