Capítulo II

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Me pediste las estrellas.
Te las di, y vaya de qué manera.
Las vimos mientras me besabas.
Y yo pensé, vaya nuestra locura,
que bailas a tu bola mientras tarareas
esa corta melodía.

Y juro que no ha existido un solo día
en que pensara que te volvía a hacer mía,
y me mirabas a los ojos y gemías.

Qué será de mí, pobre alma,
que mi corazón busca desesperado aquella a la que ama.
Este corazón asalvajado
que mientras tú ríes, él solo llora.
Llora, sabiendo que tienes a otro amado.

~Mery Garcie.

Lágrimas agotadas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora