Trofeos

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Aquel hombre al que aplaudían por exhibir a sus presas como trofeos de guerra y empotrarlos en la pared se había convertido en un escándalo de la noche a la mañana.

El hombre estaba siendo acusado de asesinato.

El cazador estaba siendo enjuiciado por haber ejecutado a una mujer y haber expuesto su cuerpo en el muro junto con el resto de sus presas como si de una obra de arte se tratase.

La mujer había sido capturada, asesinada y desmembrada para exhibirla por partes.

El jurado coincidió que dada su experiencia en el campo no era difícil de imaginar que pudiera haberlo recreado en un cuerpo humano, auque esta vez el cazador se había superado y había creado la más inolvidable escena de terror.

El cazador no mostró remordimiento, no tenía forma de escapar y estaba completamente expuesto, pero en un desenfrenado intento por salvar su cabeza confesó que la mujer ya encontraba en malas condiciones antes de capturarla, que había sido un simple acto de piedad.

CadáveresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora