Prólogo

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»P R Ó L O G O«

New Orleans.
USA

-No puedes estar hablando enserio, Elijah.

-Niklaus, es la mejor opción.

-¿Enserio? ¿Dejar la ciudad que cree? Que creamos. ¡Estás delirando, hermano! -espeto el híbrido, observando a su hermano mayor.

Hubieron varios segundos de silencio antes de que la vampira original interviniera.

-Elijah tiene razón, Nik. Es la mejor opción.

-Oh, genial. ¿Tú también, Rebekah?

-¡Sólo piénsalo! ¡Piensa en Hope! -exclama la rubia, logrando captar la atención de su hermano tras la mención de su hija.- Sería más seguro para ella sí la alejamos de aquí, dónde cada uno de nuestros malditos enemigos sabe dónde encontrarnos. Podremos llevar una vida normal lejos de aquí, podremos empezar desde el inicio. Con personas que no nos conozcan.

El híbrido se mantuvo en silencio durante unos instantes, pensativo. Sabía que sería una buena opción, pero su orgullo no lo dejaba. No quería huir, estuvo huyendo de su padre durante mil años. No quería volver a huir.

-No voy a seguir huyendo.

-¡Suenas igual a él! -le reprocha la rubia.

-No se de que hablas.

-Estas dejando que tu orgullo te controle, igual que a él. ¿Acaso no recuerdas lo que pasó hace mil años? El orgullo controló a padre. Y Henrik pago el precio, quién sabe si esta vez será Hope quién lo paga.

Ante sus palabras el híbrido se queda quieto, y con la mandíbula apretada mira en otra dirección.

-Me lo pensaré. -él chista, saliendo de el lugar.





***



Algunas semanas después

Gold Coast
Australia

El agua salada golpeaba las rocas de forma rítmica, los tonos azules se reflejaban en estas. Las tres chicas se miraban entre si, dejando sus pertenecían escondidas entre la superficie mojada de las rocas.

-¿Es necesario? -cuestionó la pelirroja, quitándose la pulsera tobillera, para dejarla entre sus cosas.

-Es la ceremonia de las cien lunas, es una obligación. -intervino la castaña, quitándose su colgante.

-Es tan aburrido. -murmuró la rubia, sentada en una de las rocas mientras esperaba a que las otras terminarán.- ¿Por qué siquiera debemos ir? Ahora vivimos en tierra. -Eyre añadió, quitándose su pulsera y dejándolo entre sus cosas.

Las tres se miraron entre si, cada una con una mueca distinta. La de Lynn era de disgustó, ya que las tradiciones de su grupo le parecían innecesarias. Narelle rodaba sus ojos cansada, solo esperaba a que todo terminara de una vez por todas. Por otro lado Eyre bufaba en aburrimiento, sin algún tipo de interés en lo que sucedía.

Tras intercambiar algunas palabras, las tres se lanzaron al mar. Zambulléndose entre las aguas, adentrándose a las profundidades. Sus cuerpos se humanos se vieron rodeados por burbujas, mostrando aletas echas de escamas únicas para cada una. Conchas de mar u otra especie de sus escamas se acentuaban en sus pechos, ocupando el lugar de los bikinis que usaban anteriormente. Los colmillos de la castaña se alargaron y sus pupilas cambiaron a la forma de una linea casi felina y su iris de tono dorado opaco por la oscuridad bajo el agua, dándole el aspecto de un depredador. Un lado del rostro de la rubia junto algunas zonas de su abdomen se veían cubiertos por una leve capaz de escamas anaranjadas acorde con sus poderes de fuego. Por otro lado a la pelirroja de le manifestaron escamas relucientes, haciendo un efecto de escarcha en un extremo de su cuello descendiendo por su hombro y algunas zonas de su brazo.

Sin más que decir las tres nadaron a través de las profundidades, intercambiando palabras entre si.

—¿Oyeron los rumores? -preguntó Eyrel, al nadar junto a un grupo de sardinas.

Ella tomó el silencio de sus acompañantes como un no. Con un tranquilo y gracial movimiento de sus brazos se impulsó hacia la pelirroja que era quien más cerca estaba. —¿Sabes el casoplón de la cocina? Oí que fue vendida hace unos días, dicen que los nuevos dueños son lindos.

—¿De donde oíste eso? ¿Las viejas del barrio? -la burla sarcásticas de Narelle no tardó en llegar, quién nadaba boca arriba despreocupadamente. Aparentaba más tranquila al volver q su hábitat.- Son como una mafia, unas vigilantes. Sus estándares no son los mismos que los nuestros.

—¡No! -Eyre negó.- ...bueno, puede ser. ¡Pero igualmente!

—¿Lindo en escala abuelas, o lindo realista? -intervino Lynn.

—Pues... ¡bueno, no lo sé! Solo os dije lo que oi, ¿Okay?

—Eres una chismosa terrible. -musitó la de ojos felinos.- No sabes dar un chisme de la forma correcta.

La rubia la miró con una expresión indignada, de una forma exagerada. Dieron por terminada su conversación al acercarse al arrecife de coral donde las otras sirenas y tritones  del grupo se reunirían. Nadando a los alrededores  se encontraban aquellos junto con otras criaturas marinas, algunos flotaban en la superficie, otros charlaban en las profundidades. Una sirena en específico, de cabellos oscuros aguardaba por ellas sentada en una roca submarina de contextura mohosa. La tres se acercaron a la aludida, siendo recibidas por una ceja enarcada y brazos cruzados.

—Llegan tarde. -fue lo primero que dijo la mujer, su acento australiano marcado.





















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22.08.2024

Secrets of The Ocean      ׂׂૢ: ̗̀➛ The OriginalsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora