Maybe; frerard.

Parte II

Nota de autor: A pedido de algunas lectoras de este OS, aquí tienen la perspectiva de Gerard. Muchas gracias por leer esto, se los agradezco con todo el corazón <3

*

Gerard.

Sus pasos eran tan tranquilos que se igualaban perfectamente con la música que escuchaba desde sus auriculares blancos sobre sus oídos. La luz anaranjada del atardecer provocaba que sus ojos verdes se cerraran un poco y la fría ventisca hacía que sus cabellos negros se enredaran entre sí y cayeran desordenadamente por su rostro de forma suave.

Él era impuntual por naturaleza y por más que lo intentara, el tiempo nunca era suficiente para él y mucho menos cuando se tenía que arreglar. Pensaba que el autobús que lo llevaría hasta la casa de su hermano había pasado, pero no se apresuraba en lo más mínimo porque bueno, Mikey entendería ¿No? Pero, igualmente estaba preocupado, la paciencia de su hermano no era mucha y sabía que si no llegaba en menos de 20 minutos, seguramente lo regañaría por ser tan impuntual.

En cuanto llegó a la parada, se alivió al ver que el autobús aún no había pasado, puesto que había un joven de cabellos castaños sentado dándole la espalda ahí, a lo cual, supuso que esperaba el mismo autobús que él. Dejó de caminar por unos segundos y suspiró con alivio, mientras se acercaba a la parada nuevamente y tomaba asiento a lado del desconocido de cabellos castaños.

De un momento a otro, sintió la mirada del extraño puesta en él, quien lo observaba sin mucho interés y hasta con algo de aburrimiento.

Por su parte, Gerard decidió hacerse el desentendido mientras de reojo daba un pequeño vistazo al contrario, dándose cuenta que era un joven por demás lindo. Tenía los cabellos castaños y ligeramente largos, unos asombrosos ojos avellanas que le robaron el aliento, su color de piel era un poco bronceada, llena de múltiples tatuajes adornándolo de forma interesante y unas adorables facciones aniñadas, que para Gerard fueron las más bonitas que había visto hasta ahora. Vestía con unos pantalones oscuros, una playera de manga larga color azul marino con algunos detalles amarillos en ella y unos tenis blancos, Gerard notó también, que era ligeramente más bajo que él y que tenía algunas perforaciones.

El desconocido dejó de mirarlo y volvió su mirada al frente.

¿Qué pensará de mí? ¿Qué soy la persona menos interesante del mundo?

Notó que el castaño se removía en su asiento, cambiando de posición con su cuerpo y Gerard pudo observar los tatuajes que tenía sobre sus dedos y manos, lo cual le llamó completamente la atención porque desde siempre había tenido un interés enorme en esos dibujos, los cuales jamás se atrevería a hacerse debido a su -nada grata- fobia hacia las agujas.

Tal vez pensará que soy un completo tonto, como todos.

Tal vez debería parecer más interesante para él.

Al momento en que otra canción sonó en el reproductor de música, sacó un cigarrillo y un encendedor del bolsillo derecho de su pantalón negro, para colocar el cigarrillo entre sus labios, encendiéndolo y con los ojos cerrados, aspiró la agradable nicotina, sintiendo sus papilas gustativas danzar ante el sabor adictivo de esta.

Se sintió ligeramente observado y abrió sus ojos esmeraldas con la confusión latiendo en su mirada. Se atrevió a voltear a ver al castaño sentado junto a él, pero se dio cuenta de que no era así y quizás su paranoia estaba inventándole cosas, lo cual lo hizo sentirse ligeramente decepcionado. El castaño seguía con su posición recta y mirando al frente, pero él se dio cuenta de lo bonitos que le parecían sus ojos avellanas.