Así como yo...
Hoy,un domingo mas,he vuelto a entender porqué odio este día de la semana.
Es el último día,el último día en que se te echan seis días encima de golpe,y sencillamente...estás,ni bien ni mal,estás porque a cojones tiene que ser así,en mi caso.
Los domingos tienen un sabor agridulce,incluso a veces se pasa de agrio y menos de dulce o a la inversa,pero esta última pocas son las veces.
Los domingos me veo en el espejo aún peor de lo que puedo llegar a verme los días de la semana.
Odio este puto día y esta puta noche,y así cada semana sufriendo esta maldita nostalgia,mas triste que cualquier otra pérdida en tu memoria,y ojalá fuera un olvido,ahí si querría ver yo como serían los domingos.
Estamos a uno de junio y yo ya quiero que sea invierno,aun que el olor a verano sea el olor mas agradable que perciba mi cuerpo,
pero este no supera a mis ganas de que el frío de ahí afuera lo sea más que el de aquí dentro (si cabe tal posibilidad).