seis

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—¿Qué haces aquí? —no se evita el preguntar, aunque ya se imagina la respuesta.

Recordó que quien figura en su expediente médico como cuidador era él, se la vuelta y lo mira de arriba abajo como analizando la situación.

—Vine a traerte tus cosas y el dinero que tenías guardado, después de que Kazutora me llamo. —miro a todos los demás presentes y luego a la chica, le entrega una maleta que conoce muy bien, es la suya. —También me llamaron del hospital y pensé que habías recaído, después entró la llamada de Kazutora explicándome todo.

—Pero, yo no-... —estaba por replicar sin querer ceder ante nada de lo que estaba asando.

Era un cambio demasiado drástico, además no dejaba de pensar en sus estudios, era lo único que le importaba ahora, tenía un trabajo estable, un departamento decente, una vida tranquila, después del huracán y ahora, todo se estaba yendo al carajo en una sola noche, ¿es que acaso los dioses no estaban de su lado?

Jaja, siguiente pregunta.

Si, ya se lo imaginaba. Pero fuera de sus pensamientos negativos hubo algo que le llamo la atención.

—Mitsuya, ¿Por qué trajiste mis cosas?

—Eliah, Manjiro tiene razón. —había escuchado parte de la conversación, aunque Kazutora ya le explico la situación. —Debes irte un tiempo de este lugar, estarás segura con ellos, aunque no lo creas.

—¡Estuve en medio de un tiroteo que aún no se su fue por ellos, pero nadie me dice que no estén involucrados! ¿Segura? Segura mi pito.

—Eres mu-...

—Cállate por favor, nadie está hablando contigo. —se giro a ver a Baji de mala manera y volvió con Mitsuya mirándole suplicante.

—No me mires así, esta vez no voy a ceder, podrían matarte. —le quito la mirada, sabiendo que podría ceder si seguía mirándola, él y Eliah llevaban mucho tiempo siendo amigos después de haberla encontrado y ya se conocía los trucos de su amiga para hacerle ceder antes sus peticiones, que muy pocas eran. —Además si lo que te preocupa es la universidad, creo que ellos pueden ayudarte con eso.

Mentira.

—Cuestionable.

—Eso lo hablaremos después, tenemos que irnos. —interrumpe Mikey ya fastidiado por la discusión. —Baji, como ya recibiste el primer golpe, te toca.

—Que?

—No seré yo el quede lesionado del pene por un golpe de Eliah, en cambio tu. —dije con burla. —Ya soportaste uno, creo que puedes aguantar los que vengan.

Eliah los mira y Takemichi se acerca para tomar su bolso. —Lo siento, Eliah, pero no queremos que nada te pase de nuevo. —la mirada azulina del mayor refleja sinceridad y confianza.

Bueno-... Espera, ¿lo estaba considerando? ¡Maldita sea, no!

—No quiero! —y le quito de regreso el bolso.

[...]

No supo cómo, pero igual terminó yendo con ellos, incluso Mitsuya estaba del lado de esos tipos, ahora se encontraba sentada en un costoso sofá en el último piso de un rascacielos en el centro de Tokyo, con su bolso sobre sus piernas, abrazándolo y siendo vista por su ex amigo de la infancia.

Sano Manjiro.

—Se que no quieres estar cerca de Baji, ni de ninguno de nosotros. —no quería aceptarlo, pero era cierto, es por eso que no lo mira y en cambio se le hace mas interesante mirarse los pies.

4 AM | Baji Keisuke.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora