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Sapnap había optado por la opción de saltarse las clases una vez más, pues no tenía ganas de asistir a las aburridas clases que lo esperaban en el primer día.

Cómo no había asistido a clases, no tenia nada para hacer, asique sacó una caja de cigarrillos de su bolsillo y se dirigió al gigantesco patio de la preparatoria donde podría disfrutar de su "tiempo libre" de la mejor manera posible.

¿Qué mejor manera de hacerlo que fumando cigarrillos en lo que pensaba en otra de las miles de millones de formas en las que podría arruinar la reputación de George?

Disperso en sus pensamientos, una brillante idea se le había ocurrido.

La idea perfecta para destruir la imagen que los demás tenían de George por completo.

Casi al instante, sacó su teléfono celular de uno de sus bolsillos para proceder a marcar un número.

Sapnap esperó un par de segundos, hasta que la persona al otro lado de la linea finalmente terminó aceptando su llamada.

Se trataba de Dream. Uno de sus colegas, ciertamente mayor que él, pero ambos creían que unos años no hacían la diferencia. Él tenía una propuesta para él y sabía que si había dinero de por medio no se negaría.

-Dream, amigo, tengo una propuesta bastante interesante para ti, pero em gustaría hablarlo en persona.-

-Claro, ¿Dónde nos encontraremos?-

-Conozco un callejón cerca de aquí.. Allí podríamos discutir nuestros intereses en común.-

-Bien, te veré allí en 5 minutos.-

Sapnap tomó sus pertenencias y camino tranquilamente hasta llegar a la salida, en donde lo esperaban un par de guardias dispuestos a detenerlo antes de que intentará pasar tras la puerta.

Los dos hombres se interpusieron en su camino, impidiendo que se marchará.

-No puede estar aquí si no tiene algún permiso, joven.- Será mejor que regrese a su clase si no quiere problemas con los directivos.-

Ninguno de los dos pensaba dejarlo ir tan fácilmente, pero Sapnap tenía algo más ingenioso en mente.

-Caballeros, no creo que no haya algo que un poco de dinero no pueda resolver.- Concluyó, para proceder a arrojar un par de dólares al aire.

Los guardias no lo dudaron ni un segundo y tan pronto como los billetes volaron por los aires y aterrizaron en el suelo, se abalanzaron uno encima del otro con la intención de tomarlos.

Y como ambos se encontraban peleando por un par de dólares, dejaron la salida libre para que Sapnap pudiera salir de allí sin algún otro contratiempo que tendiera a retrasar su plan.

Dicho y hecho, caminó tranquilamente hasta llegar a la puerta de la salida donde no había nadie para detenerlo.

-Son unos idiotas.- Rio, para si mismo.

Una vez más se había salido con la suya gracias al dinero de su padre. Como el mismo había dicho anteriormente, no había nada que una pequeña ayuda monetaria no pudiera solucionar.

Realmente no tenía prisa, asique encontró el ritmo perfecto para él y caminó despreocupadamente hasta llegar al callejón donde se encontraría con Dream para concretar su plan.

Dejando atrás un par de calles, finalmente había llegado a su destino.
Para su sorpresa Dream habia llegado temprano, se encontraba esperándolo en la entrada del callejón dejando que el humo de sus cigarrillos invadiera toda la cuadra con su particular aroma.

-Finalmente has llegado.-

-Es bueno verte otra vez, amigo.-

-Creo que tenemos muchas cosas que discutir.- Dime, ¿Qué propuesta tan interesante tienes para mí?- Preguntó intrigado.

-Créeme, estarás realmente interesado.- Sacó una faja de billetes para enseñarsela.

-Ahora puedo ver que nos entendemos.- Te escuchó.- La predisposición de Dream habia cambiado totalmente tan pronto como sus ojos alcanzaron a ver aquellos billetes verdes. (No por nada, era su color favorito.)

-Verás..- Todo habia resultado a su favor. Lo tenía justamente donde la quería desde un principio.

¿Había algo que el dinero no pudiera solucionar? Tenía a todo el mundo comiendo de la palma de su mano con tan sólo enseñar un par de dólares. El hecho de que podían arrojar sus principios a la borda con tal de obtener una pequeña ganancia financiera más elevada en comparación a la del promedio, era increíble.

Pero después de todo, tenía sentido.

El dinero es la razón por la que existimos.

Todo el mundo lo sabe, es un hecho.

𝟯𝟬 𝙙𝙖𝙮𝙨 | 𝘿𝙉𝙁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora