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NARRADOR
Izuku llegó hasta el ojirubí y sujetando del cuello al acosador, lo alejo de su amor platónico.
—¡Qué diablos crees que haces! —manifestó Izuku sin dejar de fulminarlo con la mirada, su irá había sido tan grande que no dudo en darle un golpe al acosador.
Katsuki estaba tan impresionado, no esperaba la intervención de alguien, él solo podía contra ese bravucón, siempre había sido así y no por ser un Omega se dejaría mancillar por el grupo más fuerte.
Antes de decir algo, Denki y los demás aparecieron y sujetando a su amigo pecoso, lo alejaron del contrario.
—¡Cálmate Izuku! —dijo Shoto tratando de hacerlo entrar en razón, ya le había dado un golpe en la nariz al sujeto y era inusual ver su agresividad, ya que por lo regular irradiaba luz y felicidad.
—Bro, contrólate. —intervino Denki zarandeando un poco su cuerpo.
Izuku se calmó y al buscar al Omega ya se había ido en su motocicleta.
—Maldición... —murmuró el peliverde controlando su respiración, nuevamente el rubio se le había escapado y le rogó al creador por otro encuentro con él.
La próxima vez haría las cosas bien para devolverle el llavero y tener la oportunidad perfecta para invitarlo a comer.
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Viernes por la tarde, todos estaban exhaustos y finalizando con su ensayo, cada quien procedió a hacer lo que quería.
—¿Adónde irás Bro? —pregunto Denki notando lo apresurado que estaba su mejor amigo por salir.
—Iré a la tienda de discos, hoy saldrá a la venta el álbum de Nirvana, así que debo darme prisa para alcanzar un ejemplar. —le explicó Izuku colocándose la chaqueta.
—Excelente Bro, cuando acabes de escucharlo... ¿Me lo prestas? —le pido el rubio con una carita muy tierna.
—Claro que sí, no tardaré, nos vemos en un rato para cenar. —manifestó Izuku tomando rumbo hacia la tienda de discos más cercana del lugar.