soy un omega?!

pt.3

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-¿que diablos haces Goo?_Gun llevaba un buen rato tratando de comunicarse con Goo, le preucupaba que se metiera en lios en las empresas de las filials.

-rayos...

-Creo que deberías ir a buscarlo_
Decía Cristal desde la cama

Y sin decir nada más Gun se retiró de aquél cuarto dejando a la omega para dirigirse a su auto y seguir timbrandole al número de Goo mientras conducia.

...

-ah~...Que...mgh...mierd*....que diablos me...me pasa...

Goo se encontraba retorciendoce por los pasillos de la empresa de Choi.
Tan pronto como había llegado de la Cuarta filial se empezó a sentir mal, su omega se sentia ansioso, sentía un dolor en su parte baja lo cual hacía que sus piernas temblaran al caminar al mismo tiempo que le costaba respirar haciendo que un sentimiento y ardor invadieran su corazón y estomago , no sabía que significaba pero era malo, muy malo, su omega estaba anelando a su Alfa y no sabía que hacer, no sabía quien mierd* era su Alfa.

Finalmente se dejó caer en el suelo, se encontraba en un lugar desolado del edificio donde casi nunca había nadie, cerró los ojos para poder respirar, pero su respiración era irregular y temblorosa y cuando menos lo pensó lágrimas empezaron a resbalar por su rostro, para cuando abrió los ojos se encontro con el hombre de cabello canoso de cuclillas en frente suyo.

Charles Choi se encontró con Goo en el suelo, no comprendía la razón de ello, pero tan pronto como se acercó al cuerpo pudo comprenderlo, observó los ojos lagrimosos del rubio quien sufría frente a sus ojos. Su alfa le decía que ayudara a aquel omega, que terminara con su sufrimiento y lo hiciera suyo, no veía marca alguna que dijera que el omega tenía un alfa, por lo que podría reclamarlo como suyo sin problema alguno, hace mucho que no tenía mucha acción y ese omega cayó como pan del cielo.

-nesesitas que te ayude?_susurró muy cerca del oído del omega, Goo podía sentir la respiración del dueño de la voz en su cuello, lo cual lo estremeció y empeoró aun más la situación.

-mmgh~....

Diablos! El Alfa de Choi se calentó y sin volver a pensarlo otra vez se a cercó a la piel del cuello del omega dispuesto a morderlo, lo haría suyo sin importar nada, lo haría suyo en ese mismo lugar sin importarle nada.

-de...detente...

El alfa se detuvo a solo unos milimetros de la piel del rubio pero no por lo que el omega dijo sino por el olor de otro alfa que invadía su territorio.

El pelinegro se encontraba botando chispas de fuego por la cabeza y botando humo por la nariz al presenciar tal escena, al menos ya sabía donde estaba el rubio.

Charlies se levanto con intención de dirigirse al Alfa que se atrevía a interrumpirlo, ya no se encontraba en sus cabales, su alfa era quien tenía el control ahora.

Gun observaba listo para el ataque del alfa contrario pero este nunca llegó, ya que este cayó al suelo antes de dar un paso, observó a Goo de pie y corrio para sujetarlo antes de que se callera.

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El pelinegro se encontraba colocando pañitos húmedos para la fiebre sobre la frente del rubio que se encontraba en su cama. El rubio empezó a abrir los ojos lentamente mientras soltaba unos cuantos quejidos en el proceso hasta que finalmente abrio los ojos por completo. Lo que esperaba que no sucediera sucedió para el pelinegro, al observar el rostro que aún seguía rojo y los ojos marrones del rubio con una expresión cansada.

-Gun?...

-shh..._dijo intentando darse la vuelta para ir en busca de un supresor.

Goo seguía en celo.

Gun lo sabía, reconocía esa expresión, ya la había visto muchas veces en las omegas con las que pasaba sus noches.

Pero Goo lo detuvo del brazo y se abalanzo a su cuerpo abrazandolo.

-no me dejes...

Gun observaba desde arriba el rostro que lo observaba con súplica

-te traeré un supresor.

-No~ esa cosa no me ayudará....te nesesito~......Ayudame.....

Como resistirse a tales suplicas? Tan pronto como lo escucho el pelinegro cedió tentado por el olor de jazmines y naranjas, el olor de Goo se había intencificado como nunca, y para Gun siempre le había parecido delicioso, pero obviamente jamás se o había dicho al rubio, no quería que a este le diera un ataque de pánico. Gun sabía que el rubio a pesar de los años no había asimilado al 100% de ser un omega, aún se negaba a muchas cosas, una de ella era el ser marcado por un alfa, crear un lazo que lo una a ptra persona no era algo para Goo, durante los 4 años que se llevaban conociendo y en los que Goo fue un Omega, este cada vez pensaba que ser un Omega era lo peor que le podría pasar a una persona, y tenía muchos motivos para pensar eso...

La rutina del omega duró solo dos días en los cuales él alfa se contuvo de marcarlo, por más que quisiera y por más que el omega le suplicó que se lo hiciera, él no lo hizo.

-Que te marque?....No haré eso._ no era por que no quisiese, de hecho su lobo aullaba por marcar al omega como suyo pero temía que le pasase algo por su culpa, mejor esperaría al momento indicado.

Podia sentir la suave piel blanca bajo sus dedos, pudo pasar sus manos por la espalda del omega y explorar los lugares mas delicados, pudo sujetar sus caderas con firmeza mientras lo embestia y pudo sentir su respiración a travez de su espalda con cada embestida, ver su espalda curvarse de placer.

Toda acción realizada durante la rutina del omega era parte de la calentura de este, durante ese tiempo el omega no tenía conciencia alguna de sus acciones al igual que el Alfa que se intoxicó con el olor del omega y actuó de la misma forma a excepción de que este si recordaría lo ocurrido al terminar la rutina del rubio.

Se acercó al cuello de contrarío mientras este lloriqueaba de dolor y placer dejando salir suaves gemidos, ya tenía la boca abierta dejando ver sus dientes dispuesto a morderlo pero al final solo terminó pasando su lengua por el lugar y dejando marcas rojas por doquier

La entrada del omega tardó en acostumbrarse al tamaño del miembro del pelinegro el cual solo sentía placer por lo bien que el omega le estaba haciendo sentir.

-Shh...tranquilo...yo me encargo de todo.

Y dicho eso Gun empezó a acercarse más al cuerpo del omega llegando así mas profundo sujetandolo de la pequeña cintura de Goo.

El cuerpo de Goo lo tentaba a hacerle muchas cosas, realmente había cambiado mucho, casi no quedaba rastros de que hubiese estado en peleas callejeras o en peleas mortales, ahora solo era un cuerpo delicado, aun conservaba algo de musculatura en lugares indicados pero ahora era aun más perfecto, claramente veía sus claviculas mas notorias al igual que sus hombros menos anchos, sus labios estaban rojos y no sabía si por el placer o por las mordidas que este le daba, incluso pudo notar sus pechos y pezones mas delicados y sencibles, pues el rubio gemia con cada mordida o chupón en aquellas zonas que dejaba aún mas colorados sus pezones.

Así pasaron la rutina del omega y vaya que fue un milagro que no terminara en cinta pues el alfa no usó preservativo y el omega tardó mucho en tomarse la pastilla. Despues de terminar el último día de celo ambos quedaron profundamente dormidos.