Capítulo 2: El Juego Comienza

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Eric se encontraba solo en su sombría oficina, sumido en la inquietante tarea de revisar los informes de los casos de suicidio. La habitación estaba impregnada de un aire viciado, un aura pesada que parecía emanar de esas historias de desesperación y tragedia.

A medida que sus ojos se deslizaban por los informes, algo comenzó a llamar su atención. Una pauta insidiosa emergía de entre las páginas, susurrando su misterio en la mente de Eric. Todas las víctimas, sin excepción, habían caído en un estado de trance inexplicable antes de cometer el terrible acto final.

 Todas las víctimas, sin excepción, habían caído en un estado de trance inexplicable antes de cometer el terrible acto final

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Las palabras en los registros se entrelazaban con las sombras, formando una imagen perturbadora en la mente de Eric. ¿Cómo era posible que tantas personas hubieran caído en un estado similar antes de quitarse la vida? Una inquietud creciente se anidó en su pecho, alimentada por una curiosidad insaciable y un temor latente, pero a su vez tan... Familiar.

Eric descubrió testimonios perturbadores de aquellos que habían estado cerca de las víctimas en sus últimos momentos. Relatos de voces susurrantes, hipnóticas, que arrastraban a los desdichados hacia un abismo de desesperación. Una oscura presencia se agazapaba en las sombras, manipulando las voluntades y alimentándose de la vulnerabilidad humana.

A medida que se sumergía en el corazón de la oscuridad, Eric sentía que estaba siendo observado. Los ojos invisibles parecían acecharle desde cada rincón, como si el propio mal supiera que se acercaba demasiado a la verdad. 

      –Maldita sea, no estoy llegando a ningún lado, estoy cansado y frustrado, incluso ya estoy empezando a imaginar cosas. Solo espero que este caso tenga una solución pronto. – Pensaba Eric mientras apagaba las luces de su oficina y comenzaba el descenso por las escaleras del edificio. Una vez llegando a la recepción se encontró con Peter, quien estaba detrás de las puertas de cristal, fumando un cigarrillo.

     – Hey, te lo estas tomando muy enserio, ¿no? sé que es un caso importante para ti, pero tienes que tomar aire fresco de vez en cuando – dijo Peter mientras apagaba su cigarrillo con el zapato. Saca las llaves de su auto de su bolsillo y se los lanza a Eric, quien las atrapa con la mano izquierda – Hoy tu conduces.

 Saca las llaves de su auto de su bolsillo y se los lanza a Eric, quien las atrapa con la mano izquierda – Hoy tu conduces

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