𝐎𝐍𝐄-𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒⭒ᴇɴɢʟᴏᴛ

𝘕𝘶𝘦𝘴𝘵𝘳𝘰 𝘱𝘳𝘪𝘮𝘦𝘳 𝘣𝘦𝘴𝘰...

Plaifa 18 years / Engfa 16 years / Charlotte 15 years

...

El paisaje era hermoso, había un río con agua azul y cristalina, se escuchaba la corriente, y los sonido de los árboles y animales al rededor.

"Es bueno que hayamos perdido de vista a Plaifa", susurró la castaña de ojos avellana con una sonrisa en su rostro.

"Así es, ya no los molestará más", respondió Engfa con una sonrisa también.

"¿Quieres sentarte aquí?" señaló la orillas del río. "Podemos meter los pies"

"Sí, pero primero quiero darte algo"

Engfa estaba realmente sonrojada y nerviosa, hacía horas que tenía ese girasol detrás de ella, la castaña ya lo había notado, pero aún no le había dicho nada.

"¿Qué es?" preguntó con usa sonrisa, una sonrisa hermosa que le encantaba a la pelinegra.

"Es un girasol, es muy hermoso, como tú", se sonrojó más cuando sintió la mirada de la chica sobre ella.

"¡Es tan bonita y es mi favorita, gracias P'Fa!", sonrió con sus mejillas rojas ahora.

"De nada, gracias por aceptar venir aquí conmigo"

Las dos se sentaron a la orilla del río dejando que sus pies descalzos entran al agua fría...

Engfa se había dado cuenta desde hace mucho que se había enamorado de Charlotte, no sabía como ni cuándo, pero era un sentimiento que cada vez crecían ella.

Recordaba su niñez, cuando estában pequeñas, cuando solamente tenía 6 años y corrían, jugaban, eso era amistad, pero todo eso cambio cuando ella fue creciendo, cuándo fue esperimentando, cuándo se dio cuenta de que esos besos en la mejilla le hacían sentir otras cosas mágicas, también su cuerpo estaba cambiando y cada vez cambiaba más ella, era diferente a las demás chicas eso era obvio. Lo bueno era que ella sabía lo que sentía, ella estaba enamorada.

"Charr, ¿sabes que esto nunca me ha pasado con ninguna chica?", continuó.

"¿Así que estás enamorado de una chica?", preguntó, curiosa por lo que la pelinegra le estaba diciendo.

Charlotte la seguía mirando con atención. Ella también le pasaba lo mismo que a Engfa, cada vez se estaba dando cuenta de que tal vez estaba enamorada de ella ¿o no?. Aveces se preguntaba si lo que estaba haciendo estaba mal, tal vez era muy tonta o muy joven para entenderlo.

"¿Qué estás queriendo decir P'Fa?"

Engfa se quedó en silencio después de contarle algunas cosas que ella sentía con alguien.

Ella se arrepintió de repente. "Nada, nada... Creo que es una tontería"

"¿Estás segura?"

"Sí, no sé... ¿podemos cambiar de conversación?"

"Claro..." respondió con una media sonrisa.

"Charlotte, ¿tú has querido besar a alguien, has querido enamorarte?" pregunta mientras miraba el agua.

"Por lo que he escuchado no es que tú quieras enamorarte, creo que eso pasa sin que tú lo quieras"

"Entonces es muy complicado eso de enamorarte.... Y besar a alguien, tú lo has hecho?" preguntó algo nerviosa.

"Si qué es complicado y no, no me he besado con nadie, yo quiero que uno de los príncipes que me contaba en los cuentos mi padre, llegué y me bese o no sé" rió.

"¿Un príncipe? guácala", hizo una mueca de desagrado.

Charlotte soltó unas cuantas carcajadas.

"No lo sé... Solo me gustaría que me besaran y que sea muy lindo"

Engfa sonrió mostrando sus hoyuelos mientras jugaba con sus manos.

"Y-yy, si yo, yo, pudiera besarte?", ¿Por qué preguntó eso? Ambas se pusieron muy rojas.

"¡¿¿Tú?!?"

El corazón de la castaña latía muy rápido, mucho más rápido que nunca.

"¿Por qué no?", respondió, temía que fuera obvio y su corazón latía rápido.

"Heee... Creo que estaría bien", murmuró nerviosamente, pero segura, o eso penso.

"¡¿En serio?!" preguntó con ilusión.

"Eso creó... ¡Sí!"

La chica de cabello negro no perdió más tiempo y se acercó torpemente a la castaña que la miró con algo de miedo.

Engfa colocó lentamente su mano sobre la cara de la chica frente a ella y le acarició suavemente la mejilla y los labios con los dedos. Ya estaban demasiado cerca, podían sentir su respiración mientras sus miradas se perdían entre ellas.

"¿Estás segura con lo que estamos haciendo?", preguntó la pelinegra con la respiración agitada y el corazón latiendo rápido.

"No lo sé, pero me gusta", se miraron a los ojos y Engfa tragó saliva.

"¿Quieres que pare?" susurró rozando sus labios dulce y torpemente.

Las dos sintieron mariposas y un cosquilleo tan mágico. La castaña sacudió rápidamente la cabeza y dejó que la pelinegra la besara.

Juntaron sus labios en beso lento, torpe y suave. No tenían prisa... Sus bocas realmente se movían en perfecta sincronía.

No sabían que después de eso nada sería igual para ellas...

Engfa se alejó y la miró, sus miradas seguían perdidas entre ellas. No sabían qué hacer ni qué decir. Así que fue Charlotte quien besó los labios de la Engfa ahora.

Era su primera vez y el comienzo de muchos besos más...

(...)

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