𝑃𝑟𝑜́𝑙𝑜𝑔𝑜♔︎

1 0 0
                                    


AMANDA FARLEY.

18 de enero


10 p.m

--Tengo miedo por lo que me vayan a decir...

--Tranquila. No va a ser más de un-- Carraspeo mi garganta para hacer una voz más grave y continúo hablando. --"Amaris, No haz echo tres de tus tareas semanales. Me debes una explicación".

--¡No es gracioso!-- Chilla mientras me tira un almohadón color rosado --Luego me quitaron a Andy por no hacer sólo ¡tres tareas de quince por día!

--Me lo dices como si yo pudiese hacer algo.-- Me encojo de hombros y acomodo en mis piernas el almohadón.

Amaris estaba a punto de volver a abrir la boca cuando un piqueteo en la puerta la interrumpe.

Subo las cejas mientras la miro. Observo que tiene cara de disgusto.

Se levanta de la cama y se dirige a la puerta para luego abrirla.

--¿Si?

--Amaris... Necesito que me acompañes a la sala de estar, tenemos que hablar, ¿recuerdas?

--Si, padre.-- automáticamente, sale de la habitación y mi padre cierra la puerta luego de darme una mirada rápida.

Escalofriante.

¿Por qué lo digo?, pues porque mi padre, el rey, tiene ese semblante serio y frío. Literalmente, con la mirada te puede llegar a congelar.

time after.

Estoy haciendo fuerza para no quedarme dormida. Mi hermana todavía no regresó a la habitación, y ya pasaron dos horas...

¿Qué están haciendo? ¿Por qué tardan tanto? ¿Habrá pasado algo malo?
¿Y si...? No, imposible.

De la nada, la puerta se abre de un solo golpe y logro ver a mi hermana rompiendo en llanto. Con su mano libre limpia algunas lágrimas que resbalan por sus mejillas.

--¡¿Qué te pasó?!-- Me paro rápido de la cama y me dirijo a ella, --Siéntate.-- dije guiándola hacia la misma.

Me quedé en silencio y la abrace por unos minutos, esperando a que sacara todo. --¿Qué sucedió?

--Me...-- se autointerrumpe con su llanto --Me van a obligar a...-- Toma una bocanada de aire --A casarme.

¿Es en serio? ¿Con quién? ¿Por qué? ¿Cuál es la necesidad de obligarla?

--Y... ¿Con quién?

--William Bellwood.-- Soltó con torpeza.

--Ja. Pero si es el "e-n-e-m-i-g-o"- Dije haciendo énfasis en la última palabra y agregándole comillas con los dedos.

--Tecnicamente, Amanda... el es hijo, del hijo, del hijo, del hijo, del hijo del enemigo... Y quizás unas diez veces más.

--¡Son famili-! -- no me deja terminar la palabra cuando su mano tapa mi boca.

--¡Cállate!, nos van a escuchar.

Saqué su mano de mi boca y rodee los ojos.

--De todas formas Amaris, ¿Para que quieren que te cases con él?

--Mmm.... no lo sé, ¿quizás para no seguir con la misma relación de hace miles de años?-- Réplica con obviedad.

--Si, bueno... prefiero la relación de hace miles de años.- Me mira mientras frunce su nariz y asiente suavemente.

A ver... claramente, todo esto es sólo para un bien propio. No es que de la nada se quieran arreglar ambos reinos.
Pero yo, cómo la princesa, no puedo hacer absolutamente nada, aunque podría convencer a mis padres de que no es la única forma de arreglar una mala relación de hace años.

Dios, es lo más estúpido que haz pensado en tu corta vida. Piensa un poco.

Cállate, maldita conciencia.

--¡Amanda! ¿Me estás escuchando?

--¿Qué? ¡Si, si!- me mira no muy convencida.

--Bueno, cómo te decía... tenemos que ir a Khisfire el veinte de enero, y la boda es el veintitrés del mismo mes.-- Dice mirando sus manos con una expresión triste.

--¡¿Qué?! ¡Sólo faltan dos días y esta noche!

--Si... Amanda, no se que pensar. En verdad, yo quería casarme con alguien que de verdad amase, no con alguien que solo tendré tres días para conocer.

--Voy a tratar de convencer a papá y a mamá, lo prometo.

Se le escapa una pequeña lágrima de su ojo derecho y se la saca rápidamente.
--No hay nada que hacer, ya firmaron un contrato.-- dice arrastrando la voz.



♔︎♕︎♔︎♕︎♔︎♕︎♔︎♕︎♔︎♕︎♔︎♕︎♔︎♕︎♔︎♕︎♔︎♕︎♔︎♕︎♔︎♕︎♔︎♕︎

¡𝐻𝑜𝑙𝑎!, ¡𝐸𝑠𝑝𝑒𝑟𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑙𝑒𝑠 𝒉𝑎𝑦𝑎 𝑔𝑢𝑠𝑡𝑎𝑑𝑜 𝑒𝑙 𝑝𝑟𝑜́𝑙𝑜𝑔𝑜.

»»𝑀𝑒 𝑑𝑖𝑠𝑐𝑢𝑙𝑝𝑜 𝑠𝑖 𝒉𝑒 𝑡𝑒𝑛𝑖𝑑𝑜 𝑎𝑙𝑔𝑢́𝑛 𝑒𝑟𝑟𝑜𝑟 𝑑𝑒 𝑜𝑟𝑡𝑜𝑔𝑟𝑎𝑓𝑖̄𝑎. 𝑆𝑒𝑟𝑎́𝑛 𝑐𝑜𝑟𝑟𝑒𝑔𝑖𝑑𝑜𝑠 𝑎𝑙 𝑡𝑒𝑟𝑚𝑖𝑛𝑎𝑟 𝑙𝑎 𝑛𝑜𝑣𝑒𝑙𝑎.

»»𝑨𝑐𝑒𝑝𝑡𝒐 𝑐𝑟𝑖𝑡𝑖𝑐𝑎𝑠 𝒄𝒐𝒏𝒔𝒕𝒓𝒖𝒄𝒕𝒊𝒗𝒂𝒔.

𑁍𝐸𝑠𝑝𝑒𝑟𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑙𝑒𝑠 𝑔𝑢𝑠𝑡𝑒, 𝑙𝑎 𝑣𝑒𝑟𝑑𝑎𝑑 𝑙𝑜 𝑒𝑠𝑡𝑜𝑦 𝑒𝑠𝑐𝑟𝑖𝑏𝑖𝑒𝑛𝑑𝑜 𝑐𝑜𝑛 𝑚𝑢𝑐𝒉𝑜 𝑒𝑚𝑝𝑒𝑛̃𝑜. ¡𝐴𝑑𝑖𝑜𝑠! 𝐻𝑎𝑠𝑡𝑎 𝑝𝑟𝑖𝑚𝑒𝑟 𝑐𝑎𝑝𝑖̄𝑡𝑢𝑙𝑜

Los reyes contrarios Donde viven las historias. Descúbrelo ahora