3. Alisa (parte 1)

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Me encontraba en la biblioteca de la escuela escondida entre algunos de los rincones más ocultos para evitar personas me interrumpieran. Amaba sumergirme en las historias hasta el punto de ni distinguir entre realidad o ficción.

En uno de los momentos más emocionantes de mi lectura me veo interrumpida por una voz que conocía por desgracia muy bien.

Alisa Cordan.

Maldita sea.

Maldije internamente al ser descubierta por la persona más irritante del planeta.

No quiero sonar grosera, ni siquiera conozco a la chica pero simplemente no era alguien con quién creyera llevarme bien, era la clase de chica que traía problemas a dónde iba y yo prefería evitarlos.

Los tacones de sus botas resonaban en el piso de madera captando más mi atención de lo que me gustaría admitir, su presencia me ponía los nervios de punta.

Eche un ojo por encima de mi libro y la vi parada al frente de una de las estantería, arqueé una ceja al notar una expresión algo molesta.

No es mi problema.

Así que seguí en lo mío.

O al menos fingi hacerlo, hasta que sentí que una mano tomaba mi libro para despejar mi vista hacia Alisa.

La mira confusa por querer obtener mi atención para luego simplemente no hablar, honestamente ni siquiera podía mantener la mirada, su mirada era algo que solo los valientes podía apreciar sin mearse encima.

Posiblemente sea el delineador y al aspecto de haber salido de una banda de rock adolescente.

Sea a lo que sea la hace ver cómo un demonio esperando que te descuides para descuartizarte.

¡Pues que lo haga, yo estaría encantada!

—Carmilla, ¿eh?

¿Quién?

Alisa debió notar mi cara de confusión así que soltó una carcajada.

—El libro que estás leyendo, Camilla —aclaro señalando la portada del libro.

Inmediatamente me enrojeci ante el comentario de Alisa.

—Oh, claro, si, si, casi lo termino —dije aclarando mi garganta.

—El crepúsculo para las saficas que aman los clásicos —dijo mientras tomaba el libro entre sus manos.

Espera, ¿qué?

—Tu comparación me parece ridícula —dije mientras intentaba arrebatar el libro de sus manos.

Mi tono de voz pareció sorprenderla pero al parecer no molestarla porque su mueca cambio a una divertida mientras alzaba más el libro para que yo no lo alcanzará.

—Al parecer saber hablar sin tartamudear —dijo mientras me daba un golpecito con su dedo índice en mi frente.

Cuando logré tener mi libro me volví a sentar en mi silla con mi mejor cara de molestia para dejar en claro que necesitaba espacio.

—Esta bien, lo captó —dijo rindiendose y poniendo sus manos en algo en señal de paz.

Paz mis huevos porque siguió ahí rebuscando entre los estantes.

—¿Tienes alguna recomendación? —pregunto poniendo su mirada sobre mi.

—No.

Podía seguir sintiendo su miraba molesta sobre mi esperando a que yo hablará.

¿Por qué sigue aquí?

—¿Qué te gusta leer? —dije para sacarmela de encima.

—Gracias por preguntar —dijo con un evidente sarcasmo— me gustan los libros de terror.

¿Terror?, vaya sorpresa.

—Quien lo diría —dije de manera sarcástica— no es mi género más leído pero "Los misterios de Salem's Lot" es un buen libro.

—Gracias.

Por un momento no súper de ella, creía que eso me restablecería mi paz pero realmente no pude volver a retomar mi lectura, en el fondo esperará que siguiera tomando excusas tontas para entablar una conversación.

¿Qué estupideces estoy diciendo?

Estampé lo libro contra la mesa al no poder concentrarme, lo puse en mi bolsa y me dispuse a irme. Estaba por cruzar la puerta a la salida cuando siento que alguien toma mi mano y me jala levemente para mantenerme dentro de la biblioteca.

—¿Qué mier —me ví interrumpida por la imagen de Alisa delante de mi.

De inmediato mis nervios se dispararon, podría jurar que mis orejas estaban rojas, el contacto de su mano en la mía hacía que ni siquiera pudiera pensar de manera correcta.

—¿Por qué te caigo tan mal?

Su pregunta me agarró por sorpresa totalmente.

—¿Eh?

—He intentando comunicarme y ser tu amiga pero siempre que lo hago pareces estar incómoda, ¿por qué? —su mirada era de preocupación y su agarre sobre mi mano aún no se soltaba.

Al oir la palabra "amiga" algo hirvio dentro de mi, no puedo explicar la razón pero eso hizo que el momento cambiará por completo y no sabía la razón.

¿Por qué me sentía molesta?

¿Por qué me molestaba que quisiera ser mi amiga?

Y entonces las palabras salieron por si solas, antes de siquiera pensar.

—Yo...

—¿Tu?

—Creo que eres muy molesta, arrogante, cruel, grosera, ruidosa, de mal temperamento —entonces comencé a soltar lo que en Mean girls llamarían cómo "vómito verbal"

Supe que la había cagado en el momento en que ví su expresión algo oscurecida y de asombro.

Antes de siquiera darme cuenta Alisa salió de la biblioteca.

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Continuará

Hola!, disculpen la demora, no he tenido mucha inspiración pero ya ando activa en todas mis cuentas, decidí abrir esta sección al final del capítulo porque hay una situación que he querido aclarar.

Los mensajes privados inapropiados:

Creanme que entiendo que tal vez por la euforia del momento los sentimientos ganen pero hay que recordar que detrás de los escritores de erotismo hay personas reales, merezco el mismo respeto que cualquiera.

One shots lésbicos 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora