𝘛𝘰𝘥𝘰 𝘱𝘰𝘳 𝘶𝘯 𝘣𝘦𝘴𝘰...

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Plaifa 11 years / Engfa 9 years / Charlotte 8 years

...

Era una mañana fresca, el sol iluminaba las puntas de los árboles dándoles también un brillo de luz a las flores...

Había un gran campo con cultivos alrededor, el viento soplaba y la cosecha de maíz se movía con él, por donde pasaban esas niñas pequeñas, que jugaban allí.

La niña estaba corriendo y el viento soplaba su cabello castaño.

Tenía una gran sonrisa en su rostro.

"¡No me atraparás!", se burló la niña con sus mejillas rojas por tanto correr.

"¡Ya lo veremos Austin!", respondió la pelinegra que la seguía por detrás.

La pequeña no había visto esa gran piedra que estaba delante y sin poder haberse detenido se cayó de rodillas haciéndola sangrar.

Las lágrimas ya salían de sus hermosos ojos avellana.

"¡Auchh!", chillo de dolor mientras se sentaba en el suelo.

La pelinegra se detuvo cuando escucho el lloriqueo.

"¿Oye...? ¡Ay! ¿Duele?", preguntó, acercándose. "Eso debe doler, te dije que no corrieras más rápido", terminó diciendo.

Ella la miró y respondió.

"Bueno, no dejaste de molestarme, fue tu culpa", hizo una mueca de dolor mientras miraba su rodilla.

"Es que tú, tú... Bueno, está bien, perdóname, ¿duele mucho?", la miro con preocupación.

"Un poco" hizo un puchero.

"Lo siento Charr, ¿qué hago para llevarte a casa...?" Estaba un poco pesada para tratar de levantarla, ¿verdad?", pensó.

"No te preocupes, no importa quedarme aquí... pero si duele"

"¡Aquí están!", gritó una agitada Plaifa que llegaba al lugar. "¿Qué pasó aquí?", preguntó, mirándolas a las dos.

"¿Qué no es obvio? ¡Me caí!" respondió Charlotte.

Plaifa al ver eso se enojó un poco.

"¡Ves lo que has hecho Engfa!" la miro molesta.

"Lo siento, no era mi intención", inclinó la cabeza.

"¡Sí, pero les dije que no corrieran rápido...! Pá se va a enojar con nosotras Engfa"

"Puedes dejar de discutir y ayudarme", fue Charlotte quien llamó su atención.

"Está bien chica presumida, te escuchamos", respondió Plaifa tratando de ayudarla con su mano.

"No soy engreída", dijo molesta, y retiró la mano para que Plaifa no la ayudara.

"Hmm... eres un tonta, no te ayudaré entonces" se alejó riendo.

"La ayudaré" Engfa sonrió y trató de ayudarla nuevamente con cuidado.

"JAJAJA, no puedes ni alzarla" se burló su hermana.

"Ya basta Plaifa, eres una tonta... ¡No vez que en serio le duele mucho a Char, ayúdame!"

"Nop" también negó con la cabeza.

Antes de que Plaifa pudiera continuar su camino y dejar a las dos niñas allí, un hombre salió detrás de ella.

"¡Niñas, cuántas veces les he dicho que no jueguen aquí!", gritó molesto.

Las pequeñas estaban conmocionadas y asustadas de verlo allí.

"¡Papá, esto fue culpa de Engfa!", dijo Plaifa rápidamente.

"Solo queríamos jugar" la pelinegra respondió a la acusación.

"¡Dios mío, niña Charlotte!" Corrió hacia la niña y la levantó en sus brazos cuando la vio así.

"Todo esto es su culpa", las acusó. "¿Duele tanto, pequeña?", le preguntó a Charlotte ahora.

"No tanto Sr. Waraha, pero no se enoje con ellas", las miro con tristeza.

"Está bien, tranquila, pero no se liberarán de esto, me van a escuchar"

Y así, en todo el camino el padre de Engfa y Plaifa, los venía regañando y diciéndoles el peligro que podrían correr si volvían a jugar allí.

...

"¿Qué pasa si no llegó a tiempo y algo más grave le sucede a la niña Charlotte? ¡y por su culpa, díganme!", gritó el hombre molesto.

Las dos hermanas estaban con la cabeza gacha escuchando lo que les decía su padre.

"Cariño, deja de regañarlas, ya entendieron" fue su esposa quien vino a defender a sus hijas pequeñas.

"Nunca entenderán, mujer", se volteó para ver las algo molesto todavía.

"No ha pasado nada grave, fue solo un rasguño en la rodilla, ahora la pequeña Austin se está bañando, ¿escucharon amores?", dijo y preguntó dulcemente.

"Sí, ma", respondieron ambas.

"Está bien, ya no voy a castigarlas, ¡pero si me desobedecen de nuevo, las castigaré!", dijo, mirando a sus hijas.

Las pequeñas asintieron con rapidez.

"Gracias, cariño", la mujer besó los labios de su esposo. "Voy a la cocina, nos vemos niñas" ahora besa las mejillas de las más pequeñas.

El hombre las miró todavía serio, pero una sonrisa volvió a sus labios tan pronto como su esposa se fue.

"¿Qué esperan? Vayan, vayan con tu madre... Tal vez puedan ayudarla en la cocina"

"Quiero ayudarte con el ganado" la de cabello negro tuvo que ganar valor para decirlo, pero aún así, no era la primera vez que ayudaba a su padre con el ganado.

Plaifa la siguió y dijo: "Yo también papá"

"Está bien, vámonos" sonrío.

Ambas caminaban hacia los establos...

"Gracias a Dios que no nos castigaron y si lo hubieran hecho, sería tu culpa, Engfa" fue Plaifa quien continuó con ese tema.

"Ya me disculpé... lo siento hermana, solo estaba jugando con Charr"

"Pues... perseguirla corriendo nada más porque no te dio un beso, eso no es jugar"

"¿No es jugar eso?", pregunto ahora curiosa.

"Eres muy pequeña todavía, aún no has aprendido nada Engfa. Eres diferente a los demás y papá te lo ha dicho muchas veces, cuando crezcas más lo notarás, pero tranquila, no está mal ser diferente, siempre estaremos contigo", susurró.

Engfa realmente no entendía mucho de lo que su hermana estaba diciendo, pero ya había tenido conversaciones con su padre, así que sabía lo que era. A veces se preguntaba por qué pensaba que Charlotte era la niña más bonita que había visto en su vida.

Aunque tenía compañeros de clase en la escuela, no había visto a una niña o un niño tan lindo como la castaña. Siempre quiso estar a la par con ella y le encantaba hacerla reír. A veces hacía cosas tontas para hacerla reír, Charlotte realmente la hacía sentir feliz.

Y todo esto sucedió porque ella solo quería darle un beso en la mejilla. Lo único que se preguntaba era cómo estaba ahora, y si no le dolía más la rodilla.









(...)


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𝐎𝐍𝐄-𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒⭒ᴇɴɢʟᴏᴛDonde viven las historias. Descúbrelo ahora