Capitulo 1

103 9 2
                                        

Ya han pasado dos años desde que la familia Hope decidió adoptarme y sacarme de aquel lugar que solo me traía tristeza y soledad y que día a día me recordaba lo cruel que puede ser el mundo.

El pensar en todos los pobres niños que aún siguen encerrados ahí me hace sentir lastima por ello, pero al recordar todo lo mal que me trataron muchos de ellos no puedo evitar que una pequeña vocesita dentro de mi cabeza diga "Es lo que se merecen".

Está mal, lo se. Es por eso que nunca lo eh dicho en voz alta.

Un cuadro lleno con un montón de manchas grandes y pequeñas de pintura de colores era lo único que tenía a la vista. Una pintura "abstracta" según mamá. Algunos de los rayos del atardecer aún se colaban por entre las cortinas y para mi suerte uno de ellos no dejaba de golpearme la cara calándome en los ojos.

-¿De verdad no puedo moverme?

-¡Ya te dije que no!- gritó mi madre volviendo del armario y dirigiéndose a mi con una corbata rosa pastel en las manos.

Intenté ignorar lo que eso significaba pensando que posiblemente cambiaría de opinión o era un malentendido, o que esa era la corbata que llevaría puesta papá. Pero no fue así. Cuando la tela rosada tocó la piel de mi cuello comprendí que la suerte no estaba de mi lado hoy.

-Oye ¿no crees que a papa le vendría mejor este color?- dije intentendo convencerla de no obligarme a ponerme algo tan..... afeminado y rosa.

-¡¡A mi no me metas en eso Noah!!-gritó la voz de papa desde la sala. ¡¿Cómo es que me escucho desde haya?!

Después de aquel comentario tuve la sensación de que comenzaba a tener una delgada y fuerte serpiente alrededor de mi cuello apretándome para asfixiarme y poder comerme luego. Entonces recordé que era mamá sosteniendo una corbata. ¿Por qué mejor no era una serpiente?.

Bajé la mirada pensando que me encontraría con unos ojos furiosos y su mandíbula cerrada mostrando un poco los dientes en señal de advertencia. Pero en su lugar me encontré con una gran y falsa sonrisa en su rostro.

- Cariño, se que no te gusta pero tienes que soportarlo, esta es una cena realmente importante así que ayúdanos a tu padre y a mi un poco ¿de acuerdo?

Cuando mi cuerpo comenzó a pedir oxigeno desesperadamente asentí impaciente por que me soltara. Volvió a concentrarse en el nudo y poco a poco sentí como su agarre se iba aflojando.

-¡Listo! ¡Ahora ya estas perfecto!- anunció exaltada

Me miré por un segundo en el espejo detrás de ella e instantáneamente tuve verguenza de mi mismo. ¿Y se supone que debo ir a una supuesta cena vestido así?

- Mamá, si la cena es tan importante ¿porqué debo de ir yo? y mejor dicho ¿Porqué no va Derek también?

-Bueno cariño, ahora salte, que tengo que arreglarme yo también- me pidió ignorando por completo mis preguntas.

Preferí no volverla a cuestionar y salir de la habitacion justo como me lo habia pedido. Afuera me encontré con una pequeña sala con pisos de madera, dos sofás que estaban acomodados de forma que hacían una L con una mesita de centro negra y un televisor detras de ella-esta sobre un mueble que hace juego con la mesita- y sobre uno de los sofás estaba recostado un chico de cabello castaño y ojos cafés junto a un hombre con el mismo color de cabello, excepto por unas cuantas canas que comenzaban a ser visibles. Al momento en que puse un pie en la sala capté su atención.

-¿y cómo te fue?- Me preguntó con un tono burlón, mi padre.

-Linda corbata- dijo Derek.

Me limité a encogerme de hombros y a sentarme entre ellos dos. Me recosté contra el respaldo del sofa y dejé que mi cuerpo se relajara por completo.

-Pudo haber sido peor, créeme- dijo Derek intentando consolarme- además, te queda bien el traje.

Volví a encongerme de hombros. En realidad no es tan malo, solo que no entiendo que es lo que quieren sacar de todo esto, y mas bien ¿qué es todo esto?.

