Capítulo XI

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Admirando las llanuras de tu cuerpo,
pares de lunares como migas de chocolate
o más bien como constelaciones,
suspiré sueños viéndote sonreír
e imaginando miles de vidas mientras observaba tus ojos café.

Qué fue lo que me llevó a la locura de tu pasional amor, no recuerdo qué fue que me hizo caer,
si fueron tus palabras,
si fueron tus miradas
o si fueron tus besos.

Podría comparar el rubor de tus mejillas
con el rosado atardecer que se presenta cada tarde mientras saboreo el café que deseo beber de tus luceros.

Y sintiendo el placer de recitarte cada noche,
saliendo de mis entrañas,
las palabras de cuán grande
es mi suerte de poseer la conexión de nuestras almas,
y que cada madrugada,
caigo rendida ante el recuerdo de tu ternura.

-Mery Garcie.

Lágrimas agotadas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora