Daddy

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Originalmente se colocarían las parejas sexuales en los títulos, pero se ven horribles los títulos tan largos, y como dije en el extenso aviso de esta historia: en todos lados hay porno, puede ser cualquiera y pueden ser varios en un capítulo. Así que ahora estarán al inicio de la narración. Disfruten las 14 mil palabras de hoy. Fin.

Atsushi!Top // Choromatsu!bottom

Karamatsu podía sentir en su cadera las manos de Atsushi que apretaban con rudeza su piel tierna y magullada

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Karamatsu podía sentir en su cadera las manos de Atsushi que apretaban con rudeza su piel tierna y magullada. Rebotaba sincrónico a sus gemidos susurrados cada vez que el pene de su acompañante maltrataba su próstata, dejando que sus ojos parlotearan por la inmensa adrenalina que inundaba sus venas. Sentía el rostro caliente, resollando en secreto, mordiéndose los labios cuando sentía el vaivén impuro de sus instintos primitivos de la carne enterrada en sus entrañas. Los escalofríos aumentaban sobre su espalda cada vez que era escariado y llenado con autoembestidas indulgentes.

Atsushi, sentado sobre el asiento del copiloto de su Lamborghini, era acorralado por las manos sobre sus hombros que lo incitaban a ver la pintura pecaminosa del hombre que deseaba besar. Quería volverse el dueño irrefutable de esa boca que calentaba sus orejas por ser una marca libidinosa imposible de tener. Era derivado al placer cuando era montado por la estrechez caliente de Karamatsu, siendo llevado a las puertas de la tentación del infierno, dominado por la vulnerabilidad del otro y del sexo caliente del que se había vuelto adicto. No podía verlo a los ojos sin tener hambre de besarlo, así que esquivaba la mirada aun cuando sentía el delicioso encuentro de su polla penetrando el culo de Karamatsu.

—Mírame y dime que te gusta, Atsushi —demandó Karamatsu colocando una mano sobre la mandíbula del otro obligándolo a verlo con esos ojos que siempre querían más—. Awww, ¿O quieres tomarlo con calma, cariño? ¿Te monto más suave? —dijo empezando a disminuir el ritmo, pero fue detenido por Atsushi que lo impulsó a que mantuviera el ritmo frenético.

—No —murmuró entre un jadeo caliente—... Sigue brincando como buen conejito en celo.

—¿Tan bien se siente joderme, Atsushi? —pregunta Kara, apretando la mandíbula de Atsushi con rudeza—. Dímelo... ngh, dime qué tanto te gusta usarme.

—¡Agh! Dios, Karamatsu... —gime con un escalofrío atrapado en su columna, su respiración acelerada y ruidosa. —Se siente tan bien usar tu culo. Se siente tan bien que me obligues a verte mientras sigues rebotando sobre mi pene.

—¡Ah, Exacto! Sigue disfrutando de tu espectáculo privado, Atsushi.

Escuchar a Karamatsu hablar con palabras que usualmente no estaban en su vocabulario era erótico para él. Lo escuchaba gemir su nombre, viéndolo estremecerse cada vez que trituraba su próstata en golpes rudos, mientras sus ojos azules lo hechizaban bajo su yugo omnipotente. El sudor viajaba por el rostro de ambos y se mezclaba en donde la piel desnuda se conectaba intima, impura.

Paraíso Perdido [Osomatsu-san||+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora