Capítulo 3

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Al terminar Zero su platica de todo lo que debían saber de la escuela "oponente" como por arte de magia la profesora de Biología entro por la puerta del aula:
Pb- ¡Buenos días chicos! Por favor vayan a sus lugares para que pueda iniciar la clase.
Las clases siguieron con normalidad después de eso, algunas veces se solía tocar el tema de la competencia pero solo eso.
Al terminar las clases todos los alumnos y profesores seguían la rutina ya marcada, y eso es lo que ahora mismo estaban haciendo Sakata, Adamas, Simo y Zerofuku.

Sakata- ¿Entonces tu tienes 8 hermanos Zero?
Z- Sí
Sakata- Wow, cuando Simo nos contó que tenía 7 hermanos pensé que no habría alguien con más hermanos, pero mírate, aquí estas tu y tus 8 hermanos.
Simo, Zero, Adamas y Sakata rieron, Sakata más escandalosamente qué los otros.

Hasta que se escucho un sonido estruendoso desde afuera de la escuela , al voltear a ver,  vieron una camioneta negra en la entrada de la escuela, los chicos simplemente pusieron una mirada frustrada y voltearon a ver a Adamas, quien había estado muy callado en la conversación. Adamas solo refunfuño para si mismo, se despido de sus amigos y fue a la camioneta para posteriormente subirse a ella, al irse Adamas, Simo empezó a despedirse para irse a la escuela de sus hermanos a esperarlos e  irse juntos a su hogar.
S- Bueno Zero solo quedamos nosotros ¿Qué haremos?
Zero simplemente se quedó en silencio y miraba a Sakata con curiosidad.
Z- Sakata, ¿Cuántas personas conforman tu familia?
Sakata al escuchar esa pregunta se quedó mudo y miro a Zero.
S- Amm, bueno estamos yo y mi madre, también tengo a mis abuelos y tíos y tías.
Pero mi familia cercana serían sin duda mi madre y abuelos. ¿Pero de donde vino esa pregunta Zero?
Z- Simple curiosidad
Al terminar esas palabras Zero volteo a ver la salida y divisó un coche familiar acercándose.
Z- Sakata ya vinieron por mi, nos vemos mañana.
Y así Zero se fue dejando a Sakata solo, el cual unos minutos después se levantó de la banca en la que anteriormente el y sus amigos habían estado platicando y se marchó directo a la parada de autobus para dirigirse a su hogar.

Sakata- ¡Mamá ya llegue!
Yamamba- ¡Sakata ven inmediatamente a la cocina!
Al escuchar eso Sakata quedo helado, ¿A caso su madre había descubierto qué había rotó el vaso de la licuadora y lo había reemplazado con ayuda de sus abuelos?, ¿había descubierto las fotos de el y unos mapaches dentro de la casa?. Sakata lentamente fue en dirección a la cocina para encontrar la razón de que su madre le gritara de esa forma, al llegar todas las conclusiones qué había sacado terminaron por ser.....
Yamamba- Mi prima nos invitó a una reunion entonces ponte la ropa que esta en la mesa.
Todas las preocupaciones qué hace unos minutos habían apoderado a Sakata se dispersaron con esas palabras.
Yamamba- ¡¡Pero apúrate Sakata!! , qué tus abuelos ya están listos, solo te estábamos esperando.

Al llegar a la casa de su tía, se dio cuenta de que había muchos autos además del de su madre.
S- Am, mamá ¿Por qué hay tantos autos?
Y- ¿No te dije?, esta reunion es para que tu prima elija a sus chambelanes para los quince años.
Al escuchar eso Sakata quedo horrorizado.  Y es que no era que no le gustaran las reuniones o ayudar, era lo contrario, amaba las fiestas y ayudar a la gente pero si era elegido como chambelán no tendría tiempo para pasarlo con sus amigos.

Al entrar a la casa se impresionó de lo grande que era por dentro, además de que había gente dispersa por todas partes, estaban bastante entretenidos viendo si reconocían a alguien en esa casa hasta que escucharon una voz familiar.
?- ¡Yamamba!
Y- ¡Yuki!
Las dos mujeres se abrazaron y empezaron una pequeña platica que finalizó cunado Yuki dirigió su mirada a Sakata y sus abuelos.
Yu- ¡Tíos! ¡Sakata! ¿Cómo han estado?
A- Oh, hemos estado bien Yuki y tu ¿Cómo estás? ¿Cómo está tu esposo y tu hija?
Yu- Han estado bien, ahora mismo están en el jardín.

La tarde había pasado rápido y como si fuera una maldición Sakata había sido elegido como chambelán, su madre lo había regañado por la cara que había puesto cuando su prima había dicho que lo elegia ahora estaba en el jardín delantero de la casa, recargado en el carro de su madre observando su teléfono, su tía había sido amable al darle la contraseña del Wi-Fi, estaba en sus redes sociales hasta que recibió una videollamada, y al ver quien era sonrió enormemente y contesto rápidamente.

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