Decretos gubernamentales.

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Se expide en éste documento oficial, hasta que el Lic. Nicholas Grave, gobernador del estado de Carolina del norte disponga de lo contrario, una serie de normas provisionales a las que están sujetos todos los portadores del "gen z" y que deberán de cumplir al pie de la letra sin excepciones, el rompimiento de cualquiera de éstas normas vigentes se castigará con cárcel o correccional sin derecho a fianza ni visitas de ningún tipo, dependiendo el caso.

Por leyes estatales aquellos que presenten el gen z no tienen derecho a juicio a menos que así lo requiera la parte afectada y a consideración de las autoridades pertinentes se le concede o no el derecho a cumplir su condena en una granja de descanso especializada y bajo la más estricta vigilancia.


Sin mucho tiempo para indagar acerca del por qué el pelirrojo conocía el nombre del médico en jefe, los cuatro hombres fueron empujados una vez mas dentro de sus torres. Tafari fue enviado a la torre "B" y el albino, Esteban y Cristopher, a quien el primero ahora miraba con recelo a cada paso que daban, hacia la torre "A".  El moreno solo los siguió hasta la mitad de las escaleras, tocó el hombro de Ethan y dirigió a Cristopher una mirada, pidiendo sin palabras, que investigara un poco mas de él.

El susodicho no pudo darse cuenta de aquello, estaba ansioso por subir a descansar; pero aquello tendría que esperar, el primer vistazo del lugar fue el de una sala de estar con sillones viejos, no se miraban sucios en realidad pero se podía decir que les sobraba algo de... de pelo, un estante lleno de cajas de cartón pequeñas y descoloridas y un par de mesas de madera roída en las que había algunos jóvenes sentados al momento de entrar. No podría decir que se sintió bienvenido al entrar y eso le hizo titubear en su intención de recostarse un rato en cuanto encontrara dónde.

Todos guardaron silencio nada mas detectaron la presencia de Cristopher y su acompañante, pero a pesar de ser un rostro nuevo, a los presentes quien en verdad les ponía nerviosos era el albino, que ahora subía con el paso apresurado y un par de plumas blancas asomándose por encima de las clavículas. Antes de que el pelirrojo pudiese abrir la boca para saludar o preguntar en donde podría acomodarse para dormir un poco, fue jalado de la manga e interrogado por los bonitos ojos azules del menor.


-- ¿Cómo es que sabes su nombre? ¿Quién eres?- su tono a pesar de escucharse tranquilo, parecía amenazante, igual que el pico que hacía presión discretamente sobre la pierna del mayor.

-- ¿De qué hablas?¿Qué quieres decir...?- Cristopher vio las pupilas del albino pasar del azul congelado al negro profundo varias veces sin control, lo que terminó con el chico empujándole contra la pared, sosteniendo del cuello el uniforme del pelirrojo. 

-- El médico en jefe, no dijo su nombre frente a ti... ¿de donde lo...?-  el albino hundía aquel objeto un poco mas a cada palabra. En cualquier momento, estaba seguro, escucharía la piel del novato reventarse.

-- ¡Lo leí en su credencial!

-- ¡Mentiroso! 

Un chico de cabello negro, al hombro ya se había levantado de su reposo a un lado de la ventana y ahora se acercaba con mala cara dispuesto a detener el forcejeo a como diera lugar.

-- Si Thorne ve esto va a enfadarse ¡ya suéltalo Ethan!

-- ¡No hasta que me diga por qué sabe su nombre!

-- ¡Si ya te lo dijo!

-- Miente, lo sé.- contestó Ethan después de tratar de tranquilizarse. En vano.

Zoo's zone 2.0Where stories live. Discover now