Thalya estaba asustada por contestar, sentía su corazón latiendo fuerte y como su estómago sentía una especie de “vacío”. Así que respirando un poco y mirando para todos lados de la calle contestó.

- ¿hola? -dijo con miedo-

- ¡hola, Thalya! -se le notaba alegre por la voz por el teléfono- ¿Qué tal? ¿Cómo estás? ¿Por qué no has venido a la universidad? -exclamó Christopher detrás del teléfono-.

-temas personales, adiós. -colgó abruptamente-

Thalya no se dejaría descubrir, así como si nada, el quien era que interrumpía su investigación era quien la hacía tropezar una y otra vez en la misma piedra, pero no. No tenía que dejarse caer. O eso creía.

A pesar de que para cualquier persona normal lo que 096 le dijo a Thalya es una locura, algo de enfermos mentales, algo dentro de sí misma la ayudaba a creer. La sola memoria en esa compañía de su padre y madre la impulsaban a ello.
Thalya recogió valor y fue a la dirección que le dijo 096 a buscar un departamento, no perdería ningún segundo más, Thalya necesitaba saber la verdad.

Al llegar al lugar se sentó sobre la mesa y tomó un cuaderno que llevaba en la mochila anotando todo lo que recordaba y empezó a entrelazar los hechos, o más bien intentó. Ya que nada tenía conexión con lo otro.
Intentando unir las conexiones de todo lo que recordaba con lo reciente sobre que no existe en el sistema no logró llegar a ninguna conclusión, acá faltaba un fragmento importante para tener conectores con todo lo que pasaba, pero ni siquiera su mente podía dimensionarlo.

Nada, simplemente nada era algo válido para hacer todo eso, muerte, eliminarla del sistema, intentar secuestrarla, matarla 2 veces en esos 2 futuros.

-oh cierto ¡EL CELULAR DE ROY! -no recordaba donde lo tenía-

Empezó a buscar por todos lados en su departamento actual, la bolsa, ropas y no había nada. Todo el esfuerzo de las cámaras le fueron inútiles para Thalya.

La frustración empezó a apoderarse de su cabeza y pecho, si tan solo hubiera tenido más cuidados con los policías, nada de esto estaría pasando y seguiría creyendo que 096 es un acosador desconocido y misterioso del que sacarle provecho.

Si bien el primer pensamiento sobre 096 no era el correcto, era lo que había pensado en el inicio. Gracias a la protección, información y ayuda que recibía de él pasó de creer que era un acosador a un simple conocido capaz de volarle la cabeza en 2 segundos.

Y todavía estaba en un conflicto con ella misma, esos “futuros” que vivió le daban un gran conflicto sobre si decirle a 096 o no, después de todo ¿el que haría con ella si le dice? Y esa pregunta desencadenó muchas más que le seguían llenando la mente de malos pensamientos.

Thalya tenía un gran miedo de que 096 le hiciera algo si le dice ¿la someterían a un laboratorio? ¿la enviaran a un centro de ayuda mental? ¿la tendrían en un manicomio de alta seguridad? El miedo y angustia no tardaron en aparecer junto con esos pensamientos, tantas emociones por algo que ella no sabía.

La llave del por qué pasa todo esto debía estar en el pasado de su historia, quizás sus amistades, amigos o conocidos. También podría estar en el de los padres y por ende todos los Levesque, ni siquiera tenía primos o tíos en los que confiar. Estaba sola, ella, 096 y un grupo de desconocidos con el respaldo del gobierno para matar personas que dañan a otras.

Así que Thalya no disponía de mucho para hacer, decirle o no era el problema.

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