Recolectora de cartón

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Sarahi: ¡Hoy tengo en mente un proyecto a gran escala, y no me van a desanimar! No sentiré vergüenza de hacer lo que me gusta. ¡Aunque mis padres me vean decepcionados!

*Sarahi: Solo se trata de construir un maniquí hiperrealista de un chico de animé. (Hablaba mientras una sombra descendía desde su frente y una mueca insinuante se formaba).

Sarahi: Voy a cumplir dieciocho años, voy en tercero de secundaria, me llamo Sarahi, y soy hija única. Nunca **he** llamado mucho la atención, no tengo amigas, ni amigos, y nunca, nunca, un chico me **ha** invitado a salir. (Finge llorar). Seguro se debe a que me consideran una chica rara, pero tampoco es como si me interesara tener amistades o la aprobación de alguien. Aun así, debo aceptar que las burlas siguen doliendo a pesar de todo. (Finge llorar de nuevo).

Sarahi: Hoy tuve una idea después de ver una publicación en redes sociales. Era algo llamado "papercraft", y justo después llegó a mi mente la idea: personaje y papel... "seguro podría hacer algo similar", pero en lugar de papel, ¡cartón! Y en lugar de un personaje con forma de cubo, podría ingeniar un esqueleto y una armadura que le dé volumen. Por último, solo tendría que pintarlo y vestirlo. (Hablaba con el ceño fruncido y voz seria).

Sarahi: Pero mis planes seguro se verán frustrados. (Hace señas con las manos). Mis padres seguro me verán como **un** cerdito recolector de basura. (Se compadece). Igual todo aquel que me vea ¡acarreando basura a mi casa! Ja, ja, ja. (Se carcajea con una expresión de angustia).

Sarahi: Se preguntarán, ¿por qué? Pues suelo llevarme de bodegas y de personas que tiran cosas que suelen ser para el reciclaje. (Se imagina como un cerdito). Conmigo, para hacer manualidades, y no cualquier manualidad sencilla, sino algo más cercano a una obra de ¡arte! Y algo útil. (Se cree Picasso). Me gusta llamarlos "proyectos". Je, je, je. (Se hace bolita).

(Caminaba de regreso a casa desde la escuela, mientras pensaba sobre sus cosas).

Sarahi: ¡Wow, ¿y ese ruido? Parece que... espera, ¿una bodega? ¡Y hay mucho cartón! (Corre hasta el fondo de un callejón).

Sarahi: El contenedor es muy grande. (Le da pereza). Seguro es del reciclaje. (Se entristece su mirada). Debería pensarlo antes de...

(Se lanza de clavado, agarra tantas cajas y tan grandes como puede, tira todo afuera, lo recoge y sale corriendo).

Sarahi: Espero que nadie me regañe por esto. Pero bueno, al menos no me han regañado aún. (Pensaba mientras corría).

Sarahi: Espero que la persona que revise las cámaras de seguridad no se ría de mí. Ja, ja, ja. (Pensaba).

(Llegó a casa y solo queda meter todo el mugrero a su cuarto). Ja, ja, ja. (Pensaba mientras se acercaba a su casa).

(La puerta principal se abre, se ve la mano de su madre, ésta pasa de largo y se dirige a la tienda.)

(Sarahi se congela por un momento, enseguida reacciona y se mete corriendo hasta llegar a su cuarto).

Sarahi: ¡Bien! Ahora debo guardarlo en algún lugar de este santuario a mi soledad. Por ahora lo dejaré debajo de la cama y me iré a bañar.

(Se baña, se cambia de ropa, deja la ropa sucia, guarda sus zapatos y se pone unos chulos Crocs).

(Se acomoda frente a su escritorio, hace su tarea, comienza a hacer dibujos en una libreta de cuadrícula; diseños de su proyecto.)

(Horas después.)

(Se escucha la voz de su madre llamándola para cenar.)

(Sarahi y su familia cenan, su mamá y ella lavan los trastes mientras su papá recoge la mesa.)

Mamá: Hija, creo que me debes una explicación.

(Sarahi nerviosa, tartamudea) —Es un proyecto escolar, sí.

(Mamá asiente la cabeza, incrédula). —Mmm...

(Sarahi vuelve a su cuarto; recoge algunas cosas que quedaron desordenadas, se acuesta en su cama, se acomoda, mira al techo y se duerme.)

Mi chico de cartónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora