dos

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Otra vez, la misma hora.

Esta vez a que se deberá, un mueble movido, los gemidos de la pareja... Nada de eso desafortunadamente, solo la reiterada pesadilla de siempre, ese hermoso rostro mirándola con sorna y burla mientras decía aquellas palabras que se clavaron permanentemente en su mente.

Lo siento, Eliah, ya no siento lo mismo.

Eran el último recuerdo del que se había convertido en su verdugo psicológico por dos años, no supo cómo seguir hasta que uno de sus ex compañeros de clases logro ubicarla hacia siete meses y sacarla del hoyo en el que se había metido.

Mitsuya.

Ah, tenia mucho que agradecerle a ese tipo, su salvador. 

Pero ahora solo quería matarlo, ¿la razón? Ah esa era muy fácil. 

"No quise decírtelo porque no sabia como reaccionarias"

"No esperaba que de encontraras con él tan pronto."

Esos habían sido los mensajes de su amigo cuando le contó por la tarde del día anterior que había alucinado con su ex, eso le confirmo que realmente lo había visto, tocado, escuchado. 

Y no, no estaba realmente molesta con él por no decirle, pero de alguna manera sentía que hubiera sido mejor saberlo antes, para mentalmente prepararse a los acontecimientos. 

Ojala le caiga un rayo y vuelva a la ratonera de la que salió.

Con ese último pensamiento Eliah sale de la cama, su expresión estoica demuestra que no parece afectada, pero sabe que en su mente todo es un huracán y su corazón le late con fuerza al hecho de pensar en volver a verle por casualidad.

No quiere, por supuesto que no lo desea, y ora a Dios, a los ángeles, a las fuerzas divinas que no vuelvan a ponerlo en su camino.

Inicia el día, con solo un desayuno básico de arroz recalentado del día de ayer y una sopa de miso que preparó en tiempo récord, tenía el tiempo ajustado, así que una vez termina, se va a alistar para irse del departamento. 

A las ocho treinta, Eliah salía de su departamento sin percatarse de que alguien le estaba mirando y siguiendo desde el día anterior.

—¿No se supone que no te acercarías? —su compañero lo mira de mala manera al darse cuenta de porqué estaban tan temprano en ese lugar.

—Solo queria saber si estaba bien, ayer la encontré durmiendo en un parque.

—La seguiste a su trabajo anoche, ¿cierto? —el sonido de queja proveniente del mayor le confirmó al otro la respuesta que ya formulaba.

—¿Tu cómo sabes que trabaja de noche?

—La vi irse cuando estaba bajando del auto, fui al mismo bar sin saber que trabajaba ahí, está entre mis propiedades en este lado... —hizo una pausa y dejó de ver a la pelinegra que se perdió entre las calles rápidamente para ver al tipo al lado suyo— ... y también vi tu maldito auto, estaba al otro lado de la calle, Baji, será mejor que no te involucres, ella no lo merece.

—Lo se.

—Además Eliah aún debe pensar que eres el imbécil más grande que existe. —a veces la sinceridad de su amigo dolía, pero no podía negarlo, por lo que solo se digno a mirar por la ventanilla del auto el lugar por donde la chica había desaparecido.

—Y lo eres, pero no por las razones que ella cree.

—¡Kazutora!

—Ya, mejor mueve el maldito auto, tenemos trabajo.

Y con eso ambos hombres se fueron del lugar en ese costoso vehículo que no combinaba con aquel barrio de calidad media, donde habían crecido prácticamente. 

Mismo del que un día él creyó que ella se había ido, él también se fué, pero a veces la vida te da las mayores sorpresas cuando menos lo esperas.

[...]

Eliah esperaba pacientemente su turno para entrar al examen, después de rehabilitarse y encontrar un empleo que le pagaba lo suficiente como para solventar renta y poder colegiarse, decidió que era momento de iniciar la carrera que siempre quiso, veterinaria. 

Y es lo que nos lleva al punto actual, donde una Eliah carcomiendose por los nervios esperaba junto a otros el turno para hacer el examen de admisión a la universidad, no era la más prestigiosa, pero obtener un título que serviría para poder empezar a ejercer lo que queria, era lo esperado.

Como todos Eliah tambien tenia sueños, aspiraciones y metas, solo que de alguna manera se habían visto truncadas hasta cierto punto.

Ya que unos días antes de presentarse para su examen de admisión a la universidad hace dos años, la desgracia ocurrió. 

Estuvo tan mal que no comió por tres días y al cuarto paró en urgencias por derrumbarse en el metro camino a presentar la dichosa prueba.

Sabía que no todo podía ser culpa de ese.

Pero a veces preferimos culpar de todo a quienes nos hacen daño y no asumir la responsabilidad de lo que a voluntad decidimos hacer.

Y tiene tanta culpa como yo al ser tan tonta por creer en él, si, todos mienten.

—Grupo B, por favor pasen. —ese era su llamado.

Sacando los pensamientos negativos que tenían nombre y apellido, Eliah entró al salón para por fin dar la prueba por la que tanto se había esforzado en estudiar desde hace algunas semanas atrás, no dejaría que el recuerdo y encuentro con su mayor error la detuviera de aprobar.

Aun cuando el solo pensarlo le dolía como si fuera ese día, otra vez.

Aun cuando sentía esa pequeña presión en el pecho y el nudo en su garganta.

Aun cuando sabía que tal vez sus pesadillas con él la mantendrían atrapada hasta las 4 AM del dia siguiente.

Eliah no permitiría que su desastre le jodiera los planes de nuevo.

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Heeeey, aqui Vinny.

Wow, salio mas largo de lo que tenía pensado, intentaré actualizar seguido pues como ven esto empieza un poco flojo, pero les prometo que en el proximo capitulo las cosas van a ir cambiando.

Tal vez para Baji no fue la mejor idea regresar, o tal vez si. 


4 AM | Baji Keisuke.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora