16.

243 26 4
                                    

(narra Takashi)

Jamás me imaginé a mí mismo pensando tales cursilerías pero, ahora, tenía frente a mi a un chico dulce que siempre quise

Se notaba lo avergonzado que estaba tras el beso pero simplemente posé mis labios en la suave comisura de sus labios permitiendo me ver una nueva faceta del chico al que amaba

Nos quedamos viéndonos unos minutos hasta que se escuchó el flash de una cámara sonar a la distancia sacándonos del trance para dejarnos una sorpresa que no era del todo positiva.

Eran algunas personas que se dedicaban a la industria del entretenimiento, como revistas de chismes o entrevistas a famosos y nos habían fotografiado durante nuestro beso o eso parecía, ante esto mis músculos se tensaron logrando que la preocupación invadiera todo mi cuerpo pensando en toda la presión que recaería sobre miya por aquel beso; entre en pánico, me quedé estático en mi lugar con la piel de gallina hasta que miya se levantó de la silla para comenzar a caminar en dirección a los paparazzi, si se les decía paparazzi? Ese no es el punto, cuando estuvo lo suficientemente cerca de estos el susurró algo al oído del hombre que acompañaba al fotógrafo, este mismo se sorprendió notoriamente por lo que el joven dijo dejándome desconcertado por la situación, luego, miya volvió hacia mi para acoger mi cuerpo en un cálido abrazo.

Una vez el soltó el abrazo deslizó sus manos por los costados de mi brazo para tomar mi mano alejándome de allí mientras yo me mantenía en shock, aún intentando procesar todo lo que había pasado.

Llegamos a la casa del árbol, exactamente, aquella dónde todo comenzó solo que está vez yo seguía en shock tratando de procesar por enésima vez la situación, de alguna manera miya s ellas arreglo para hacerme subir esas pequeñas escaleras diseñadas para un niño mientras seguía en mi trance y una vez dentro al fin pude reaccionar.

- que fue eso? - pregunté confundió en busca de una respuesta clara mientras tomaba a miya de los hombros

- los amenacé - me respondió con una sonrisa inocente dejando me extrañado por la brillosa e inocente sonrisa que traía

- amenazarlos? Cómo? - volví a hacer una pregunta justo después de entender a lo que se refería mientras tomaba las suavecitas mejillas del pequeño enano frente a mi

- sabías que es ilegal tomarle fotos a un niño sin su permiso? - mencionó el sin quitar la misma sonrisa que tuvo desde un principio, rodeo sus brazos en mi cuello haciendo que me agache levemente hasta la altura que los brazos de miya indicaban

- ok, ya entendí - murmuré rodando los ojos con una sonrisa de lado plasmada en mis labios, siguiéndole el juego al chico frente a mi, posando mis brazos sobre su pequeña cintura.

- cuando eres famoso no tienes privacidad pero si eres menor de edad la policía no permite esa clase de cosas - tras decir esto el besó mi mejilla para luego reposar su cabeza en mi cuello, yo lo admire con ternura paseando una de mis manos por el suave cabello que miya tenía.

- entonces todo estará bien para ti, cierto? - afirmé dudoso de la situación después de todo aún sentía algo de miedo por la posibilidad de que yo le traje problemas a miya, la verdad si eso ocurriera no podría lidiar con la culpa, en respuesta, miya me dió una tierna sonrisa que a los pocos segundos se esfumó tras notar mi mirada fija en esta.

-  sip - murmuró por lo bajo algo avergonzado por sentir mi mirada fija, mientras que yo solo veía la imagen mental de aquella hermosa sonrisa que él me permitió ver, parecía que estaba muy avergonzado sabiendo que yo ví esa sonrisita por lo que posó sus brazos en mi pecho para apartarme pero yo no lo permití, apreté el agarre en su cintura atrayendo lo hacia mí provocando que ese pequeño sonrojo que antes tenía en las mejillas aumentará notoriamente

- será que te doy un beso para celebrar? - lo molesté un poco al realizar tal pregunta con un tono que mezclaba lo coqueto con lo burlón, realmente lo quería, lo quería demasiado... Antes lo aleje al no saber lo que él tenía, al no saber que estaría perdiendo una de las partes más importante de mi vida pero ahora lo tenía de regreso y no pensaba soltarlo por nada en este mundo

Me distraje observando su hermosa apariencia la cual resaltaba su atractivo, debo confesar que miya era hermoso, dulce y tierno; amaba aquel sonrojo que aparecía en sus mejillas cuando se sentía avergonzado, de la nada miya me saco de mis pensamientos al ponerse levemente de puntita para acercar su boca con la mía, uniendo las en un pequeñísimo beso para luego salir corriendo hacia la puerta y huir de la escena.

Adoré la sensación de sus suaves labios sobre los míos son duda yo me enamoré de la mejor persona de la que pude enamorarme...



- te amo, miya -





Murmuré por lo bajo completamente embelesado.

















Fin

admirador secreto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora