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"¿Realmente crees que la escoria que viene a este tipo de locales se merecen respeto?"
𝐃𝐈𝐍 𝐃𝐉𝐀𝐑𝐈𝐍
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"Ella no es posesión de nadie"
Toqué mi mejilla por el fuerte ardor en ella, odiaba este lugar, odiaba a la gente de este lugar. Estaba agotada de ser una esclava con la que los clientes podían jugar agresiva y sexualmente, algo detestable sin ningún tipo de gracia, el único entretenimiento lo reciben la escoria como clientes.
Pero la mayor escoria era mi razón de estar aquí.
Hace unos años, un hombre con fortunas nombrado Maxim se casó con el amor de su vida, de nombre Katherin. Prometieron amarse hasta el fin de los tiempos y unirse en cuerpo y alma, pero Katherin tenía otros planes. En su matrimonio, nació una niña con los rasgos de su madre, sus progenitores le demostraron cariño incondicional durante su infancia, hasta que cumplió los seis años. Katherin los abandonó, se había aprovechado de la riqueza de Maxim dejándolos en banca rota. Debido a la tristeza, el hombre empezó a beber y apostar, pero un día, se quedó con menos dinero del que le quedaba, y su forma de pago, fue su propia hija, Irina Petrova, esa soy yo.
—En unas horas vendrá un cliente, como se te ocurra atacarlo —Luzur tomó mi rostro con una mano haciéndome daño en las mejillas y las paredes bucales —, las consecuencias serán peores para ti, Irina, ¿entendido? —asentí y reforzó su agarre —. Dilo.
—S-sí, señor...
—Así me gusta —tocaba mi cuerpo de una forma morbosa haciéndome sentir asco —. Bien —se levantó —, después de que lo atiendas tú y yo hablaremos —sonrió cínicamente antes de salir.
En mis ojos yacía el terror, obviamente no íbamos a hablar, pero ni siquiera sé por qué me sigo aterrando, ya debería estar acostumbrada a sus abusos y malos tratos.
