El Vinculo

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-Entonces esperas que algún día guíe a nuestra gente, sea un buen rey, provea de protección y alimento a todos en el clan, y además tenga ¿un qué?

Preguntó curioso un pequeño cachorro de dragón, era un niño de no más de seis años que se hallaba entrenando con su padre, aquel niño era hermoso con cabellos rubios en un ligero tono cenizo, ojos brillantes cual rubí, una sonrisa llena de inocencia que solo un infante puede poseer, el cuerpo lleno de escamas doradas y aperladas que se confundían fácilmente con su piel.

El padre que veía a su pequeño atacar con tal fiereza, con las diminutas garras directo a los ojos y a la yugular, tuvo que reprimir una risa cantarina al notar un rubor en sus pequeñas mejillas, lo detuvo un momento, sujetó sus hombros y se arrodilló para quedar a la altura del cachorro.

-Escúchame Katsuki, cuando tengas edad te vas a vincular con aquel dragón que será tu pareja por el resto de tu vida. Otras razas como los humanos o las hadas le llaman "enamorarse" y "amar", le dan muchos nombres al vinculo, sin embargo, tú nunca debes olvidar que todos nosotros solo amamos una vez en toda nuestra vida, el vinculo solo pasa una vez, así que debes ser valiente y fuerte para defender a ese ser especial que surcará los cielos contigo hasta el fin de sus días.

-Nunca dejes que tu enemigo vea o sienta tu miedo, cuando creas que el miedo se va apoderar de tus piernas y te hará correr, cuando creas que manchará tus ojos haciéndolos cerrarse de golpe, incluso cuando tus alas se cierren y no se quieran abrir, deberás mirar el cielo y recordar que tú eres Bakugo Katsuki el rey de los dragones del Este, tú eres el rey de la raza más gloriosa aquella que se alza sobre todas las razas y que eres el dueño del cielo, tú infundes miedo jamás lo sientes.

Se podía ver la emoción en los ojos del niño, lleno de ilusión y sueños de lo que le deparaba el  futuro,  el orgullo caía a gotas por los ojos de su padre viendo que su único hijo se convertiría en un líder ejemplar, dispuesto a dar su propia vida por los que ama y por su gente.

-Sí ya lo verás, seré el mejor líder del mundo y tendré a mi vinculo, yo no tengo que esperar para saberlo, pues ya sé quien es.

El padre lo miró un poco crédulo y se atrevió a decir -eso es impresionante, pero, ¿podría enterarme de quién es?-

Una risa inocente escapó de los labios del pequeño -esta bien pero será un secreto entre reyes-

-Sí, claro que sí, un secreto entre reyes

Aquel niño se acercó a su padre y con las manos bloqueo la vista a sus labios haciendo una barrera para que no pudieran leerlos -mi vinculo es Kirishima Eijiro, de los dragones del norte-

El padre estaba totalmente perplejo, no esperaba que su pequeño estuviera enamorado del hijo de su mejor amigo, un par de pestañeos lo regresaron al aquí y ahora, pero antes de poder decir nada un enorme dragón apareció en el cielo, con un cachorrito montado en su lomo que nada más faltar cien pies de altura, se lanzó en picada y casi llegando al suelo abrió las alas para aterrizar de golpe sobre el indefenso niño que estaba en tierra. Una bola de fuego envolvía al joven príncipe pero no se le veía pasarla mal, o al menos eso pensaban el rey.

-Eijiro! 

Dijo el cachorrito abrazando a un dragón pequeñito que había sobre él, pequeñito es una forma de hablar ya que aquel cachorro estaba doblándole el tamaño al niño. En un instante aquel cachorro se transformó en un hibrido, un hermoso niño de cabellos rojos cual fuego, y ojos brillantes como el magma que iban a juego con su cabellera.

-Blasty!

Correspondió el abrazo, seguido de mutuos lametones en las mejillas, mordidas por todo el cuerpo y caricias nariz a nariz.

¿Qué acaso los dragones no pueden darse afecto de esa forma?

- Eijiro, te extrañé mucho, creí que no vendrías a jugar hoy conmigo, mi papá me enseñó sobre el vinvulo!

-El qué?- preguntó confundido el pequeño

Del otro lado de la escena dos padres miraban enternecidos al par de niños que se saludaban, como si el día anterior, el anterior a ese y los últimos 6 años atrás no se hubieran visto.

-¿El vin que cosa? Venga Masaru, qué le has enseñado a tu hijo esta vez.

La risilla nerviosa lo traicionó -El vinculo-

- Ah sí eso!- se escuchó gritar del otro lado del campo de entrenamiento, el cual realmente era una verde pradera. 

-Le estaba diciendo del vinculo y de lo que debe hacer cuando lo tenga-

-Impresionante, no te parece que es muy joven para que le cuentes esas cosas Masaru, te has vuelto un pervertidor de menores, no dejaré a Eijiro contigo- bromeaba el enorme hibrido rojo y negro mientras veía el rubor en las mejillas de Masaru por entender a lo que se refería con todo aquello.

-Idiota no le conté esa parte!-

-Solamente le dije que cuando encontrara a ese ser especial debía cuidarlo y protegerlo con su vida, porque nosotros solo volaremos con un dragón toda la vida.

Los niños dejaron de ponerle atención a los adultos y Bakugo tomó la mano de Kirishima para ir a  buscar algo de comer al río -papá dijo que el vinculo va pasar cuando sea grande, pero yo estoy seguro de que ya me pasó, porque sé quien es mi vinculo-

-Vaya eso es asombroso blasty, yo también quisiera saberlo pronto, me dirás quien será tu vinculo?

-No puedo, es hasta que nos pase a ambos pero creo que tendré que esperar un poco más

Ambos niños entraron al río y atraparon un par de peces que después fueron a comer a la orilla mientras mojaban los pies en el agua.

-No me gusta cuando estoy comiendo y mi pez se sigue moviendo, blasty ayúdame, ¿Cómo haces para que tu pez se deje comer?

-Es muy fácil papá me enseñó, solo debes apretar donde respira y se va dormir para que te lo puedas comer- apretó muy fuerte en las branquias del pececito hasta que lo perforó y este dejó de moverse, una exclamación de asombro salió de la boca de Eijiro para quien todo lo que Bakugo hiciera era algo maravillo, y digno de admirar.

-Tenías razón ya se durmió, ahora podré comer- le regaló una sonrisita llena de sangre de pescado y escamas, que sin duda le derritió el corazón a Bakugo, ya que este giró la cabeza en otra dirección. 

-S-sí no hay problema, yo puedo dormir todos los peces que quieras, así comerás tranquilo- balbuceó nervioso volviendo a comer su pescado.

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