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— ¿Qué haremos entonces?

— No lo sé, creo que inventaré un resfriado o algo así.

— Oh, vamos, Slash, no seas estúpido.

El nombrado rodó los ojos mientras bebía un sorbo de cerveza y miraba hacia el televisor. No había nada muy interesante, sólo un programa donde subastaban diversos artículos y la gente decía un precio al azar. El precio más alto se quedaba con el o los objetos que se subastaban.

— Escucha, sé que debería estar feliz por mi hermano, y lo estoy, en serio.

— ¿Entonces? —insistió su amigo.

— El problema es mi mamá. —dijo.

— ¿Por qué tu mamá sería el problema? ¿Qué hizo ella? —indagó el contrario.

Slash respiró profundo, dejó la botella de cerveza sobre la mesa enfrente suyo y se relamió los labios.

— Sé que mi mamá esperaba que yo me casara primero, sabes.

— Oye, quizás no es así.

— Es así, Izzy, lo puedo presentir —asintió Slash—. Yo soy su hijo mayor y todavía no logro tener pareja, mientras que mi hermano menor se casará dentro de unas semanas.

Izzy lo miró pensativo. Adoptó una actitud más comprensiva con él, puesto que podía tener una pizca de razón. Izzy conocía a la madre de Slash, pero no tanto como Slash la conocía.

— Amigo, ¿has intentado hablar con ella sobre este tema? —le preguntó. Slash negó—. Podrías decirle lo que sientes; servirá para aclarar tus dudas.

— No lo sé, creo que prefiero callarme y ya.

— Te aconsejo decirle esto.

— La manera en la que trata a Ash es diferente, se ve tan orgullosa de que uno de sus hijos se casará pronto y podrá darle nietos... Y luego estoy yo; bebiendo cerveza mientras veo estos programas de mierda.

El moreno le apuntó al televisor, desganado y deprimido. Izzy en parte se ofendió un poco, porque ambos tenían esa misma rutina. A pesar de eso, le encontró toda la razón del mundo. Su vida era aburrida y poco activa socialmente en comparación a la de otros.

— Por eso deberíamos ir a la despedida de soltero de Ash.

— No quiero —Slash se encogió de hombros—. Además, ¿realmente serviría de algo?

— Claro que sí. Quien sabe, pueden pasar cosas.

— ¿Cosas como qué? Lo más probable es que una prostituta baile y ya. A mí ni siquiera me gustan las mujeres, voy a aburrirme.

— Bueno, hermano, pero de seguro habrán cervezas. Iremos a beber gratis —le sugirió—. Vamos, Slash, Ash me invitó a mí también y quiero ir.

— Pues, anda tú entonces.

Izzy rodó los ojos en negación.

— Siempre te quejas de nuestro pequeño círculo y lo aburridos que estamos siempre. Pero mírate, aparece la oportunidad de hacer algo y lo rechazas.

Izzy tenía razón y Slash lo sabía. Tuvo una pequeña corazonada de que algo podría suceder y eso lo hizo considerar la idea. Al ver la expresión que delataba la desilusión de Izzy, Slash cambió su opinión.

— Odio admitir que tienes razón —gruñó el moreno—. Ya, está bien, iremos —sentenció.

— ¡Genial!

— Ojalá esa despedida de soltero no sea solo tener prostitutas.

— Quizás aparecen chicos guapos.

𝐃𝐢𝐫𝐭𝐲 𝐦𝐨𝐧𝐞𝐲. ⌞Sluff⌝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora