El tiempo pasaba, 1 mes, 2 meses, 5 meses, un año, cuando se dieron cuenta ambos eran adultos y nunca se abandonaron, nunca dejaron de amarse uno al otro, y siempre estuvieron apoyándose
Hubo alegría, hubo tristeza, hubo furia, pero nada logro separarlos porque el amor que sentían era el más fuerte, el más puro, amor verdadero
Se mudaron juntos a la ciudad Entrepiernas, ciudad conocida por el amor, un día decidieron visitar Villapene, su pequeño pueblo, dónde se criaron juntos, y pasaron muy lindos momentos
A pesar de ser un viaje largo en carretera ambos estaban felices porque estaban juntos, al llegar a Villapene lo primero que hicieron fue ir al parque, vieron que el árbol donde se sentaban seguía allí, fueron corriendo hacia el árbol, se sentaron, se abrazaron, disfrutaron la vista
-Jeffer, ahora que estamos aquí, quiero decirte algo Oscar se paró al frente de Jeffer, tomó sus manos y continúo -Desde que estamos juntos nunca me dejaste de hacer feliz, siempre estuviste para mí, en las buenas y en las malas, me apoyaste en todo, y ahora, en nuestro lugar favorito, quiero decirte Oscar se arrodilló y sacó una caja de su bolsillo -Jeffer, me harías el hombre más feliz al casarte conmigo, aceptas?
Jefferson no pudo contener el llanto de la emoción -Si Oscar, acepto, me haces la persona más feliz Jeffer en la emoción se paró en la banca y grito con todas su fuerzas -ME CASARÉ CON EL AMOR DE MI VIDA!!
Empezaron los preparativos para la boda y llegando el día, ambos dijeron sus votos, bailaron el vals, recibieron felicitaciones y más que nunca se amaron
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