-Oye papa ¿Porque debo de ir a esa cena, y porque Derek no va también?

Hizo una pequeña mueca pensativa y luego de un rato soltó un suspiro. Me miró a los ojos y respondió apenado.

-Lo siento, pero si lo digo tu madre seguro me mataría, así que....

Asentí comprensivo. ¡Bien, parece que tendré que esperar hasta que llegue la hora!. Unos minutos después, no, mejor dicho, bastantes minutos después a un costado de la sala se escuchó un pequeño grito chillón y enseguida la puerta de la habitación en la que me encontraba antes se abrió bruscamente. Una mujer rubia y de ojos color esmeralda corrió y se puso frente a nosotros apartando a la mesita de centro de su camino.

-¿y? ¿Cómo me veo?- dió una vuelta completa exhibiendo su nuevo vestido blanco y luego volvió a nosotros- ¡a que me queda bien! ¿verdad?

Todos simplemente le dimos una sonrisa de asentimiento.

-Bueno creo que ya es hora de irnos- Dijo mi padre checando su reloj y levantándose del sofa.

-¡oh si! mejor nos vamos o llegaremos tarde.

Me incorporé lenta y pesadamente y comencé a caminar detrás de ellos. Un segundo antes de que cruzara la puerta del porche pude escuchar la voz de Derek.

-¡Buena suerte hermanito!

Unos quice minutos después, más o menos, llegamos a las afueras del restaurante en el que habian acordado mis padres que sería la tan importante cena. Cuando entramos un hombre vestido de traje nos atendió.

-¿Tiene reservación?- nos preguntó buscando algo en su computador.

-Si, vera....

No pude escuchar lo que le estaba diciendo al hombre, ya que mi madre se puso frente a mí distrayendome de su conversación.

-Recuerda cariño, esta es una cena muy pero muy importante, asi que comportarte y responde a todo lo que te pregunten, no quiero que te quedes sin decir nada y crean que eres así de grosero, ¡Ah! y también.....

-Mamá calmate. Ya me diste este discurso cientos de veces en casa, todo saldrá bien tranquila, me comportaré, lo prometo.

Asintió levemente con una mueca de inseguridad en su rostro. Aparentemente y por alguna extraña razón cree que haré algo para arruinar la cena. Una vez que el hombre de traje dejó de hablar con papá nos pidió que lo siguiéramos y nos condujo por todo el restaurante.

No pude evitar mirar hacia todos lados contemplando el restaurante. Era más lujoso de lo que me había imaginado. Todas y cada una de las personas iban vestidas al igual que una de esas que provienen de una familia muy adinerada y poderosa. El ambiente en sí estaba muy poco iluminado, lo único que daba luz al lugar eran unas pequeñas lamparas redondas que caían del techo hasta estar a poco mas de dos metros de las mesas.

-Bien, esta es su mesa, si necesitan algo no duden en llamarme- hizo una pequeña reverencia y se marchó.

Seguí al hombre con la mirada y luego al volver hacia enfrente me encontré con un chico alto de cabellos rubios que hablaba animadamente con mi padre. Me perdí un minuto viéndolo detenidamente, hasta que se volvió hacia mi y me hizo dar un pequeño respingo. ¿Acaso lo notó?

Con pequeños pero firmes pasos se dirigió hacia mi. Era mas alto que yo y no daba indicios de perder jamás esa compostura tan perfecta que adoptaba. Cuando mis ojos encontraron con los suyos- los cuales son como una gran y brillante esmeralda-un pequeño escalofrió recorrió mi espalda. Le grité a mis adentros que desviaran la mirada, que me moviera, pero mi cuerpo se negaba a seguir mis órdenes. Tanto, que apenas y sentí cuando él tomó mi mano derecha.

Para cuando reaccioné, sus labios ya estaban sobre ella.

-Me llamo Alexander Mason, es un gusto conocerte.

Aun sabiendo lo que había hecho no pude apartar mi mano de la suya, lo único que pude hacer fue sonrojarme.

~Yuki~

Amnesia~Yaoi~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora