Incendio

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"Tu tamaño me hace pequeño, puedes ser mi castigador." Rammstein

Hoseok gemía sin pudor, sentir aquel miembro grande y grueso le volvía loco, amaba sentirse violado por aquel chico que aunque era menor que él, le follaba con rudeza y deseo. Jungkook era uno de los miembros de su organización, tenía diecinueve años y desde que lo había follado la primera vez no había parado de buscarlo para desestresarse. Hoseok no lo amaba, el amor era una estupidez que detestaba, prefería el sexo sin compromiso, así que sentir las manos de Jungkook en su estrecha cintura, sentir su pelvis golpear sus glúteos eran la gloria.

─ ¡Aghh! ¡Más fuerte!

Jungkook siempre le daba lo que pedía, lo tenía completamente desnudo mientras lo embestía con fuerza. Hoseok se sostenía del escritorio de su oficina en un viejo almacén, Jungkook sentía tanto deseo por su jefe que no le importaba ni que él fuera solo su juguete ni que ninguno se amara como esas historias de amor.

─ Jefe... Hyung... ¡No resisto más! ─ Se alejó de Hoseok y este sonrió arrodillándose frente a él y tomó su miembro engulléndolo en su boca hasta que se corrió. Se alejó lentamente y se limpió la comisura de sus labios con sus dedos luego besó a Jungkook. ─ Siempre es ardiente.

─ Veremos hasta cuando lo sentirás así.

Jungkook sonrió mientras se levantó y se vistió, Hoseok hizo lo mismo y luego se sentó, tomó un refresco que estaba en la mesita de centro y tomó todo el contenido. ─ ¿Por qué dices eso, Hyung?

─ Así pasa, solo mira a NamJoon... Él fue mi amante conoció a Jin y ahora está con él, feliz asesinando a quien deseo y follando como locos.

─ No creo que me enamore, jefe. ─ dijo el chico de los tatuajes, Hoseok a penas tenía uno diminuto, pues no podía sentir dolor. Cada vez que exponía al dolor no podía controlar a sus demonios. Hoseok vio al chico de pies a cabeza y sonrió, Jungkook era delicioso y mientras estuviera soltero, lo disfrutaría completito.

─ Eres un romántico, Kook. Esas mierdas son la peste, pero ¿Recuerdas a Ji-yu? Parecías un pendejo, hasta que la desmembré y quemé como cucaracha...

─ Hyung, jamás olvidaré tu gesto. ─ dijo Jungkook tomando su soda y un pedazo de pizza. ─ Ella jugó conmigo y tú le diste su merecido.

Hoseok asintió, en ese momento la puerta fue tocada tres veces, Hoseok no esperaba a nadie y Jungkook le hizo una señal, pero Hoseok ordenó. ─¡Adelante!─ Yugyeom entró a la oficina con un móvil y unos documentos en la mano, Hoseok lo vio con el ceño fruncido y luego le hizo de señas que le diera los documentos y se sentara junto a Jungkook.─ ¿Qué mierda es esto?

─ Recibimos una propuesta de una organización criminal, al parecer sufrieron ataques al igual que lo sucedido con nuestra embarcación.

─ ¿Son italianos? ─ preguntó lamiéndose los labios, pensando en Fillipo Neviani y Fabio Cannavaro, esos brazotes podrían dominarlo en dos por tres, a Hoseok le fascinaba aquellos que lograban dominarlo.

─ Sus métodos y orígenes, pero son coreanos, se conocen como los Amanti della distruzione, pues según sé los jefes son amantes. Además de ser unos sicópatas de mierda. ─ dijo Yugyeom. Hoseok puso a un lado los documentos y se levantó, se estiró y tomó su maletín, Hoseok no parecía un hombre con tanto dinero en ese momento, pues usaba solo un traje completo color blanco y su maletín.

─ Lo hablaremos luego...

─ Ellos quería reunirse contigo mañana... ¿Crees que se podrá?

─ Sí, estoy de buen humor y ahorita acabaré con el hijo de puta que se atrevió a participar de la la destrucción de mi barco.

Bestrafe michDonde viven las historias. Descúbrelo ahora